insistencia Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
INSISTENCIA
El seco desconcierto
del poeta
se hizo hueco en el aire
y quedó mudo.
Incapaz de hablar solo,
arrastra a cuestas
las quejas quebradizas
de la desilusión
y alega que las manos
agotan su apatía
en torpes maniobras caligráficas.
No hay señales del
hilo
que concede equilibrio a las palabras.
Asépticas buscaron un punto de caída,
una hendidura,
igual que voces muertas,
o inertes garabatos expandidos
en la nada marmórea.
Pero busca un
después
la insistencia del otro que yo soy.
El afán se empecina en el rescoldo
con el improvisado crepitar
de un fósforo.
y renace en el cóncavo regazo
el asomo de luz.
Aquello que nos queda por decir
cuando resbala
en la escarcha del tiempo
la pisada insondable del poema.
se hizo hueco en el aire
y quedó mudo.
Incapaz de hablar solo,
arrastra a cuestas
las quejas quebradizas
de la desilusión
y alega que las manos
agotan su apatía
en torpes maniobras caligráficas.
que concede equilibrio a las palabras.
Asépticas buscaron un punto de caída,
una hendidura,
igual que voces muertas,
o inertes garabatos expandidos
en la nada marmórea.
la insistencia del otro que yo soy.
El afán se empecina en el rescoldo
con el improvisado crepitar
de un fósforo.
y renace en el cóncavo regazo
el asomo de luz.
Aquello que nos queda por decir
cuando resbala
en la escarcha del tiempo
la pisada insondable del poema.
(Del libro Nadar en seco, 2022)
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