Libros conmigo 2023, Quito |
APUNTES DEL DIARIO
La prudencia y el sentido común invitan a no opinar sobre la letra pequeña de la actualidad diaria. No porque sea un topo encerrado en la oscuridad de su guarida, sino porque mis opiniones no tienen ninguna autoridad. Únicamente mostrarían las gastadas ataduras verbales de un fabricante de dudas.
Dado el inequívoco éxito de las listas de fin de año y su celebrada arquitectura efímera, para cuándo la selección prolífica de títulos prescindibles, esos miles de páginas que jamás justifican su edición.
Cuadrar el círculo; cargar con bonhomía disonancias literarias; abrazar intrusos disfrazados con el simulacro de la cercanía. No forzar el paso. Que cada proyecto tenga su tiempo. Persistir en la lectura de los libros de siempre, esas maravillosas esponjas que absorben todo el agua.
Mi humor sigue con el paso truncado, mirando de lejos las payaserías que crean en los amigos inquietud y desconcierto.
Deslizamiento hacia la inexistencia para esa gente que ignora a los demás porque supone que recorrer el camino hacia el otro es perder el tiempo.
Un año más hacia el porvenir, ese lugar que hará del móvil una pintura rupestre.
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