Sierra Norte de Madrid Fotografía de Adela Sánchez Santana |
SOLO PAVESAS
La vida diaria tiene una simplicidad vergonzosa. Todo se quiebra si no funciona el ordenador y quedan en el aire los asuntos pendientes. Apago, desconecto, enciendo, apago, otra vez... mientras la sensación alevosa de perder el día se tiende conmigo en el sofá.
Ese juego imprevisto de ser presa de su resentimiento. Los mensajes despliegan un sucio cercado de obsesiones y un futuro sin él; en su ego no cabe nadie más.
Hay una gravosa tendencia a iluminar las antologías con luz brumosa para percibir más las ausencias que los incluidos. Una deformación del juicio lógico que empuja a acomodar el paso a la penumbra.
De aquel bosque, solo pavesas.
Los que perciben la felicidad ajena como un agravio, sin duda, son ruinas materiales, arqueologías del afecto.
(Apuntes de abril)
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