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Vértigo de malabares Giovanna Benedetti Prólogo de Pedro Crenes Castro Editorial Doce Calles Cuentos, Colección Gnomon Aranjuez, Madrid, 2024 |
ACROBACIAS
“Artista de todos los trapecios”, como define su quehacer literario Neco Endara, Giovanna Benedetti reúne en Vértigo de malabares un conjunto de once relatos, con prólogo de Pedro Crenes Castro. La introducción, con un nítido matiz poético, se titula “En el desliz de los cuentos”, una expresión extraída de una cita de la poeta. El aserto alude a la naturaleza de los cuentos; son espacios narrativos que muestran perspectivas de belleza mediante el cromatismo de los personajes, la honda musicalidad poética, y la inteligente conjugación de recursos figurativos y metafóricos.
Desde el cuento inicial, “La mariposa blanca”, un relato extenso y fragmentado, resalta la maestría narrativa en la creación de una atmósfera alejada de lo figurativo. Los personajes tienen rasgos etéreos. Configuran una existencia de asombro, más tejida por la irracionalidad que por las percepciones sensoriales de lo doméstico. Entre los pliegues de lo cotidiano se asientan presencias oníricas, que fusionan estratos del tiempo.
Se entrelazan los argumentos en un continuo nomadismo de interés que mezcla relatos más realistas y enunciativos con cuentos en los que prevalece el simbolismo y la persistencia de asuntos ficcionales. El texto que da título al conjunto, “Vértigo de malabares" tiene como ensanche temático el prodigio volador de una pareja de trapecistas. Poco a poco, el tiempo va minando sus habilidades cirquenses y se va perfilando,en sus contorsiones aéreas la incertidumbre de un estar presente que pronostica la definitiva retirada del espectáculo. Los incansables artistas del trapecio sortean en cada actuación la llamada del vacío. Pero el peligro siempre está ahí, al acecho, envuelto en un vértigo que trastoca la realidad y llena de espejismos los sentidos.
En los episodios del libro Vértigo de malabares convive una innegable propensión a la diversidad. La voz narrativa sabe que cada relato diseña su propia estructura argumental. Es un espacio de acción que cobija lo inverosímil y las formas azarosas de lo ordinario. Esas reiteradas rutinas que se guardan dentro del círculo semántico de las palabras. En la rueda de asuntos, el conjunto no esconde el sentido abierto de lo social y el alarde prodigioso; el registro de lo contingente y ese estar tenebroso en manos del destino que hace de cada territorio un desconcierto. La originalidad del conjunto concentra un colmado laberinto expresivo, que alumbra sentimientos y reflexiones y enciende enciende curiosidad y asombro. Más allá de la observación subjetiva, cada relato traza la silueta de una íntima historia particular. Es una ficción hecha propuesta de conocimiento, donde se desvela el fondo significante del yo en el discurrir de la existencia.
JOSÉ LUIS MORANTE
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