ESTRELLAS SIN HILO
Al dibujar los trazos de su itinerario poético en el cuaderno Poesía y poética, edición no venal de la
Fundación Juan March publicada en 2018, Juan Carlos Mestre (Villafranca del
Bierzo, León, 1957) escribía: “Asumo la poesía como un camino hacia la
interioridad de las fundaciones del espíritu y al definitivo valor inmaterial
de la conciencia, a la irradiante oscuridad del amor y a la rectificable
claridad de la muerte”.
Aquella exploración conceptual
indagaba también sobre la abundancia verbal del lenguaje, ese espacio abierto
que hace de la imaginación la más evidente realidad existencial cuajada de
significativas variantes. Lo previsible se ausenta. Cierra la boca la obviedad
encogida de la razón y sus líneas argumentales y el recurso de la intuición
convierte la sensibilidad poética en despliegue expandido hacia las cosas.
Desde ese enfoque amanece una percepción instantánea, abierta a una comprensión
inmediata que convierte emociones y sentimientos en experiencia estética que
indaga más allá de la lógica.
Así se
gesta un fluir creativo proteico. Una dimensión exploratoria rupturista con la
racionalidad de una estética cerrada, siempre proclive al juego literario y al
abrazo de las posibilidades de la expresión como un ámbito rizomático y
disgregado. Desde ese propósito de apertura ha ido naciendo la obra poética de
Juan Carlos Mestre, conformada por las siguientes entregas: Siete poemas escritos junto a la lluvia (1982),
La visita de Safo (1983), Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo,
reconocida en 1985 con el Premio Adonáis, Las páginas del fuego (1987), publicada en Chile, país donde vivirá varios años, La
poesía ha caído en desgracia (1992), Premio Jaime Gil de Biedma, La Tumba de Keats (1999), Premio Jaén de
Poesía, La casa roja (2008), libro
reconocido al año siguiente con el Premio Nacional de Poesía, y La bicicleta del panadero (2012), Premio
de la Crítica. El conjunto atestigua una obra de fuerte singularidad y clara pulsión dialéctica, representada también en numerosos cuadernos y antologías y complementada con estudios y ensayos.
Raquel Ramírez de Arellano (Madrid, 1975), Licenciada en Filología
Hispánica y profesora, prepara la muestra La
historia del movimiento obrero de las hormigas, trabajo de exquisita
presencia formal que integra veinticuatro composiciones de Juan Carlos Mestre y
una docena de dibujos a todo color. No olvidemos que el poeta es un artista
visual de primera línea, y que ambas expresiones artísticas comparten el ideario
surrealista, una imaginación implosiva y una clara propensión temática por el
onirismo y los estratos asimétricos de la realidad. La creación artística libera
el pensamiento y acoge una inmersión en lo irracional, una búsqueda de estratos
significativos, más allá de lo aparente.
La impulsora de la compilación recuerda la dimensión escénica que
adquieren los poemas en boca de su autor y el signo lírico que transforma la
lectura en un escenario. El escritor mantiene un claro impacto emocional que
convierte la presencia del poeta en las aulas en motivación y terapia, en la
entrada a un mundo mágico, repleto de sensaciones y extrañamientos. Como
asevera el poeta: “la poesía permanece amarrada al conflicto del deseo, la
imaginación y la conciencia”. Desde allí afloran las resonancias interiores de
la conciencia, un camino de conocimiento y compromiso que busca respuestas ante
la existencia y el devenir histórico, que está en continua revisión. Ajena al intimismo reflexivo de la
oratoria autobiográfica, la poesía de Juan Carlos Mestre es una creación
emancipada de la figuración. En ella se cobija la aspiración a un sueño que no
ha sido soñado todavía, el habitable no lugar que dibuja en el aire la espiral
del poema.
JOSÉ LUIS MORANTE
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