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| Naturaleza muerta | 
 EN LLAMAS
O bien dijo un sollozo 
o algo semejante,
 que repitió y creció, y dejó su pecho
estremecido -así la rama
abandonada por un pájaro.
ÁNGEL GONZÁLEZ
 
 
. Frustración ante la ignorancia
e irracionalidad de quienes cada verano provocan los incendios que convierten
nuestras provincias en territorio estéril. 
 
. El sofista Protágoras, uno de
los inspiradores de la pedagogía, pensaba que el problema fundamental del ser
es la educación. Tiene razón: nadie civilizado quemaría un bosque.
 
.Todos los años idénticos
titulares en los medios de comunicación: miles de hectáreas calcinadas y un
espacio desértico, sin rastros de vida. Todos los años también la misma
impunidad e idéntica impotencia.
 
. Pesimismo antropológico: las
buenas intenciones sobre la prevención de incendios se olvidan en invierno.
 
. Sin medidas concretas en la
vida comunitaria – reforestación, educación medioambiental, limpiezas y podas programadas, aclimatación de nuevas especies, responsabilidad penal, económica y civil
para los infractores…- estas mínimas reflexiones no son sino una queja
insistente, mera palabrería.
 
. En la retina, la equilibrada
serenidad formal del bosque antes del fuego. El verdor febril de la alegría que es ahora naturaleza muerta.
 
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