Compás de códigos en la poesía de Clara Janés
Mariarosa Scaramuzza Vidoni
Devenir, El Otro, Madrid, 2012
La profesora Mariarosa Scaramuzza, hispanista de reconocido prestigio por sus estudios de literatura española, con especial dedicación a Miguel de Cervantes, difusora en la universidad de Milán
del español como segunda lengua, y directora de la revista Tintas,
aborda en esta monografía el devenir lírico de Clara Janés (Barcelona, 1940). Sus diferentes ensayos sobre la escritora, perciben las sucesivas entregas como una cosmovisión dinámica, en la que encuentra definición un
lenguaje personal. Comienza Compás de
códigos en la poesía de Clara Janés con las notas caracteriales del
ambiente familiar. En él se potencia desde la infancia una sensibilidad
artística, que se fortalece en la primera juventud con la lectura de clásicos y
los estudios universitarios. Así se va gestando una estética, también
moldeada por la contingencia existencial.
Existir implica percibir nuestra
condición transitoria y temporal, una idea que halla acomodo en la carta de
presentación, Las estrellas vencidas,
y que seguirá vigente en pasos posteriores. Otro momento determinante en
el rumbo poético de Clara Janés es la lectura y traducción del poeta checo
Vladimir Holan, a quien debe una visión
trágica del ser individual contemporáneo. La obra de Holan resuena en el
acercamiento a otros poetas del misterio como Rilke y T. S Eliot. Pero
cualquier periplo creador busca ensanches nuevos, mutaciones en las que se
incorporan recursos expresivos y variantes teáticas; en una vocación tan
fecunda como la estudiada cada momento escritural encuentra matices que lo singularizan y
enfocan otras preocupaciones, como lo metapoético. La reflexión sobre el sentido de la
palabra poética dota a muchos poemas de Clara Janés de núcleos generativos
basados en el ritmo, la melodía – que en no pocas ocasiones se debe a
experiencias sensoriales de su infancia- y el sentido de conocimiento que las
palabras tienen para dar identidad.
La dimensión janesiana tiene una vertiente icónica en su
práctica de la poesía visual, una escritura en libertad que vincula la
expresión formal a la participación activa de un lector capaz de descifrar claves
simbólicas.
Con decir ameno, Mariarosa Scaramuzza dibuja una documentada geografía
poética de Clara Janés, cuya lírica optó desde sus entregas iniciales por el
recorrido en solitario, desconectada de grupos de abrigo y etiquetas
generacionales. Las fases de escritura se suceden con un objetivo común: la
búsqueda de una palabra originaria, capaz de expresar la dimensión interior del
yo; los versos conceden fluidez al cauce por el que discurren las aguas profundas de la
conciencia. Como escribiese María del Pilar Palomo, en Clara Janés “el afán de
escribir es lo mismo que el afán de ser”
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