PATÉTICA:
. Cuando los años discurren hacia el final se cambia el uso del
lenguaje: los nombres se hacen sedentarios; los adjetivos erráticos; los verbos
imprecisos…
. Visión beatífica. Confunde
maquillaje, máscara y rostro.
. En la distancia todo es
enigmático. Pero no importa.
. La senectud transforma la
elegía en recreación arqueológica.
. Duele la claridad. Al descorrer la cortina, el sol
y su aparatosa puesta en escena.
. Un suicidio fallido nos
convierte en un muerto rezagado.
Como siempre un placer acudir a tus aforismos.
ResponderEliminarYa sabes, querido amigo, que la cultura japonesa es un ejemplo de delicadeza y respeto por los mayores. Por eso me resultó tan estridente la intervención de ese político apelando a la voluntad de morir pronto para no causar gastos. Ese es el motivo que inspiró estos aforismos que, como siempre, tratas con la generosidad incansable del afecto.
ResponderEliminarMe alegra mucho el éxito crítico de LA LETRA PERDIDA...
Palabras que son decantada claridad, más allá de las confusas -y aciagas- aguas de la horas perdidas del desánimo. Excelentes aforismos para apuntar en la memoria del tiempo y sus intransigencias. Enhorabuena.
ResponderEliminarLa vejez es ese laberinto de soledad que sólo tiene una puerta. En ella estaremos todos, así que conviene pensar que hay que ser solidarios con ese umbral.
EliminarPor razones personales, veo cómo erosiona el tiempo cada día la memoria de nuestros padres. Y eso fomenta la ternura y, al mismo tiempo, me llena de impotencia.
Abrazos y mi gratitud por tus palabras, Ismael.
Esos ojos recuerdan el lenguaje de los sueños perdidos.
ResponderEliminarUn placer deternese en tus aforismos, José Luis.
Feliz fin de semana.
Son ojos en los que se asoma la fragilidad de la existencia; ojos que miran resignados la proximidad de la nada y el vacío.
ResponderEliminarUn tiempo triste que hay que llenar de calor humano.
Un abrazo fuerte desde Rivas y la certeza de que estamos muy cerca, también en tantos kilómetros de distancia.
Abrazos y feliz fin de semana.
Ejemplares aforismos: por su belleza formal y por cuanto expresan. Lo del ministro japonés, cosecha de estos tiempos en los que con tanta facilidad, y quizá más que nunca, se confunde valor y precio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Antonio, sabes que tus palabras siempre son un regalo; sabes también que la indecencia política del japonés no es un hecho aislado sino un síntoma colectivo de un tiempo abocado a la estupidez diaria.
EliminarAbrazos