La Gioconda Leonardo Da Vinci |
Cuenta un libro de Historia
que Da Vinci, modelo de humanistas,
en el confuso mapa de viajes y mecenas,
llevó siempre en sus brazos La Gioconda
como parte de sí, como un apéndice.
De tal comportamiento
acaso nos regale una respuesta
el verso de John Keats:
Un bello rostro es un placer eterno.
La proverbial mesura de la tela,
el pulcro y delicado vestuario,
la mancha amarillenta de la mano en reposo,
el óvalo difuso, el largo cuello
o el vedado misterio de la ambigua sonrisa
componían el Todo,
una aparente realidad del cielo.
Sabía el gran Leonardo
que la belleza es fruto
inmutable y eterno,
y quiso ser su sombra.
Aceptaba la propia intranscendencia,
el destino fugaz; andar de paso.
Mapa de ruta. Antología poética (1990-2009) José Luis Morante Maillot Amarillo, Granada, 2010 |
Qué oportuno, José Luis, acabo de poner una "sonrisa libresca" como mi identificación en Fb: no es tan hermosa y misteriosa como la de Gioconda, pero me sirve.
ResponderEliminarLa Belleza,un interesante tema para tratar en tertulia: idealización, relatividad,...
un abrazo
Querida amiga, es un cuadro mágico que acaso decepciona cuando se contempla por primera vez al natural. Tantas teorías para explicar su ambiguedad dejan claro una cosa: que cada respuesta es sólo el anticipo de otra pregunta.
EliminarUn beso fuerte.
Un poema ciertamente hermoso (y muy sugerente). Hans Magnus Enzensberger dijo una vez que la vanidad es la enfermedad profesional de los escritores... por extensión, se podía decir lo mismo de buena parte de los cultivadores de otras artes. Y sin embargo, creo que también el arte, y desde luego la literatura, tiene algo de renuncia, una lección de humildad capaz de seducir al más vanidoso de los artistas. Gracias, José Luis, por traer aquí este texto.
ResponderEliminarQué alegría compartir tu inteligencia en este blog; eres parte esencial del itinerario laboral de Rivas. Todavía y siempre.
EliminarEl escritor convive con muchos fantasmas, uno de ellos la vanidad, pero también con ese búsqueda incansable de encontrar sentido a cada uno de sus gestos.
Abrazos fuertes.
Un sabio final para un buen poema.
ResponderEliminarNosotros pasamos, lo verdaderamente bello permanece.
Un abrazo
Así es querido Jesús. Hoy he vuelto a la Feria del Libro con mis alumnos del instituto y otros profesores y he regresado con la sensación de que las páginas de tantos libros preservan con firmeza un legado de sentimientos y reflexiones que no se olvidará en el tiempo.
EliminarUn abrazo fuerte.