Querido amigo, vivir tierra adentro dispara la añoranza. Hoy leía un poema de Ängel González que hablaba del agua gris y de esas gaviotas prendidas en el airé, con quietud estática. Y busqué un haiku que definiese ese diálogo. Abrazos y muchas gracias por tu lectura
Como siempre un bonito poema para un pensamiento grande. Precisamente vengo de mi paseo dominical por la playa, hoy hace un día precioso y este poema tuyo me hace recordar en palabras los silencios que tan bien me sientan a orillas de mi Mar Menor. Ah, este comentario te lo dejo ya desde mi "nuevo ordenador" es un acer pequeño, pero para mí es muy grande. Un fuerte abrazo, amigo.
A ver si el tiempo es generoso y alguna vez nos deja pasear juntos por ese mar menor que contigo cerquita será siempre grande. Enhorabuena por tu ordenador de estreno; es imposible vivir sin estos cacharros al lado. Son sombras digitales que se han adherido a nuestra piel. Un fuerte abrazo y que tu nuevo compañero de viaje sea muy útil.
Es una estrofa agradecida que unifica la cortesía hacia el lector de la brevedad y la percepción de lo que nos rodea. El domingo invita a la pereza escueta del haiku, querido Antonio. Un firme anclaje en los afectos, y mis mjores eseos para el tiempo festivo del domingo.
Los itinerarios playeros son maravillosos cuando el litoral está despejado y se oye la voz de las olas. Ese paseo fue gratificante, como siempre son gratificantes tus comentarios. Un abrazo cordial.
Caminaba esta noche, seguía algunas huellas , hasta que llegué a este puerto y me cubrí con el silencio y la brevedad de tus letras. Un placer haberte leído, esperó seguir leyéndote . Un abrazo desde Colombia
¡Qué bonito! Disfruta de tu mar.
ResponderEliminarUn abrazo
Querido amigo, vivir tierra adentro dispara la añoranza. Hoy leía un poema de Ängel González que hablaba del agua gris y de esas gaviotas prendidas en el airé, con quietud estática. Y busqué un haiku que definiese ese diálogo. Abrazos y muchas gracias por tu lectura
EliminarComo siempre un bonito poema para un pensamiento grande. Precisamente vengo de mi paseo dominical por la playa, hoy hace un día precioso y este poema tuyo me hace recordar en palabras los silencios que tan bien me sientan a orillas de mi Mar Menor. Ah, este comentario te lo dejo ya desde mi "nuevo ordenador" es un acer pequeño, pero para mí es muy grande. Un fuerte abrazo, amigo.
ResponderEliminarA ver si el tiempo es generoso y alguna vez nos deja pasear juntos por ese mar menor que contigo cerquita será siempre grande. Enhorabuena por tu ordenador de estreno; es imposible vivir sin estos cacharros al lado. Son sombras digitales que se han adherido a nuestra piel. Un fuerte abrazo y que tu nuevo compañero de viaje sea muy útil.
EliminarLa luz habita
ResponderEliminarlas diecisiete sílabas
de tu haikú.
Un abrazo azul, como esa mar.
Es una estrofa agradecida que unifica la cortesía hacia el lector de la brevedad y la percepción de lo que nos rodea. El domingo invita a la pereza escueta del haiku, querido Antonio. Un firme anclaje en los afectos, y mis mjores eseos para el tiempo festivo del domingo.
EliminarCuando el mar está en calma inspira serenidad y se refleja en tu poema. Te sentó bien el paseo.
ResponderEliminarSaludos.
Los itinerarios playeros son maravillosos cuando el litoral está despejado y se oye la voz de las olas. Ese paseo fue gratificante, como siempre son gratificantes tus comentarios. Un abrazo cordial.
EliminarCaminaba esta noche, seguía algunas huellas , hasta que llegué a este puerto y me cubrí con el silencio y la brevedad de tus letras. Un placer haberte leído, esperó seguir leyéndote . Un abrazo desde Colombia
ResponderEliminarUn abrazo cordial de bienvenida y la esperanza de un camino común de amistad y poesía.
Eliminar