ESPAÑA
De haber nacido, haber
nacido donde estoy:
en la España sombría
y heroica de hoy
En su largo trascurso reconozco
grava suelta y arena,
el andar negligente
de un viajero cansado.
España ya no existe como tema poético,
es solo un sustantivo que dormita
en el viejo jergón
de un poeta social.
Quien se acerca al motivo desempolva
limos y arqueología,
el perfil cartográfico
de semántica triste
que rechazos y odios
confunden con espíritus tribales.
Su oratoria proclama
secesión y ruptura,
hierro firme
que punza voluntades.
Yo, sin embargo, encuentro
en las tres sílabas
esa tierra común
donde creció la culpa y la vergüenza,
pero también la luz
que desvela un principio,
una conciencia mítica,
unos itinerarios de regreso,
un bar abierto en el amanecer.
España es el ahora:
sombrío espacio y crisis;
la angustia de la grada y el aplauso
a un equipo de fútbol
de palmarés creciente y talla media;
una bandera, un himno y un idioma
para afirmar que sí,
que oculto en el poema sobrevive
un término gastado por el uso;
que a mí me duele España.
Con sus luces y sombras..., ya lo creo. Otero, bien traído.
ResponderEliminarUn abrazo.
Blas de Otero es un poeta extraordinario cuya enseñanza sigue vigente y plena. La idea de España como espacio geográfico convivencial es tarea de todos. Un fuerte abrazo, querido amigo.
EliminarTan real como la vida misma. ¿Se pude decir de otra manera? no lo sé, pero creo que el resultado sería el mismo. Bonito poema para un comienzo de temporada un tanto incierto. Gracias por tu visión poética de un país llamado España y que las sombras son tantas como las luces.
ResponderEliminarQuerido Paco, la sensación de luces y sombras de nuestra geografía está en el aire. Yo me niego a que el país sea un convenio colectivo de políticos al uso o una razón para el conflicto. Es una pena que no sepamos hacer de nuestra tierra un espacio habitable. Abrazos fuertes, como siempre.
EliminarUn poema donde subyace una profunda reflexión. Miro en el espejo de tus sílabas y veo su ovillo enredado de memoria. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarY tal vez veas también esa tristeza que me causa la obstinación de algunos en ser taxativos y excluyentes, en convertir su aldea en centro de la galaxia. Es horrible pensar que la intolerancia sectaria del independentismo esté siempre ahí.
EliminarConfiemos en que esa tierra (por extensión, aplicable a la bolita azul vagando por el universo) siga siendo aún un bar abierto al amanecer. Salgo a buscarlo, compañero.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Es curioso, esa imagen lúdica del bar sin cierre, también la resaltaba el poeta Alberto Ávila; ojalá esa felicidad transitoria fuera símbolo de paciente convivencia y camaradería cordial. Que encuentres el bar, Amando. Abrazos.
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