Lo que dejan los días Pablo Núñez Aula de Poesía, Edit.um Murcia, 2014 |
EL RUMOR DEL TIEMPO
A Pablo Núñez no le asusta tan amplio tratamiento del motivo, sabe que
el topos admite un rastro plural de
idearios estéticos y él mismo ha organizado el avance poemático con encuadres diferenciados, aunque las tres
secciones del libro comparten un
discurso diáfano e intimista que adquiere un cierto aire de solemnidad en las
citas prologales de T. S. Eliot y Jorge Luis Borges. La sección de inicio, “El
reflejo de los siglos” aglutina una decena de composiciones; conecta el ser
individual con un devenir común, como si alentara bajo la dermis de cada sujeto
un arquetipo mensurable, hecho para perdurar en el acontecer, aun cuando el
cauce del verso desarrolle una historia biográfica concreta. Cuánto
sugiere el verso “Para que yo me llame
Ángel González” este primer poema de Pablo Núñez: “Nace un hombre y comienza a
nacer el mundo. / Mundos naciendo y muriendo a cada instante.”; un ciclo vital
renovado y continuo, una interminable sucesión de causas y efectos conceden a
cada eslabón de la cadena justificación
y sentido y hacen que la finitud y el ser temporal se prolonguen y adquieran consistencia
perdurable. El tiempo se concibe así no como fragmentos aislados sino como
paréntesis vitales que se solapan y conexionan, que se expresan con la misma
voz y dejan entre las manos indicios similares. Lo que se ha perdido,
permanece, está en el aire como un eco difuso, como un rumor audible, como un
vago reflejo.
En “Conversación” adquiere un enfoque relevante la voz de la memoria.
Retorna el primer recuerdo y las formas que habitaron ciudades y pasos, esos
pasos en que también habitan en los libros. Hay claves que remiten a Julio
Cortázar y a su literatura. Pienso, por ejemplo, en el verso “todos los fuegos
el fuego”, o en el título “Visión breve de los parques”. El tema de la luna en
alguna composición recuerda núcleos argumentales de la poesía de Eloy Sánchez
Rosillo o de Giacomo Leopardi.
El conjunto de cierre aglutina el binomio tiempo y conciencias del
lenguaje. En sus poemas el acontecer se hace punto de reflexión. Las palabras
funcionan como testigos fieles de lo mutable; en su nombrar conceden
existencia, habla de sueños y experiencias, formula intuiciones y atrapan
fugazmente lo que mañana será solo ceniza, unos rasgos perdidos en la sombra.
Con el libro Lo que dejan los días inicia rumbo Pablo Núñez. Este umbral busca
senda con palabras de todos, con verbo claro y transparente que evidencia su
empeño de convivir con las preocupaciones del lector, sin piruetas arriesgadas
ni experimentales, pero con la certeza de que esta meditación esclarece
cualquier andadura existencial: la suya y la de todos.
buenas referencias de Pablo,
ResponderEliminarsaludos
Un primer libro es siempre, querido Omar, una invitación al viaje por la amistad y por la poesía. Que tengas un buen día y gracias por acercarte a mi lectura de Pablo Núñez. Saludos y mi gratitud por tus palabras.
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