LOS QUE ESPERAN
Llegan temprano al parque desde
algún itinerario común y repetido. Caminan lentos, con un rumor de brisa en los
zapatos y la espalda encorvada por el peso tenaz de los recuerdos. Relatan a diario vidas
improbables, hechos que ahora parecen tangenciales y oscuros. Cuando están en
el parque nada ocurre, pero son más ellos.
Su voluntad persiste en ese oficio que tan bien conoce: esperar.
Su voluntad persiste en ese oficio que tan bien conoce: esperar.
Emocionante y aleccionador texto, consecuencia de quien sabe mirar y ver, y lo hace con especial sensibilidad y cercanía. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Antonio, es mi homenaje leve a esos madrugadores habitantes del parque que cada día acompañan mis pasos al instituto. Están ahí, con el mudo lenguaje de los años. Serenos, sosegados, a la espera. Un abrazo
EliminarEs mi anhelo llegar a ciertos años, y con espíritu de plácida espera, sentarme en el banco de un parque con un buen libro y contemplar la vida en paz.
ResponderEliminarUn abrazo
Copio tu idea, Jesús, con un añadido: que el mar esté cerquita. Un fuerte abrazo.
EliminarTriste, sentido y sensible texto, querido José Luis.
ResponderEliminarUnos esperan ver llegar, tranquilos, la nada total; otros resisten la exclusión social no tan tranquilos.
Prefiero esperar entre los primeros.
Un abrazo, poeta. Feliz semana y puente.
Otros esperan
Yo creo que la espera no es un ámbito pesimista, sino otra forma de mirar. Como decía Pessoa "una manera de estar solo". Un abrazo fuerte.
Eliminarque no, que no, ellos no esperan la nada, ellos esperan la siguiente zanja, socabón, cimentación... a ser posible con gran despliegue de medios y máquinas...
ResponderEliminar:)
¡ y mucho barro !
EliminarY un sitio privilegiado para mirar el tiempo y su cansancio de tareas pendientes. Abrazos, Chisme.
EliminarEl barro hay que quitarlo, que ensucia las alfombras del optimismo y aleja a los nietos. Abrazos limpios, sin barro.
EliminarY no desesperan y si desesperan no se les nota.
ResponderEliminarQué alegría encontrar tus palabras de nuevo en estos puentes de papel. Yo creo que la edad convierte a la paciencia en una forma de estar. El reloj es un elemento laboral. En esa edad el reloj es un artilugio sin funciones concretas. Saludos.
EliminarEsperar todos esperamos, pero creo que ellos son los que menos esperan, conscientes de que ya están apadrinados por la vida del jubilado, por la posibilidad de no estar atados a un reloj. Un abrazo
ResponderEliminarLa espera es solo una forma de pensar que la rutina no sigue un itinerario previsible; la certeza difusa de que, cerca, se escuchan los pasos del azar. Un abrazo, Carmela, y enhorabuena por tu microrrelato seleccionado.
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