En caso de dudas y otros poemas de casi amor Antonio Manilla Editorial Sloper Palma de Mallorca, 2016 |
EN CASO DE DUDA
La parcela lírica de Antonio
Manilla (León, 1967) se ha expandido en el curso temporal de 2016 con
incansable solidez. En un lapso muy breve han visto la luz tres entregas, todas
ellas reconocidas con importantes premios. Con paso firme y voz temporalista, El lugar en mí obtenía el Ciudad de
Salamanca; en sus composiciones el transcurso vital dirige al yo hacia “un
jardín plagado de quimeras”. Pero el estar es sinónimo de incertidumbre porque
el paso cansado del reloj no cesa nunca en su afán acumulativo. Las ilusiones difunden brotes
renovados y alientan espejismos, como si su percepción fuese el entrelazado
natural que tiende puentes entre el ayer y el presente. Los días se suceden en
un fluir remansado, donde solo es certeza la posesión callada de lo transitorio
y el vuelo imprevisible del azar. En él rastrea el sujeto un lugar propio, un
territorio habitable que permita asumir los signos del entorno y su caligrafía
de plenitud y armonía. También signo elegíaco despedían las composiciones de Sin tiempo ni añoranza, un poemario
reconocido con el Premio Paul Beckett. Allí amanece el fulgor crepuscular
de los recuerdos. La memoria común disemina paisajes afectivos y en ese
patrimonio de luz deshecha dormitan las paradojas del acontecer, esas
experiencias por las que la inocencia inicial de la primera etapa permuta en
madurez. Poco a poco, los lugares del pasado son teselas en su sitio, proclives
a la crónica y a la mitología, un inventario de signos expuestos que aspira a
sobrevivir entre la incansable zozobra del olvido.
La titulación explícita que
emplea Antonio Manilla en su última entrega, En caso de duda y otros poemas de casi amor, permite clarificar de inmediato la semántica del poema.
En el texto de apertura “Substancias (por ahora) legales” compendia algunos
elementos transversales de esta arquitectura: el empleo del poema breve, el uso
de la ironía que busca distanciarse de la voz biográfica, y el recurrir a
asuntos impregnados de lo existencial, siempre tratados con intensidad emotiva;
la vida en cada instante profundiza en las pérdidas, marca la soledad como un
entorno en el que encuentran sitio los restos del pasado. Lo transcurrido
pervive en un reguero de imágenes en el que se asienta la claridad de la memoria.
Los versos insuflan vida a un rastro icónico que expande sus formas y contornos sobre el
poema: “ Que vivan para siempre / las costuras del día :/ todo cuanto es exceso
sensitivo”. (Pág. 9)
De este modo, el verso adquiere
una clara función cognitiva, se hace reflexión y reflejo de lo transitorio,
como si el poema fuese un litoral en marea baja sobre cuya quietud se deposita
un patrimonio de indicios que permite recordar lo andado. Otra vez cobra
sentido aquel aserto clásico :”Solo lo fugitivo permanece”. En los poemas de En caso de duda y otros poemas de casi amor el estar del sujeto da pie a un tono intimista
en el que resulta muy reconocible un amplio sustrato sentimental. Este
posicionamiento intimista concede a la relación entre el yo y el otro un
perdurable diálogo, como si fuese necesario buscar sitio a los motivos
personales que dan impulso a la cronología vital. Nada tiene una valoración
pequeña: cada gesto, cada mácula del recuerdo, cada pulsación se convierte en
una razón de vida.
La triada poética de Antonio
Manilla provoca los efectos secundarios de una antología parcial. Favorece una
perspectiva amplia sobre las constantes vitales de su ideario estético: memoria
y temporalidad. Dos temas expuestos con una sugerente cercanía discursiva, con
ritmo regular y modulación clásica, con un aditamento retórico bajo control, que equilibra ángulos
biográficos y aportes de la tradición. El resultado define con precisión una
voz decantada, lúcida, personal, que hace del tiempo un diario introspectivo,
un mapa interpretable para seguir en
vuelo.
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