Fracturas Rubén Martín Díaz Nausicaa, Colección La Rosa Profunda XXX Premio de poesía Barcarola Albacete, 2016 |
FRACTURAS
En un tiempo creativo que no
alcanza una década todavía, el edificio verbal de Rubén Martín Díaz (Albacete,
1980) se ha convertido en voz singular, que figura en los principales recuentos de la lírica
contemporánea. Su salida más reciente es Fracturas, editada en 2016, tras conseguir el Premio de Poesía
Barcarola.
Poderoso y objetivo, el
sustantivo “Fracturas” conlleva una experiencia psíquica de ruptura y arrastre,
como si lo previsible del acontecer, con su ritmo mantenido y pulsante, se
viese superado de pronto por el desconcierto. Así se va gestando el horizonte
vital casi, al mismo tiempo, imagen de quietud e intento de
perdurar y exposición pautada del derrumbe. Desde el viaje callado de la luz, toma cuerpo la existencia diaria, mecida por la melancolía de ser nube de paso, presente en
cada gesto del sujeto pensante: “Me arrellano en mi silla / y dejo que los párpados / tropiecen con el sueño, /
mientras que el fuego oxida las cenizas / en mis ojos borrados”.
La naturaleza, cercano libro
abierto, abre los ojos como un bosque de
símbolos; con destreza didáctica provoca un pausado despliegue del suceder cuyo
sentido se aglutinan en conjunción armónica ideas y emociones,
ante tantos estímulos siempre presentes en la alterada textura de lo real. Se escribe con verbo claro en el poema “Insecto”: “El vuelo de un insecto / desordenado y pertinaz,
describe / la música invisible de la vida, / la frecuencia alterada que me
induce a pensar / en todas esas cosas que ignoramos / pero que están presentes,
/ como una realidad que complementa / la pobre realidad de nuestros ojos “.
En ese estar a descubierta en el
entorno existe un intercambio dialogal entre el pensamiento reflexivo, que
aglutina y pone orden en una percepción fragmentada, y la combinatoria de
elementos contingentes entre los que se materializa una proyección del yo. La
realidad exterior nunca es ajena y da aliento al yo poético; el
sujeto sale de sí mismo para estar en los objetos como un acto de entrega.
No pasan inadvertidos algunos
referentes literarios. En el sedimento cultural de Fracturas buscan sitio protagonistas de la tradición que hacen de
los versos cauces continuos. Entre esos nombres propios está Milosz, o Michel
Houlebecq, que propicia una reflexión sobre el rol del escritor y el sentido
ético del quehacer literario, o una cuestión estética que encandiló en su día a
Jaime Gil de Biedma sobre la identidad y su opción dual de ser poeta o
poema, un asunto que también halló contundente configuración en Rubén Darío y
en sus consideraciones del poema como artefacto verbal, sin enlaces con el ser
biográfico.
La propuesta estética de Rubén
Martín Díaz llega hasta el lector con ritmo clásico y una serenidad elegante en
la que se expresa una mirada sobre la inestabilidad y sus fracturas,
pero también una identificación especular con la otredad; en ella el sujeto poético se
define y mantiene una estrecha relación. Poesía del sentir que es siempre una
manera de romper límites y superar la extrañeza de la realidad exterior.
Fracturas es un libro que inaugura. A la celebración, atenuada aquí, se añade la perturbación. la sensación de lo no estable. en la vida y en el poema. El poeta deviene humano. Frágil en la búsqueda. Todo tiene el sabor de de sospecha. Hay un hombre que tiembla. hay un hombre que espera. Y mordiendo, la poesía.
ResponderEliminarQuerido Francisco, creo que el itinerario de Rubén Martín Díaz está creciendo con brújula firme, con ese sosiego creador de quien sabe que solo vale en poesía el verbo necesario. Y su última entrega "Fracturas" subraya esa impresión crítica. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu caminar entre estos puentes.
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