Formas |
Brillan
hogueras
en el aire
nocturno.
Fulgor rojizo.
Puesta de
sol.
Impacientes
suburbios
y despedidas.
El sonido del
agua
vela
silencios.
tan igual a
sí misma
como el
desierto.
Ellos ignoran
la dirección
del agua.
El viento,
brújula.
En
lo recóndito
la
oscuridad vacía
que nos
espera.
(De Nubes, Málaga, 2013)
¿Cómo sería
ResponderEliminar-¿rojiazulamarillo?-
el color "fuego"?
(Aitor Suárez)
Es un color ambiguo porque sabe que su fulgor es transitorio, una simple estela en el negro. Muchas gracias por calentar tus manos en este blog. Un fuerte abrazo.
EliminarCálido fuego
ResponderEliminarson tus palabras siempre
para nosotros.
Y tu mirada es la certeza de que la poesía no es sino un diálogo repleto de búsqueda y complicidad. Un abrazo, poeta.
EliminarCon el calorazo que hace, no me pega esa candela. Son versos para leer bajo una mantita suave y ahora como que no.
ResponderEliminarNo me hagas caso estoy mu cansá.
Tienes razón, pero la mantita no está tan lejos; espero la lluvia y ese clima afectivo que deja el chaparrón en los ventanales. Ya está bien de sol y luz, Tracy, es tiempo de vendimia y sosiego. Un gran abrazo y cuánto me gusta tu estar cerquita.
EliminarEs curioso, José Luis, en tus haikus aparecen los antiguos cuatro elementos de la Naturaleza: fuego, agua tierra y aire... ¿casualidad? Un abrazo.
ResponderEliminarNo pretendía hacer una cosmogonía, querido poeta, se ve que lo imprevisible también forma parte de lo diario, así que encantado de ver las bifurcaciones que recorre la inteligencia de amigos como tú. Un gran abrazo.
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