Acero en los labios Isabel MarinaPrólogo de Fernando Álvarez Balbuena Ediciones Camelot, 2016 |
ACERO EN LOS LABIOS
Ninguna amanecida literaria tiene
la luz del primer libro. En él se hace palpable la consistencia de una
vocación que encuentra sitio y el afán
de seguir marcando pasos entre tanteos y sendas muertas, entre aciertos y
búsquedas de itinerarios por explorar.
Conocí a Isabel Marina (Avilés,
1968), poeta y periodista, en ese bar abierto a cualquier hora que es la
cafetería digital de facebook. Y allí he
sentido, entre emoticonos y me gusta, su cercanía ante lo literario y sus
continuos gestos amistosos, que ahora completa la dedicatoria de su primer
libro, Acero en los labios, carta de
presentación con una sugerente imagen de cubierta del fotógrafo Gonzalo Ramos y
un liminar amistoso de Fernando Álvarez Balbuena.
El prologuista aborda el ideario
poético de Isabel Marina con verbo implicado y señala la elegancia de estilo,
la riqueza imaginativa y la lograda expresividad de un léxico estricto y
riguroso. Son trazos que invitan al lector a completar la imagen de la poeta
asturiana hilvanando los puntos dispersos.
Desde el arranque, “Como pobres
diablos”, un latiguillo coloquial con algo de resignación, se percibe el empeño
de huir de lo abstracto para ofertar una lírica escrita por la calma rota de un
espectador que verbaliza “lejanos ecos / de vidas grabadas / en cualquier
renglón”. El despertar diario es la crónica de una melancolía anunciada y llena
las aceras de ensimismamiento y soledad: “Llueve./ Llueve implacablemente. /
Mis ojos vacíos, / en este horizonte de clavos. / La oscuridad me envuelve./ Y
los hombres que pasan / contemplan mi desierto. “. Mientras va creciendo la
mañana con la pereza de lo rutinario se hace más palpable la opresiva sensación
de un paréntesis cerrado de finitud, de habitar en un cuarto oscuro y triste
que pone a cada sensación una etiqueta de material perecedero.
El apartado central, “Esta ceniza
seca” arranca con unos conocidos versos de Luis Rosales, el gran poeta de La casa encendida. En las composiciones que reúne perdura el
tratamiento de temporalidad y el propósito de buscar sentido a la quietud de lo
evidente: “Todo sabe a ceniza, camino polvoriento, / vastedad y pena. / La luz
se irá poco a poco / sin drama ni tragedia, / y sólo quedará de nosotros / esta
ceniza seca”. Mientras se deshace lo diáfano, la travesía marca su distancia
bajo hojarasca y sombra. El avance del yo congrega signos de degradación; los
ojos impactan contra el cristal opaco del temblor y la existencia adquiere la
desolación de un descampado en la periferia.
Los últimos poemas, “Somos
fulgor”, buscan la luz de algunas certidumbres. la conciencia de ser abre
puertas, se aleja del dolor y recurre a la voluntad para zarandear al
cansancio: “La vida me reclama. / Ya ha llegado el tiempo / de sentir la
lluvia, / de liberar mi nave, / en este invierno manchado / de miedo insensato.
/ Me alzo de puntillas. / Es la vida que me llama. / Es la vida que me empuja /
hacia un nuevo canto “
En Acero en los labios Isabel Marina plantea un viaje existencial; sus
versos invitan a una reflexión sobre el tiempo y sus parámetros de caducidad.
Su libro dibuja un viaje entre la sombra y el fulgor, entre el pesimismo y la
creencia personal de que mantener un alba de esperanza requiere un rescoldo,
una chispa encendida para que el párpado descubra una sonrisa.
Muchísimas gracias, maestro.
ResponderEliminarQuerida amiga, una alegría percibir tu cercanía, tu amistad, tu literatura... Un abrazo cordial y la esperanza de un rincón habitable para compartir en el futuro.
EliminarMaravillosa reseña de "Acero en los labios". Enhorabuena, Isabel, José Luis y Fernando.
ResponderEliminarMuchas gracias por el afecto que dejan tus palabras. Una primera entrega siempre es un ejercicio de tanteo, un caminar en busca de esa voz sólida de la experiencia, pero en el libro de Isabel Marina hay emoción y belleza. Será un encuentro muy grato si te adentras en sus poemas. Abrazos desde Rivas.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, José Luis.
ResponderEliminarLa producción literaria es un intento de buscar respuestas, querida Isabel, y tu sinceridad y tu afecto ya guardan muchas entre sus dedos. Así que hacer este camino común de amistad y poesía es un privilegio.
EliminarA ver si hay suerte y en la presentación de Madrid sientes la calidez de muchos lectores.