Caudal de Azar María Rosa Serdio Bajamar Editores Asturias, 2016 |
HAIKUS
Una de las cualidades del devenir literario es su propensión a convertirse en una empresa de
mudanzas. De este modo, cada paréntesis temporal deja en las estanterías un puñado
de claves estéticas y el fortalecimiento de algunos géneros literarios o de
esquemas formales que se convierten en referentes. El fin de siglo ha supuesto
una verdadera eclosión de formas breves. La implantación de internet y su
lenguaje digital ha fomentado de modo singular la literatura fragmentaria, ese lenguaje basado en la síntesis, que tiene su mejor expresión
literaria en el aforismo – una estrategia comunicativa que implanta lo esencial- y en el haiku, una gota de poesía que deja entre las manos el no
sé qué que queda balbuciendo del poema.
No hace mucho, la antología Un viejo estanque (La Veleta, 2013),
coordinada por Susana Benet y Frutos Soriano, presentaba una amplia muestra del
haiku contemporáneo en español, pero el paisaje creador sigue creciendo y la
nómina se amplia con otros nombres entre los que se encuentra María Rosa Serdio
(Langreo, Principado de Asturias, 1953).
La escritora había labrado hasta
ahora su esfuerzo creativo en la dinamización lectora para niños. No en vano,
ha dedicado un largo trayecto laboral a la docencia como maestra de Educación
Primaria, como investigadora del folklore asturiano y como autora de libros de
poesía ilustrados, actividades que han dejado sitio a la práctica del haiku
desde hace veinte años.
Caudal de Azar acoge en sus
páginas su inquietud por el esquema versal japonés y tiene como umbral una
introducción del poeta y profesor Hilario Barrero. Las líneas prologales
sortean la indagación crítica para dejar un haiku en prosa dilatado por el
afecto; se posicionan con la mirada
reflexiva del lector que busca entre las páginas la felicidad del acierto.
Es sabido que el haiku
nunca abandona en el taller de autor algunas polémicas perennes; acaso la más
reiterada es si el modelo versal cinco/ siete/ cinco es condición esencial; o
por el contrario si lo que establece la validez del haiku es la literalidad de
su semántica al convertirse en una poesía de estaciones. De esta manera, hay que
acercarse a la estrofa con criterio amplio y percibir los matices singulares de
cada autor, su forma de entender el haiku como vehículo de una
sensación emotiva que busca la permanencia. María Rosa Serdio tiene haikus que
aglutinan con perfecta sencillez ambas actitudes: “Labor del día: / Prender
cada minuto / con alfileres”. un haiku que respeta la ecuación versal y además convierte
al estar transitorio y a la fugacidad en venero de escritura. Otro vislumbre
lleno de calidad que recuerda a Basho y a ese empeño de contraponer el estar de la naturaleza y su expansiva quietud el elemento mínimo que
acapara los sentidos: “Llueve la tarde / y del campo sereno / surge la garza “.
Otro ejemplo: “ Solo el instante / es medida del tiempo / de la libélula”
El buen libro de haikus -y Cauce
de Azar lo es, de los que caminan con pie firme- carece de hilo argumental;
o mejor: deja que la devanadera del tiempo vaya destejiendo su madeja de
asombros para convertir el encuentro con la mirada del otro es un estremecer de
puro agrado; en una forma de embellecer los matices. En los haikus de Maria Rosa
Serdio hallamos esos guijarros limpios que perturban la superficie del instante con
círculos de sol.
Inreresante idea la que se perfila al comienzo de la reseña: el aforismo y el haihu como expresiones breves influenciadas por el internet. Por otro lado, como cocinero antes que fraile de las dos corrientes (aforismo y haiku) y sobre todo maestro que el crítico es, uno aprecia la honda lectura del libro que es marca de la casa. Muchas gracias. Un caudal de abrazos.
ResponderEliminarQuerido poeta, y marca de la casa es también tu rigor y tu afecto al leer estos haikus de María Rosa serdio que tienen la levedad de una estela en el agua y el calor firme de una hoguera encendida. un fuerte abrazo.
EliminarLeo este diálogo de maestros y vuelvo a aprender. ¡Cómo me gusta poder hacerlo con maestros de los de verdad y palabra de amor! Hay en ellas esa especie de miguita a las carpas que tanto solemos usar algunos docentes...Hilario, yo aún no estoy en condiciones de transitar esos vericuetos que sugiere José Luis pero resultan realmente tentadores.
ResponderEliminarAgradezco siempre toda palabra que, dejando opinión sobre lo ya presentado en papel, anime a abrir pensamiento, renovar ideas, buscar antiguos y nuevos maestros para leer y , si el tiempo lo desea, quizá intentarlo.
Hilario, renuevo agradecimiento. José Luis, me quedo el final del comentario. Coincide con lo que me van diciendo los que leen "Caudal de azar". Gracias por el tiempo y las palabras. Dos abrazos.
Mi más cordial enhorabuena por tu "Caudal de Azar", María Rosa. El haiku tiende a la levedad y al lenguaje sencillo de quien se acerca al cristal para percibir el asombro de lo diario. Así que comparto contigo el amor a una estrofa que ya se ha aclimatado con singular solvencia en nuestro idioma.
EliminarMe ha gustado mucho también el trabajo de BAJAMAR Editores que deja entre las manos un libro gratificante. Una excelente labor editorial que ojalá dure muchos años.
Un gran abrazo.
Gracias, José Luis. Los lectores aprecian, especialmente, ese cuidado en la edición. Lloviendo letras, una empresa de diseño gráfico, es la encargada del diseño de la colección. La dirige uno de mis alumnos ¡otro azar! que es sumamente cuidadoso con todos los detalles desde siempre. Se lo diré de tu parte y te agradezco ese deseo de larga vida para el proyecto editorial. Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por esa poesía evocadora y sensitiva, que siempre aspira a la belleza. Y suerte en los nuevos trabajos. Un placer este primer encuentro con tu escritura.
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