Extramuros (Escritos sobre poesía) José Luis Gómez Toré Libros de la Resistencia Madrid, 2018 |
AFÁN LECTOR
El volumen Extramuros reúne
las bifurcaciones de un afán lector. Suma incisiones en la poesía contemporánea
que hablan de gustos, magisterios y ausencias. Constituye un muestreo de
biblioteca abierta que da fe de vida de un ideario poético. José Luis Gómez-Toré
(Madrid, 1973) es autor de obra amplia que integra poesía, ensayo, textos
dramáticos y ediciones. Es conocedor, por tanto, de las coordenadas esenciales
que ubican el quehacer creador de nuestro tiempo.
Una nota prologal define el carácter contingente de los textos; su
procedencia es variada y recoge artículos, reseñas o ensayos breves de carácter
general que se han ido escribiendo durante una década. Fieles al impulso
original, apenas han sufrido modificaciones formales, salvo elementales
mejoras que obvian repeticiones.
Insisto aquí, pese a su brevedad casi aforística, en el umbral clarificador que configura el apartado “Apuntes para una Anti(Poética). Supone
una interiorización explícita en el quehacer del sujeto que escribe y en los
puntos de partida. Queda así plasmado el marco íntimo de quien busca en la
tradición un camino pactado, grava firme, impulso para la propia trayectoria.
Las calas temáticas, aunque se descubran aquí de forma tangencial,
muestran algunos epicentros que revelan movimientos constantes en la indagación
crítica. Están los nombres propios de Hölderlin, Antonio Gamoneda, Ángel Crespo
y José Ángel Valente, referentes que unifican preocupaciones éticas,
cuestiones metaliterarias y contextos sociales, y se focalizan algunos núcleos
de interés como poesía, compromiso y sometimiento ideológico, la expresión de
la violencia como radiograma creador de algunos poetas hispanoamericanos o el
ámbito yuxtapuesto entre mística y poesía. Son cuestiones incansables que nunca
desdeñan una nueva epifanía crítica.
También se representan en las amplias lecturas
de Gómez Toré los quehaceres de coetáneos, cuya obra no siempre coincide, con
la actualidad más celebrada, ni con la que ocupa páginas centrales de
suplementos o se reconoce con los premios más jugosos. El crítico prefiere
el son inadvertido de la voz singular, esos escritos movidos por la intensidad
de ser y el movimiento constante de la búsqueda, o los que interpelan la propia
identidad evanescente. Así se suceden las aproximaciones a Olvido García
Valdés, Eduardo Moga, Ada Salas, Jordi Doce, Óscar Curieses o Ana Garría. Son
voces que excavan en sus idearios un cauce ontológico. Entienden lo estético al
margen del propósito comunicativo. Sus poemas demandan una trasposición de
espacio y tiempo, entrelazan experiencia trascendida y ruptura de la mera
agitación sentimental que solo pretende despertar la emoción.
Más allá de la valoración y del aplauso de aquella poesía que muestra la
propia perspectiva, la crítica literaria es una investigación en marcha, un
testimonio de conocimiento, expresión y comunicación. Una necesidad de
responder a la sensibilidad literaria de un contexto histórico a través de
valores y principios individuales para construir un espacio propio. Gómez Toré
recuerda aquella cita de Blanchot; define la escritura como una forma de
autoexilio, como un aprendizaje de la propia orfandad.
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