La piel de casa Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
INCONFORMISMOS
El corazón: cobijo exacto
LAURA GIORDANI
Un buen poema es una silla con
respaldo, que deja el ánimo en posición correcta.
Solo; cansado de parecerme a mí.
Un día cerró la puerta. Nunca volvió a ver unicornios.
Aunque no esté, es uno de esos
sueños que no se abandonan.
Entre los dos se hizo tarde muy
pronto.
Los aforismos que prefiero
transpiran un narrador que pisa el asfalto calado de lo real.
Somete su silencio a continuas
revisiones.
(Aforismos de clausura)
Menudo desfile de reflexiones hechas poesía. Un abrazo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querido David Darriba, y la alegría intacta de tu regreso siempre abrazo a estos puentes de papel; viene bien el viaje juntos por la amistad, por las palabras.
EliminarRevisar el silencio para construir sillas con respaldo donde puedan sentarse los unicornios. Abrazos amigo, qué bien nos sientan los tiempos de tus soledades!! CUIDAROS
ResponderEliminarSí, la verdad es que mi escritura es ese estar de soledad que siempre busca respaldo en la creación, así que solo desearte un feliz día y la esperanza de volver a encontrarnos pronto, poeta
EliminarEspectaculares, gracias por tus puentes!
ResponderEliminarGracias a ti, Gabriela Rosas, por acercarte a mis puentes de papel en esta cuarentena tan extraña que pone a tu belleza otro color del pelo, otra ondulación que busca cobijo en cobijo en los cristales limpios del espejo. feliz día.
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