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| Laguna del Campillo y Cortados (Rivas Vaciamadrid, Madrid) |
DEFENSA DE UN PAISAJE
Las formas y las luces de los atardeceres,
el silencio y las calles que velan lo escondido,
las esquinas proclives al paso solitario,
el sueño que esgrimimos como razón de ser
(Los sueños que moldean cambiantes espejismos),
la humedad de las manos, la decepción anónima,
la rosa que lacera
y la gota de sangre,
la inercia de mirar el vuelo de los pájaros,
aquello que perdura cuando cierro los ojos,
los hechos transmutados en memoria,
las manos que no piden nada a cambio.
la casa, el pan y el verso que me busca.
El pacto de vivir.
El párrafo en cursiva
sobre un tiempo que no es más que tiempo.
el silencio y las calles que velan lo escondido,
las esquinas proclives al paso solitario,
el sueño que esgrimimos como razón de ser
(Los sueños que moldean cambiantes espejismos),
la humedad de las manos, la decepción anónima,
la rosa que lacera
y la gota de sangre,
la inercia de mirar el vuelo de los pájaros,
aquello que perdura cuando cierro los ojos,
los hechos transmutados en memoria,
las manos que no piden nada a cambio.
la casa, el pan y el verso que me busca.
El pacto de vivir.
El párrafo en cursiva
sobre un tiempo que no es más que tiempo.
que bonito que escribes
ResponderEliminarMuy agradecido por tus palabras; ya sabes que la escritura es siempre un espacio compartido, así que feliz por tu mirada. Que tengas una hermosa jornada.
Eliminar...ese sueño no lo esgrimimos, lo escondemos...
ResponderEliminarGracias por publicar.
Algún día saldrá a la luz, porque los sueños siempre son ventanas, querido Luis pereda; muy agradecido por acercarte a mis puentes de papel y feliz jornada.
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