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Busto de Antonio Machado (Segovia, Casa del poeta) |
FOTOGRAFÍAS DEL YO
Cuando el estiaje de los años
le llevó a la sedentaria conformidad definitiva de no decir nada, eran sus fotografías
antiguas las que a diario cambiaban gestos y alborotaban los abrazos de vocales y consonantes. Él consentía. Pensaba que las
imágenes eran zonas de paso entre pretérito y presente.
En ellas habitaba una voz encendida, la apacible ternura del silencio que quiere recordar.
(De Cuentos diminutos)
Me alegra saludarte a través de tus "cuentos diminutos", pero grandes.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Tracy, así sigo con voluntad intacta, sumando estas astillas narrativas, por si hacen lumbre y abrigo.
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