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Bodegón Casa de Julia Félix (Pompeya) Museo Nacional de Nápoles |
BODEGÓN
Marcia encuentra en un sueño los besos que no dio, y llena de humedad la piel dormida. En un silencio extenso y claustrofóbico, Lena cuenta la
avalancha de pasos que exilia inadvertida su memoria. Impregnada de polvo, la
moneda perdida reclama en el rincón la mano abierta que resucite el vuelo a
cara o cruz. Una araña descifra el agujero que reabre la sombra en la pared.
Pliegues de un bodegón que, al deglutir el tiempo, exigen cada día a los sentidos su madurez de fruta; esa
porción exacta de asombro y extrañeza.
Pompeyanos somos, José Luis!
ResponderEliminarAsí es, una silueta dibujada en la oquedad en gris de la ceniza. Muy agradecido por tu comentario y un abrazo fuerte.
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