domingo, 2 de marzo de 2014
OBJETOS EN MI ESCRITORIO.
Objetos en mi escritorio
A Ana Pujante, cuyo regalo
habita en mi escritorio
Están hechos de reiteración y cercanía,
de un esplendor sencillo, de una nimia ternura.
Nos son imprescindibles al paso de los años.
Permanecen morosos, perennes, vegetales.
Diseñan una decoración reparadora
que en cada sitio ofrenda serviciales regazos.
No discuten razones, fracasos, esperanzas.
Compartimos con ellos esas gotas de júbilo
que dan a lo vivido momentos memorables.
Dialogan con palabras de sonidos armónicos;
suenan a persuasivas, a dulces cantinelas.
Sus materiales unen pretérito y presente,
saltan hacia adelante, más allá de los riesgos,
como fuertes cornisas que soportan los brazos.
Si alguna vez nos faltan, sentimos la impostura
de ese desconocido que vive por nosotros.
(Mapa de ruta, Granada, 2010)
tranquilo JL creo que tus bolis perdidos acaban residiendo en el bolsillo de mi camisa... o eso, o me ha crecido una fábrica dentro...
ResponderEliminarPues me quitas un peso de encima, porque ese espacio interior de afecto y complicidad que construyen mis cosas alrededor no lo forma ni una guardia pretoriana. Un abrazo de lunes, Chisme, con agenda completa y ánimo renovado de playita mediterránea.
EliminarMe encanta este elogio del escritorio, nuestro confidente, nuestro descanso, nuestro retiro. No podríamos vivir sin ese lugar donde ensayamos sueños y los lanzamos al espacio en unos papeles o a través de la ventana del ordenador. Amo todos los utensilios del escritorio.
ResponderEliminarUn abrazo, José <luis. Me ha encantado tu diálogo con el escritorio.
e
Es verdad, Fanny, pasé el fin de semana en la playa de Oropesa; hacía un día limpio y tibio que invitaba a dejar los libros por unas horas. Pero el regreso es siempre el encuentro con las cosas que amamos, con los gestos de la rutina que han creado nuestra identidad. Un abrazo.
EliminarCelebro contigo esos objetos comunes que tan acostumbrados están a nuestras manos y sin los cuales dejamos de ser nosotros. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarTienes suerte, a mí ellos me han echado del despacho. Dicen que soy el único prescindible.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Si nos faltan sentimos la impostura del desconocido que vive por nosotros.
ResponderEliminarTremenda frase, de buena.
La coexistencia emocional con las cosas con que nos labramos...
Eres muy amable y animas mucho a seguir buscando en cada entrada un poco de luz en las palabras. Debo decirte que soy un rutinario convicto y confeso que procura rodearse de unas cuantas cosas necesarias para hacer de cada día una playa en abril. Algún día te hablaré de mi buhardilla y lo que significa en mi tiempo... Un fuerte abrazo.
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