Camino Sobre una imagen de Javier Cabañero Valencia |
ADÁN
Retraído en el cuarto del yo, alardea de ser un escritor sin
genealogías. Carece de antepasados y descendientes. Infatigable escribe; hace de su exilio grava suelta, camino y porvenir.
Me desconcierta un síntoma inquietante: vive con sus padres.
(De Cuentos diminutos)
El final es inesperado. Inquietante. Reduce de un plumazo toda ambición.
ResponderEliminarEstá bien dejar el fantasmeo para el tiempo juvenil, querido Paco Caro, sin libros y tradición, ese asunto colectivo que da de comer a cada letra, no somos nadie, solo un proyecto frágil que especula con la independencia escritural. Fuerte abrazo.
EliminarMe parece un micro de los mejores que te he leído, y mira que son buenos. Un retrato perfecto de más de un escritor de los que dicen no leer porque les contamina.
ResponderEliminarExacto querido Antonio, así nació el cuentecillo en un instante; una prologuista me comentó que todas las palabras del prólogo eran suyas y que lo había escrito en unos días de verano... El escritor lleva cincuenta años de escritura. Y me pareció una sandez tal que me dio pie al cuento. Gran abrazo, poeta, y muchas gracias por estar cerquita.
EliminarSiempre cerquita, José Luis, aunque sea en silencio. Abrazote de vuelta.
EliminarLo sé Antonio, estos puentes de papel se han ido llenando de voces y ecos que han hecho un largo itinerario; tu voz siempre está, y es abrazo y afecto.
EliminarAsí es poeta: "Las bocas que he leído..".Otra cosa no somos, amigo. Abrazos y buen día!
ResponderEliminarme sorprende mucho, querido Luis Ramos, ese empeño en hacer de la escritura un traje de emperador, a mí me encanta sentir los libros al lado, llenos de vida, fuertes, dando voz a mis incertidumbres. Feliz día.
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