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Sequía Archivo Agencia EFE |
FRUSTRACIONES
Mis frustraciones acumulan en lugar preferente los consejos paternos.
Las canas del tiempo saben que siempre fue así. Desde una imprevista situación
inicial, que alzaba un ilusionado un soporte de confianza, mi padre subrayaba, de
inmediato, con lacónico efectismo, un tenebroso conocimiento del desenlace. Así que
sus consejos pesaban acerados y lapidarios en mi voluntad, como premonición inconmovible: “Para qué ser bombero si ya está la lluvia”, decía, mirando al
cielo con el entrecejo curvado.
Aprendí a vivir sin expectativas. No fui marino por si un día se secaba
el mar. Le hice caso; el mar también. Una costra reseca comienza a dibujar
sobre la superficie limosa un litoral vacío.
(De Cuentos diminutos)