domingo, 29 de septiembre de 2013

MAR DE OTOÑO

Torre de la Sal (Castellón), 28 de septiembre, 2013


Mar de otoño

Alguien le dio otras señas a la lluvia de hoy

Rescoldos en el paseo por la arena. Recuerdo los cuerpos al sol del verano que viene.

Duda el día; desconoce qué luz tendrá el crepúsculo.

jueves, 26 de septiembre de 2013

ANTONIO LUIS GINÉS.

Aprendiz
Antonio Luis Ginés
Ediciones de la Isla de Siltolá
Sevilla, 2013

REGRESOS

 En el primer tramo de los años noventa se produjo en Córdoba una insólita cosecha literaria de nuevas voces. En un tramo temporal muy breve se editaron las entregas aurorales de autores que no tardaron en encontrar asiento en revistas y antologías, o vieron reconocidos sus poemas con premios importantes. Allí estaban nombres tan conocidos como Pablo García Casado o Juan Antonio Bernier. De aquella hornada procede Antonio Luis Ginés (Iznájar, Córdoba, 1967); el poeta comenzaba entonces un itinerario creador que cuenta con las entregas Cuando duermen los vecinos, Rutas exteriores, Animales perdidos, Picados suaves sobre el agua y Celador. Completan su tarea escritural el ejercicio de la crítica en el suplemento cultural de Cuadernos del Sur y el libro de relatos El fantástico hombre bala.
Son títulos que sitúan a Antonio Luis Ginés en una senda singularizada, que parte del realismo meditativo y que postula en su recorrido una estética indagatoria. El poema en su aparente estar denotativo trasciende situaciones cotidianas, dota a lo transitorio de un sentido nuevo a través de la palabra. 
Su fruto más reciente, Aprendiz es un conjunto de poemas que optan por la reflexión intimista para recuperar las huellas del pasado, con el habla confidente de lo autobiográfico. Es sabido que las conexiones entre la biografía real y los pormenores del sujeto textual son campo abonado para la digresión, pero a quien esto escribe el asunto le parece un problema menor porque lo que realmente importa es la verosimilitud de la puesta en escena y la emoción creada en el lector; realidad o ficción siempre comparten lindes.
El libro, con un tono sostenido que concede a los poemas la idea de una línea argumental unitaria reconstruye un tiempo de crecimiento cognitivo y aprendizaje sentimental en el que la casa del padre copa el horizonte de escritura. Con una cita de Roberto Juarroz que unifica pérdida y hallazgo arranca la primera sección del libro, “Raíz”, con un poema situacional, “Familia”, que marca el tono del poemario. Lo vivencial socaba el patrimonio afectivo, se hace de pérdidas y erosiones, deja las propias raíces a descubierto. Pero esas raíces están arraigadas en la zona más honda de la memoria y su intensidad conmueve a quien las descubre. La voz de  la elegía, como escribiera Antonio Machado, sirve para cantar lo que se pierde y sobre todo para preservan en un ahora de soledad e incertidumbre el necesario reguero de esperanza: “En la foto mi padre y mi madre. / Mi hermano y yo debajo. / Mi única religión es mi familia, / y ahora faltan ellos dos, nos queda / todo el trayecto a solas.”
El autor de Aprendiz elige el transparente discurrir de la confidencia para describir, con un estilo sobrio y evocativo, con trabajada sencillez, la historia personal reflejada en el azogue de la memoria. Ese testimonio del pasado no pretende trazar ninguna crónica objetiva sino el poso ético de secuencias con protagonistas cercanos que fijan las coordenadas sentimentales de la conciencia. Somos lo que perdimos.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

DESORDEN

Buhardilla, Rivas, 2013

DESORDEN
 
Desorden en mi mesa, como un mar atestado de Ulises sin regreso.
 
Una dedicatoria recobrada de José Olivio Jiménez, llena de vitalismo  y amistad.
 
Los sobres acolchados que marcarán la senda donde debe viajar Ninguna parte.
 
Nuevos libros que aguardan con paciencia su turno de lectura.
 
Una hoja suelta donde anoté una cita para abrir un poema que nunca escribí.

Una carta manuscrita donde leí, tangible, la hiriente sensación de soledad.
 
El móvil que ilumina su pantalla con un SMS, oportuna advertencia de que somos olvido.
 
Piezas sueltas que forman el puzzle de otro día.

lunes, 23 de septiembre de 2013

EPITAFIO CON LUNA


Epitafio con luna

   (A Ricardo Virtanen, una amistad con luna)

Otra noche.
Sobre mí prosigue su labor
la luna quieta.
Carezco de otra luz.

      (De Ninguna parte,
       La Isla de Siltolá, Sevilla, 2013) 

sábado, 21 de septiembre de 2013

ESPERA

Días en Lake Worth, agosto, 2013

Aforismos en la espera 
 
           A Pilar Blanco, poeta y amiga

. Bajo la fronda verde, el trazado del sendero se diluyó. Rumbo incierto. 

. Me gustan las noches de doble fondo, en las que caben vigilia y sueño.

. Esa manía de la memoria de revisar apuntes atrasados. 

. Siempre que concluyo un libro, firmo con la escritura discreta del aprendizaje. 

. La verdad no es un área reservada para soledades ariscas.

 . Cuando avanzo hacia ti te desvaneces.

. Consumo la relación incierta del autista, su temporada en el invierno.

jueves, 19 de septiembre de 2013

NÁUFRAGO



Náufrago

Como el plano que traza
un náufrago aburrido
que agranda o disminuye
las líneas de la costa;
así apareces tú,
huésped de un espejismo,
y mis palabras muestran
la impotencia del trazo
que jamás te contiene.

      (De Ninguna parte,
      La Isla de Siltolá, Sevilla, 2013)

martes, 17 de septiembre de 2013

ZINGONIA ZINGONE

Los naufragios del desierto
Zingonia Zingone
Vaso Roto ediciones, 2013

Los naufragios del desierto

   El trato habitual del traductor con espacios lingüísticos específicos afianza enlaces en su trabajo creativo con tradiciones foráneas y le concede matices individuales. Esta es la primera reflexión que suscita la lectura de Los naufragios del desierto, quinto poemario de Zingonia Zingone (Londres, 1971), poeta, narradora y traductora del poeta marathi Hemant Divate y del italiano  Daniele Mencarelli.
   Sirve de entrada al poemario un breve liminar del escritor nicaraguense Sergio Ramírez, quien define esta colección poemática como una saga lírica que aglutina el deambular de tres protagonistas, Khalil, Soraya y Bâsim, que en el existir perdieron una corona, un amor, un camino y dejan en sus palabras el afán de su búsqueda.
  Cada identidad está inmersa en su propia tarea. En la primera parte, “El oráculo de la rosa”, que arranca con una cita de Omar Khayyam, asistimos a la larga peregrinación del príncipe Khalil. Perdido en la noche, busca refugio en la memoria, recupera otro tiempo en el que era posible la belleza. La rosa se convierte en símbolo permanente de esa belleza; sin ella el poder no tiene sentido, tampoco el existir que se convierte en una simple columna de humo, en el desasosiego de una inacabable peregrinación por el desierto, espacio abierto que acoge la soledad  y el abandono del nómada.
  El segundo apartado “Las campanas de la memoria” deja bajo los focos un nuevo perfil, Soraya: “Soraya tiene ojos de carbón. / Su cuerpo fino lleva el peso / de una infancia / manoseada / por el destino “. La mujer proviene de un tiempo de sombra; su carne se hace memoria de un dolor intenso y vivo, velado por la complicidad. De ese paso por la sombra también está hecho el presente, en el que está viva e inalterable la angustia de la culpa.
   Quien deambula en los poemas de “Río escondido”, último tramo del poemario es Bâsim; aporta la sensibilidad del niño que posa sus sentidos en los meandros del ahora y comienza a sentir los desajustes del tiempo a su alrededor; está su madre y el hueco ausente de su padre y está en ciernes una conciencia pensante: “El  niño cae y se levanta; regresa a tierra. / Lanza otra vez el hueso del dátil / e intuye que la vida se vive a saltos; / pequeño acróbata de los abismos”.
  Los protagonistas de este poemario, aunque desde etapas vitales diferentes, comparten el mismo estado de soledad e incertidumbre. Bucean en el manantial del tiempo sin encontrar respuestas, haciendo del encuentro con el otro un hilo frágil que sirva para no perderse en su continuo tránsito.  Daisy Zamora comenta algunos referentes culturales del poemario, percibe elementos de la tradición cultural árabe y judeocristiana. Yo añadiría que el aire narrativo de los poemas se aproxima también a la oralidad del cuento, a esos minirrelatos que se escuchan tras las voces del tiempo, cuyo didactismo recuerda que la vida es un continuo aprendizaje, un naufragio que busca con urgencia un litoral hospitalario.

domingo, 15 de septiembre de 2013

OJOS


OJOS
 
                           A Dolores Leis,
que ama, como yo, el microrrelato
 
   Había gastado las horas festivas escuchando el silencio de las piedras claustrales. Estaba cansado. Descendí una escalinata interminable. El termómetro hablaba del mercurio hacinado y ella se cruzó un instante. Muy cerca. Quedé, sin hacer ruido, en otro tiempo.
   Sigo su mirada todavía. Hoy el mar llegó desde tierra firme. 
 

sábado, 14 de septiembre de 2013

PALABRAS DE LABOR

Jardín, Rivas, 2013
Oficios artesanos

Hasta que duerme el sol crepuscular,
hago trabajos de jardinería.
Actos neutros, sencillos, repetidos:
corto el césped,
repueblo los parterres,
igualo la arizónica
y aplico la manguera unos minutos.
El tapiz verde se revitaliza.
Así el poema; palabras de labor
que me demandan
el respirar profundo
del oficio artesano.

                   (De Ninguna parte,
                    La Isla de Siltolá,
                    Sevilla, 2013)

jueves, 12 de septiembre de 2013

HUÉSPEDES

Orlando (USA), agosto, 2013
 
HUÉSPEDES
      
                                                                    A Karmelo C. Iribarren,
                                                                    a quien debo la idea.


   Viajo mucho. A ciudades distintas y lejanas. Pero casi nunca abandono la habitación del hotel donde me alojo. Es una costumbre arraigada. Nació en Orlando el día en que encontré en el espejo de mi cuarto de baño el rostro del huésped anterior. Con gesto tranquilo me desveló su identidad y, tras una larga charla cuajada de interés y confidencias familiares, me facilitó el contacto con huéspedes antiguos, encerrados en otros azogues. Todos resultan interlocutores amenos y dispuestos a esa solidaridad misteriosa de los desconocidos.
   Sigo ruta. En los espejos, la soledad es una calle que espera transeúntes.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

PARA QUIÉN ESCRIBO

Septiembre, con Amanda y Laura


Para quién escribo

Para Laura, claro. También para Amanda.


   Un martes de septiembre. Madrid. Junto al museo Reina Sofía, las terrazas difunden todavía un ambiente festivo. Hablamos del verano, de viajes, de poesía. Amanda, con gesto serio, me pregunta "para quién escribo". Después explica el porqué de su duda; asocia lectura y comunicación, como si el texto tuviese como función única establecer un diálogo abierto con el lector, denotativo y realista, clarividente, preciso y de amplia cobertura. Dejo la cerveza sobre la mesa, en la búsqueda de una opinión convincente, divago sobre los géneros literarios y su público, sobre la amplitud temática de la escritura...
Acabo aceptando que no sé para quién escribo. Ignoro si mis poemas logran un entendimiento cordial con los que se acercan a sus versos y no sé si despiertan emoción e interés.
Continúo buscando una respuesta. Es inútil. Después miro en silencio la cálida belleza de su juventud, los carteles del museo que anuncian las próximas exposiciones, luego percibo el deambular de algunos niños tras un balón de fútbol. Regreso al brillo vivo y luminoso de los ojos de Amanda, a la sonrisa fresca de Laura, a la cubierta sobre la mesa de mi libro NINGUNA PARTE que acabo de dedicar con la caligrafía cordial de los afectos. Luego escucho el reloj del regreso. Mis amigas me acompañan hacia la boca del metro; frente a las escalinatas, nos despedimos con un abrazo fuerte.
 Mientras vuelvo a casa, percibo dentro el simultáneo acontecer de muchas sensaciones. En el asiento viaja conmigo el rumor de un poema.

lunes, 9 de septiembre de 2013

NUEVA YORK

Manhattan,2012, Hilario Barrero
 
NUEVA YORK

              (Para Julio Neira)
 
A la luz del invierno
un destino de paso en el trasiego
de viajes y distancias.
Voces, bocinas, signos
que llenan los sentidos
de palabras babélicas.

Por un momento somos
esos desconocidos
que doblan las esquinas;
los ojos transeúntes que contemplan
un vértigo de frágil geometría
temblando en el cristal.
Complacido el recuerdo
traza breves apuntes
donde la imagen guarda
su mínima porción de eternidad,
la voluntad de sueño
que debe consumir, voraz, urgente.

El agua es resplandor en la bahía;
un  viento de costado
arracima gaviotas en el aire.
Tregua de frío.
Errática nostalgia en Central Park.
Tu mano entre las mías,
necesaria raíz, principio y término,
acaba en ti la plácida deriva.

Después de tanto andar,
nunca sé lo que busco.

(De Ninguna parte, Ediciones de La Isla de Siltolá, Sevilla, 2013)

domingo, 8 de septiembre de 2013

DEDICATORIAS


Dedicatorias


  Reordeno libros en las estanterías de la buhardilla. Siento esa emoción desvanecida del que respira en otro tiempo. Encuentro en mis libros dedicatorias a nombres concretos que ahora niegan la permanencia de los afectos. Cuesta pensar que en otra época cruzaron la linea fronteriza de la intimidad entre el yo y el otro para ajustarse a un cúmulo de viencias compartidas que ya se han disgregado. La imagen de esos días parece un espejismo; yo sigo teniendo claro a quién quiero y a quién no quiero.

viernes, 6 de septiembre de 2013

INTERNOS


 

INTERNOS 
 
                            Para Amanda

   En la cafetería, busco un poco de luz en las palabras. Después regreso al Pabellón de internos. De su alambrada hostil, sobresale una fila de adelfas florecidas. Dentro no cambia nada. Algunos internos deambulan dubitativos, mirando mi presencia con desconfianza. Después se aproximan; me piden dinero y tabaco y premian la generosidad con confidencias que apenas entiendo. Alguien, susurran, empujó al celador cuando bajaba por la escalera central. Hubo suerte, aunque sobrevivió estará lejos varios meses.
   En la tapia de entrada, siguen juntas dos sillas de plástico. 

jueves, 5 de septiembre de 2013

COMETA

 
Haiku
 
        (Para Ana)
 
Quebró los hilos
en el azul del aire.
Se sueña lejos.

martes, 3 de septiembre de 2013

EN EL RETROVISOR

Interestatal-95, hacia Daytona Beach, agosto, 2013

EN EL RETROVISOR

. Los que emplean el silencio para convertir la amistad en papel de estraza.

. Los que ven en la burla un efecto de comicidad.

. Los que enumeran esa prodigiosa variedad de tareas de quien no hace nada.

. Los que exhiben en cada argumento el revólver de la sinrazón.

. Los que abren esos agujeros negros que guardan lo nefasto.

. Ellos... Las presencias oblicuas que se diluyen en el retrovisor.

lunes, 2 de septiembre de 2013

ESTAR EN LA LUNA

Cabo Cañaveral, agosto, 2013 

ESTAR EN LA LUNA
 
 Desde que recuerdo, tengo una notable capacidad para el ensimismamiento. No sé si es una cualidad o un elemento más del prolijo inventario de defectos y carencias, pero ser pasajero habitual de alguna senda interior forma parte de mi particular temperamento. Los que reclaman atención con insistencia denominan esta costumbre “Estar en la Luna”. Así que muy pronto esas palabras habitaron mis oídos con familiaridad.
Al pie de la letra, en la Luna quien de verdad estuvo fue Neil Armstrong. El astronauta llegó a bordo del Apolo 11. Cuando bajó del módulo lunar puso una bandera americana sobre la superficie selenita, y pronunció aquella frase lapidaria, para los manuales: “Un pequeño paso para el hombre, un paso de gigante para la humanidad”. Luego se desplazó buscando piedrecitas con saltos de canguro. Fue el hito más importante de la exploración espacial norteamericana que hizo de Cabo Cañaveral un gigantesco centro de operaciones, atestado de rampas de lanzamiento
A ese lugar, tan prestigiado por las ciencias sociales, llego en un día tórrido de agosto. Visito el callejero urbano de Cabo Cañaveral, como si el mítico destino refrendara mi personal tendencia al estar concentrado. Junto al rumor inquieto del Atlántico, siento el roce cordial de una certeza: pasan los años y apenas cambié, sigo en la Luna.