jueves, 30 de septiembre de 2021

CALLEJÓN DEL REGRESO

Presencias
Fotografía
de
Archivo Pixabay

 

CALLEJÓN DEL REGRESO
 
 
 
   Me angustia la certeza de que algo no va bien. Hay detalles raros esparcidos sobre el silencio del callejón. Hasta ahora mi sombra asumía mi compañía, callada y diligente. Desde hace días escucho sus quejas; la noto cansada, abstraída, distinta cuando se proyecta sobre el pavimento. Con frecuencia se pierde al cruzar los semáforos o en deshabitados rincones urbanos, lo que me obliga a vigilar mi espalda de continuo y a multiplicar trayectos que no llevan a ninguna parte.
   Cuando miré atrás, hace un instante, intuí en el difuso encuadre de la cabeza ojos de luz. Lo entiendo; tiene una decisión tomada. El recelo me impulsa a mirar otra vez; fundida en la silueta de su mano percibo una pistola. Se alza detrás, con lentitud autoritaria. Quiere asesinarme.
   Lo urgente es escapar de un acto impune. La policía no sospecha que mi sombra dispara.

(De Cuentos diminutos)


 

miércoles, 29 de septiembre de 2021

POÉTICA

Simetrías
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia

 

POÉTICA
 
 
Cuando escribo un poema
algo se torna luz y epifanía,
pero no sé qué.
En ese afán abierto,
las palabras son rastros que siembran hendiduras;
adelgazan el aire
y fuerzan el exilio de los ángulos ciegos,
sedados de penumbra y de silencio.
 
Si escribo
soy Adán y recobro
el destiempo de ser
un viejo paraíso que mudó de lugar
porque acaso el gran árbol
se hizo un día
el espejismo firme de la pulpa
que supura dolor.
 
En las horas opacas,
cuando escribo un poema
sangra dentro
una herida feliz, un calor tibio
que enciende la belleza inadvertida.
 
Las palabras entonces
son escuetos teoremas;
odisea imprecisa de sirenas y cíclopes
que siembra resplandor en el retorno
del viajero que vuelve
para cortar el nudo del poema.

        (De Nadar en seco)


 


martes, 28 de septiembre de 2021

TERRITORIOS DE LA MEMORIA

Premio de Poesía Hermanos Argensola
Madrid, 2006

 

TERRITORIOS DE LA MEMORIA
 
La voz del tiempo
me enseñó a descubrir la sonrisa
que esconden los fósiles
 
Me gusta el después, el caminar a solas por los territorios de la memoria para que abran su voz las anécdotas, esos nimios esqueletos del pensamiento que saben descubrir la sonrisa gastada de los fósiles.

En 2006 se publicó mi libro La noche en blanco. Unos meses antes había ganado el Premio Hermanos Argensola. No firmé en la Feria, pero aquel título me proporcionó gratísimos encuentros en la periferia de las casetas. Me sentí bien firmando ejemplares, que yo guardaba en la mochila, a los amigos. Entonces no pensaba nadie que la poesía era un asunto del mercado.
   
Es la edición nº 77 de la feria del Libro de Madrid. y empieza con aguacero y suspensión de la ceremonia inaugural… Las casetas sin público tienen ese silencio desperdigado de una armada invencible cultural: “No he mandado mis libros a luchar contra los elementos…”
 
El aislamiento prolongado del escritor mientras hilvana su trabajo necesita el trato con los lectores. Firmo tres días, dos con la Isla de Siltolá para la edición de Aforismos e ideas líricas de Juan Ramón Jiménez, y el jueves 7 de junio con Valparaíso Ediciones, para despertar de nuevo la antología Re-generación, un paisaje plural sobre la aportación lírica de la nueva hornada, los autores nacidos entre 1980 y 1995.
 
Mi didactismo compulsivo sale a flote de inmediato. Son muchos años en el aula. Un señor ojea mi edición de JRJ y yo explico sus cualidades; cuatro minutos después el señor cierra el libro y me dice: “Qué interesante lo que dice, pero mire usted, lo que yo busco es un diccionario ilustrado para mi nieta que debe tener una portada tan bonita como este libro…”
 
Mis compañeros de casetas contiguas son Leticia Dolera y Baltasar Garzón. La actriz feminista y directora de cine tiene una cola interminable esperando su firma; el magistrado también; frente a mí un deambular de amigos y algunos lectores nuevos. Sí, poco a poco, Ítaca es un mar.
 
Hay nombres que se convierten en genealogía. El azar de la feria me ha dejado sitio para dedicar libros a Luis Mateo Díez, Luis Alberto de Cuenca, a la heredera de Juan Ramón Jiménez o a mi profesor de literatura de bachillerato... De ese gotear de sonrisas y abrazos sabe mucho mi felicidad, ese estado de ánimo de duración variable. 
Hago recuento de los que me dijeron que vienen, pero nunca vienen. Están ahí, también cuando no están. Son un conjunto disgregado. Ausencias que caminan en otra orilla.
 
Dos lectores me recuerdan la crítica de José Luis García Martín. Ninguno me felicita por la tercera edición de Ropa de calle. Se ve más el plumaje del cuervo que la inadvertida belleza del gorrión. Una razón para ser vehemente, eso que también me critican desde la asepsia de quien se mantiene al margen.
 
Breve tiempo para conversaciones. La amistad se hace confidencia. También para la espera de amistades solidarias con tantos días de literatura en el blog y en la playa digital de facebook, Y siempre, cada año en la Feria del Libro el entusiasmo de antiguos alumnos y la belleza hecha ternura de Adela y mis hijas.
 
Vuelvo a la casa de la memoria. Conmigo, callados y canosos, ignorando el latido del reloj, los libros escritos han formado ese largo sendero de vivencias.

Apuntes del diario          

lunes, 27 de septiembre de 2021

ELOGIO DEL HAIKU

A solas
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

                                                             ELOGIO DEL HAIKU
 
  Debo mis primeras lecturas de haikus, esos tréboles verbales que unen humildad y transparencia, al siempre recordado poeta lucentino Manuel Lara Cantizani. Con él aprendí a caminar por esta forma poética de aparente sencillez y severa pauta métrica, cuyo origen se remonta hacia el siglo XVI, aunque es previsible que existieran precedentes en el cauce oral de la literatura japonesa. Con Fernando Rodríguez Izquierdo, el estudioso más perseverante, hice sondeos continuos entre la contingencia temporal de la estrofa y su evolución en las voces de Matsuo Bashoo, Yosa Busson y Kobayashi Issa. Otro poeta, Josep Maria Rodríguez me escribió una afectuosa misiva para pedirme algunos haikus de mi autoría para una antología de contemporáneos; no puede corresponder a su empeño por falta de material de calidad en aquel momento, pero su petición soliviantó el taller de escritura y, un par de años después, el editor Francisco Peralto en su imprenta malagueña, me dejó en las manos Nubes, una completa compilación de haikus. Aquel cuaderno de viaje al espacio poético nipón, fue pórtico para compilar en 2018 cien haikus en el libro A punto de ver que, con maravilloso afecto, el editor y ensayista Juan José Martín Ramos publicó en el catálogo de Polibea editorial. 
   El blog “Puentes de papel”, activo desde el treinta de diciembre de 2010, ha reanimado mi práctica del esquema versal, a la vez que ido acumulando lecturas clásicas y de contemporáneos, estudios ensayísticos y antologías, pues de todos es conocida la copiosa colección de haikus que han producido las últimas hornadas.
  Mi inclinación afectiva hacia esta forma lírica se cimenta en su brevedad. Asegura una intensidad gozosa, con la pupila abierta para cobijar argumentos, más allá de su supuesta condición de lírica estacional, por su carencia de artificio retórico y por la condición de chispazo inmediato.
   Así que es previsible que estas líneas que elogian la estrofa no sean más que un síntoma temprano de otro libro de haikus. Esperemos.

JOSÉ LUIS MORANTE


 
 

domingo, 26 de septiembre de 2021

APARICIONES

Visitas a deshora
Fotografía
de
WordPress.com

 

APARICIONES

 Solo quiero cambiar las alucinaciones

RICARDO PIGLIA

   Como si necesitase propagar en el aire las nociones del miedo, su desastrada imagen regresa de improviso. Recuerda un destello diluido que va perdiendo intensidad. Un sedentarismo apocado perfila cada uno de sus gestos.  Colecciona espejismos y apariciones porque está en ese tiempo en el que los fantasmas no son pesadillas sino compañía.

(De Cuentos diminutos)



sábado, 25 de septiembre de 2021

RENDIJAS

Vivir por dentro
Archivo general
de Internet

 

Esas rendijas,
donde guardan los sueños 
brillos opacos.

            (Inédito)


viernes, 24 de septiembre de 2021

GOTAS DE LLUVIA PARA UN HOMENAJE

Homenaje a Joan Margarit
Poéticas de la Modernidad
(Filología, Universidad Complutense de Madrid)
Feria del Libro de Madrid, 22 de septiembre, 2021 

 

GOTAS DE LLUVIA PARA UN HOMENAJE 

 

   Madrugo para el viaje a Madrid. Se celebra en el Retiro un homenaje a Joan Margarit, organizado por “Poéticas de la Modernidad” de la Universidad Complutense de Madrid  y coordinado por la poeta y profesora Marta López Vilar. Prefiero la calma para afrontar los transportes públicos y coger la línea adecuada y la parada exacta. Casi nunca lo consigo y la estación de llegada suele ser algún lugar insólito de la periferia. 

   Ya cerca del Retiro, en una cafería de la calle Ibiza, me encuentro con el poeta y periodista Javier Lostalé. Sigue activo, aunque está a punto de cumplir ochenta años. Pertenece a la generación novísima, pero es un humanista capaz de reseñar ahora novelas y de seguir manteniendo un ritmo envidiable de creación. Su amistad a lo largo sigue generosa e intacta.   

   En la entrada del Pabellón de Caixabank nos esperan alumnos, profesores y los responsables de la organización. El acto comienza a las once, llueve copiosamente y siento cerca el fugaz parpadeo de la decepción. El aforo está muy despoblado, por más que nos acompañen amigos como Paco Huelva o Fernando Daniel Granado. Pese a todo, el acto es ameno y camina con solvente eficacia, tras las intervenciones iniciales de Marta López Vilar y del profesor titular de Filología catalana Juan Miguel Ribera Llopis. Don de lenguas de Alba Diz Villanueva, Gergo Toth y Joanna Vollmeyer que leen la poesía de Joan Margarit en rumano, húngaro y alemán, y un grupo de alumnos que han seleccionado varios poemas en su doble versión, recitados con prisa emotiva. Toca cerrar el acto desde la complicidad poética con José Cereijo, Javier Lostalé y mi recuerdo de encuentros, complicidades y de mi edición crítica Arquitecturas de la memoria.

  La nota final de la lluvia muestra una feria semivacía, así que hoy no me animo a recorrer las casetas, sino a pasear por Atocha con la compañía de Cereijo, que me regala su último libro publicado en Pre-textos, y Fernando Daniel Granado con el que me espera una animada tertulia.

  Refrendando a Cavafis, Ítaca es siempre el camino y casi nunca la estación final. El despliegue de vivencias apacigua cualquier pincelada de sombra. También retorna la pincelada meditativa y los últimos encuentros con el poeta. Otra vez en la memoria la mano abierta de la poesía. Recordar es asumir la invitación del silencio.

 

Apuntes del diario



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 23 de septiembre de 2021

MIGUEL CATALÁN. SUMA BREVE

Suma breve
Pensamiento breve reunido (2001-2018)
Miguel Catalán
Ediciones Trea, Aforismo
Gijón, Asturias, 2018

 

ELOGIO DE LA PARADOJA
 
 
   El momento cenital del aforismo como estrategia expresiva en nuestro país ha tenido en Miguel Catalán (Valencia,1958- 2019) un cultivador vehemente. Doctor en Filosofía, profesor universitario y ensayista, su cosecha paremiológica abarca seis entregas dedicadas al género. Todas se compilan en el volumen Suma breve. El trayecto completo abarca desde 2001 hasta 2018, un intervalo conformado por las ediciones El sol de medianoche (2001), La nada griega (2013), La ventana invertida (2014) y el aporte inédito que añaden tres conjuntos que anticiparon textos en revistas, Así es imposible, El altar del olvido y Paréntesis vacío.
  El conjunto permite definir con lúcida solvencia el carácter ontológico del aforismo y su evolución en el discurrir. El término siempre está vinculado a un territorio de intersección entre literatura y filosofía que es base común de todas las entregas. Así lo recuerda el texto de apertura de José Montoya Sáenz, quien también examina de cerca el concepto de paradoja como implosión del lugar común. A través de la paradoja se puede expresar la constante fluctuación del entorno social y humano; de esta forma adquiere un notable potencial subversivo en la contundente concisión de sus reflexiones.
  El aforismo postula la complejidad de su contenido, emprende en su decir una interpretación del sujeto y de la realidad externa, en la que sondea una continua búsqueda de sentido. Su exigencia estética se asoma a los estantes de la verdad, con lo que adquiere en su definición una cierta claridad metafísica al intentar captar la significación de la experiencia. El texto se llena de matices, de este modo dentro del material común cada libro presenta rasgos específicos, aunque éstos a veces sean contradictorios o definan estados de ánimo dispares, como si en su amanecida la escritura plegara pasos a la condición de ser.
   Ya se ha comentado que el primer paso aforístico de Miguel Catalán es El Sol de medianoche. El fenómeno natural observable en las proximidades de las geografías polares ejemplifica bien antítesis y contrastes. La claridad nocturna prolonga el día entre la sombra. Desde el inicio, Miguel Catalán asume el desvelo incansable del observador. Sabe que el comportamiento del yo es reflejo de las actitudes aleatorias del otro; por tanto, es necesario sondear su sentido para que el aprendizaje surta efectos interiores. Nada de lo humano resulta ajeno; de ahí que la ética sea siempre un relevante proceso reconstructivo. Pero hay que evitar los juicios sumarios, revestir las opiniones de calidez y argumentar con el tacto sosegado de quien sabe, como Marcel Proust, que “cualquier idea clara tiene el mismo grado de confusión que las nuestras”.
  El corpus textual tras la entrega epifánica abre un largo tiempo de silencio de más de doce años, pero ese acantilado temporal no varía el paisaje y su cartografía meditativa. Como si quien escribe apostara por una senda coherente, los aforismos caminan de un asunto a otro, con paso constante. De cuando en cuando varían los ingredientes para que nunca pierdan fuerza meditativa. O hacen del humor una ventana para que salga al día la carcajada: ”ANUNCIO POR PALABRAS. Se pintan casas a domicilio”.
   Como un regalo lector se recibe el material inédito de Suma breve, cuya voz siempre en guardia otea el paisaje oculto, frente a la opinión recibida y común. Los textos, breves y lapidarios, aunque a veces con un tallo argumental que los aproxima al microrrelato, marcan lindes a la experiencia en su etapa de madurez. Más allá del contraste y del juego de palabras, apuntalan una arquitectura vertebradora que confirma la permanencia del ser frente a una realidad mudable, propicia al desmontaje. La lógica interna del yo resiste la extrañeza, abre el paraguas frente a la intemperie de la contradicción y defiende la razón como brújula para buscar el norte del sentido.
  Suma breve descubre el excelente volumen conceptual del decir fragmentario de Miguel Catalán. Apunta que la lógica no es un logro en sí sino una aspiración que se aplica en solventar las divagaciones existenciales. Sobrelleva el discurrir bajo un cielo informe de nubes y claros, que obliga a caminar bajo el paraguas desplegado de la introspección. Así nace un quehacer continuo, atomizado, fresco, que tiene la claridad del manantial, esa sensibilidad que aleja la sed y empuja a la permanencia y la memoria.

JOSÉ LUIS MORANTE 
 

martes, 21 de septiembre de 2021

CARENCIAS FÍSICAS

Y un sótano más negro...
(Bahamas, 2010)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana 


 

CARENCIAS FÍSICAS
 
Haber nacido me arruinó la salud
 
CLARICE LISPECTOR
 
    Mi ausencia de sentido del humor se incrementa cuando aparecen algunas carencias físicas como la otitis; la pérdida auditiva transforma voces y ecos en veces y ocas, una alternativa verbal que no oculta la magia del relato.
 
   Hay sueños que estremecen por su voluntad de personalizarse en un cuerpo concreto. Nacen desde la urgencia y recorren la distancia con el paso eficaz de quien no teme ni la humedad ni la nieve.
 
   Cuando discuto conmigo, me cuesta refutar mis argumentaciones.

   También existen mariposas afectivas, esa especie que solo vuela el instante justo de su propio interés para desaparecer de inmediato en el confuso magma de las sombras.

   La salud ignora su naturaleza de paréntesis; es un viejo caserón desmantelado en el que se hace sedentaria la condición de intrusos.

    Los mejores sueños siempre acaban dando voz a la muerte; acumulando tierra bajo las uñas.
 

(Apuntes para el diario)

lunes, 20 de septiembre de 2021

MARÍA ÁNGELES LONARDI. EN EL VÉRTIGO AZUL DE UNA MIRADA

En el vértigo azul de una mirada
María Ángeles Lonardi
Prólogo de Gerardo Rodríguez Salas
Epílogo de Ivonne Sánchez-Barea
Círculo Rojo Editorial
Sevilla, 2021

ARCENES DE LUZ

 
   Antes de abordar el contenido lírico de En el vértigo azul de una mirada de María Ángeles Lonardi, profesora y escritora argentina establecida en Almería desde hace dos décadas, es necesario resaltar tres notas singularizadoras de este poemario: el prólogo del poeta, ensayista y profesor Gerardo Rodríguez Salas, el variado abanico de citas y la coda epilogal de la poeta y artista visual Ivonne Sánchez-Barea. En la exigente indagación introductoria de “Miradas que abrazan”, más que un texto coyuntural de mero acompañamiento al paso del poema, se perfila una travesía de conocimiento para sondear la confidencialidad expresiva de un ideario poético sacudido por la inconformidad existencial. En el quehacer de la mirada, como puente esencial de acercamiento al yo interior y a la realidad como espacio vital “Lonardi combina la doble mirada en un libro dedicado íntegramente a este motivo sin olvidar el vértigo que supone mirar desde el compromiso ético y social, sin olvidar esas gotas de histeria que ha de tener la poesía". Acierta plenamente el umbral al perfilar un yo poético en cuya identidad hay una aleación de sustratos emocionales  y perspectiva ética. Quien escribe nunca es un solitario desgajado del cuerpo comunitario sino que es parte de un todo social en el que se oye un lenguaje paradójico que aglutina el canto y la queja, el derrumbe y la plenitud sensorial.
   El paratexto de En el vértigo azul de la mirada es muy amplio. Integra citas de Benedetti, Cortázar, Gabriela Mistral, Coltrane, Paulo Freire, Whitman, Borges, Wislawa Szymborska o Bertold Brecht. Son aportaciones que avalan magisterios y admiraciones, que recuerdan que la obra personal requiere siempre el quehacer plural de la tradición y su incansable senda renovada.
   El epílogo “Tiempo en miradas” que escribe Ivonne Sánchez-Barea refleja una nítida sensibilidad poética; lejos del didactismo crítico reafirma ideales del sentir lírico en los que arde el conformismo y lo gregario. Aborda el perfil literario de María Ángeles Lonardi como un ejercicio de libertad en la búsqueda del misterio que habita en las palabras. Más allá de lo aparente está la esencia, la sabiduría de la imaginación, el mapa de los recuerdos que enlaza pasado y presente para oír mejor los latidos de un mundo siempre proclive a las asimetrías.
  El primer poema, que aporta el título, deja en detalle esos rasgos nucleares definidos por la búsqueda incesante de sentido vital a un tiempo de intemperie y soledad. Las palabras dan cuerpo ahora a un viaje interior que rastrea esperanzas y sueños, la presencia del otro capaz de habitarnos piel adentro y poner firmeza en el epitelio vulnerable del yo.
   El apartado “Volviendo la mirada” explora la soledad congénita del ser y también el carácter simbólico del pasado. La pérdida de aquel paraíso de la niñez obliga a buscar nuevas raíces y abrir las alas para resurgir en la implacable resistencia del aire. Las ásperas incógnitas del vivir exigen adentrarse en las sombras. En la sección “Cuestión de miradas” el itinerario intimista nunca pierde la conciencia de lo temporal. El afán introspectivo descubre “una triste realidad que nos condena” a un miedo silente que obliga a buscar la compañía y la complicidad de otras pupilas para sortear emboscadas y contradicciones en el transitar. En clara continuidad argumental, el conjunto “Mirada transversal” convoca espacios vitales que conforman la periferia del yo. Toda una avalancha de sensaciones somete al ánimo subjetivo a un naufragio continuo: “Frente a la inmensidad / nos empequeñecemos. / Nos aterra vivir solos / y solos enterrar los huesos”. Desconciertan  las desigualdades sociales y la barbarie de alzar muros poblados de concertinas y vallas electrificadas. Decepciona el empeño de aislar la riqueza, rompiendo en los más desfavorecidos sueños de amanecida. Las palabras se va trasladando a los escenarios de la ignominia de nuestro tiempo, que padece una ceguera crónica ante el dolor del otro.
   María Ángeles Lonardi, como si la cercanía exigiera acariciar el rastro de musgo del presente, fermenta en “Mirada de hoy” el incansable afán del fuga que empuja al tiempo. Todo es transitorio y perecedero y hay que esforzarse en mantener a salvo la esperanza, la necesidad de un cielo despejado, capaz de celebrar la claridad, más allá del encierro y la falta de abrazos, más allá de las calles vacías que invitan a romper la soledad con el poema.
  El final de trayecto de En el vértigo azul de una mirada se acrecienta la introspección, explorando las anotaciones del entorno. Los poemas se convierten así en crónicas emotivas que buscan un desarrollo argumental. Desde esa actitud de compartir los sustratos anímicos de la existencia, el yo poético, con plena naturalidad expresiva, moldea una perspectiva ética que dé sentido a la razón de ser. Caminar en lo diario es un parpadeo que abre los ojos a la esperanza, que tiende la mano a la naturaleza y al otro, que nunca renuncia a conseguir un día que las imaginarias paredes de los sueños sean reales, como arcenes de luz.
 
 
JOSÉ LUIS MORANTE
 
 
 

sábado, 18 de septiembre de 2021

LOS HECHOS CONSUMADOS

Una mirada oscura
Fotografía
de
Internet

LOS HECHOS CONSUMADOS

Gracias a mi torpeza,
al cómplice silencio de los días lluviosos
y a los buenos oficios de enemigos comunes
has conseguido un odio a la medida,
que apenas se vislumbra.
Surgen imperceptibles
las miradas oscuras, asesinas,
en las cosas que amo,
el sonido quebrado de una cuerda vocal
ofertándome aliento,
el brillo delator de tu pupila
en mis desolaciones.

Nada que objetar. La elección hace libres.
Sabes muy bien qué ganas o qué pierdes.

                  (De Enemigo leal. 1992)

jueves, 16 de septiembre de 2021

RAFAEL SOLER. VIVIR ES UN ASUNTO PERSONAL.

Vivir es un asunto personal
Rafael Soler
Olé Libros, Colección Vuelta de Tuerca
Valencia, 2021

 

MANIFIESTO VITAL
 

 
   Cuando apenas se cumplen dos años de la publicación en 2019 del balance Leer después de quemar, se reúne el despliegue poético de Rafael Soler (Valencia, 1947) en la misma colección, con el título Vivir es un asunto personal, como si la escritura fuera asidero permanente. El árbol del lenguaje, por su capacidad expansiva, trasciende contradicciones y contingencias para sacar a la luz la caligrafía intimista de un manifiesto vital. El epígrafe elegido para este dominio panorámico procede de una de las secciones de su segunda entrega Maneras de volver, poemario de regreso que celebraba el amor y el deseo como vértices esenciales de la identidad.
   La compilación no requiere premeditaciones justificatorias. Carece de prólogo, notas didácticas de contexto y elementos paratextuales. Su pensamiento discursivo integra el recorrido desde la amanecida hasta el ahora, abarcando un segmento temporal de más de cuatro décadas de creación. El plano general aglutina los poemarios Los sitios interiores (Sonata urgente), Maneras de volver. Las cartas que debía, Ácido almíbar y No eres nadie hasta que te disparan. Estas salidas han dado pie a antologías como La vida en un puño y Pie de página y aportan textos a la muestra Leer después de quemar, donde se ubica una amplia selección realizada por Lucía Comba. Pero se trata de agrupar también el material del ahora; se incluye el poemario de reciente aparición Las razones del hombre delgado, entrega publicada en Nueva York en 2021. El apartado final Otros poemas compila el ramaje autónomo de piezas sueltas y dispersas para dibujar un árbol fuerte, con la fronda escrita entre 1978 y 2021, alentada por premios literarios para un solo poema, participaciones en antologías y solicitudes de colaboración en revistas.
   La poética de Rafael Soler tiene una clara raíz vanguardista y un nítido desarraigo del convencionalismo epocal. Desde su obra auroral, mezcla en su quehacer expresivo la afectividad sentimental, el verbo irónico, un cauce argumental que aventura las coordenadas de la existencia y una significativa búsqueda de imágenes que plasmen una dicción original y distinta. Desde la requerida precisión y brevedad, el poema se habita por una individualidad que sale al día con las convincentes argumentaciones de la palabra para alzar un ideario estético proteico, que relega encasillamientos. Rafael Soler es un escritor realista, hermético, surrealista, social e intimista y deja que el lector sume su particular etiqueta sobre el work in progress de su obra poética.
   El volumen elige la linealidad cronológica para integrar las entregas en el orden de aparición editorial. Se percibe así que en el trayecto lírico no hay quiebras sino una cadencia armónica, enriquecida con el empleo de varias voces, con claro predominio del enfoque directo de la primera persona. Se cuida con mimo la sensibilidad comunicativa para que el sujeto testimonial, en su indagación de lo humano, se trasforma a veces en un tú apelativo que se precipita al vacío del existir. Desde una contradictoria claridad se guardan sombras y se especula con la realidad y sus versiones. Con fuerza admonitoria el lenguaje muestra un territorio de frontera entre lo cotidiano y el discurrir onírico, mientras los pasos tanteantes del discurso toman posesión de la incertidumbre.
   Libro a libro, los poemas clarifican la existencia del yo como un tránsito que concluye en el vacío; pero en ese recorrido hay que seguir la brújula del corazón y hacer del transitar un gesto de coherencia, un indicio del ser que guarda la memoria.  El amor y la convivencia se hacen coordenadas reflexivas. Desde esa percepción, siempre bajo la lluvia del tiempo, se concreta el estar, ese golpe de dados que celebra el cuerpo y que hace del deseo un destino tangible.   
   La reflexión existencial se acentúa en Las razones del hombre delgado cuyo avance está impregnado por una intensa penumbra crepuscular: la enfermedad, la muerte o el largo ensayo de la despedida convierten la experiencia de vivir en una inabordable deriva. Se acumulan las pérdidas. La percepción se esmera en rescatar signos y preservar en la memoria “la falsa pulcritud de los escombros”, como un patrimonio más del solitario. 
   Frente a cada poemario, el mosaico completo permite una mirada amplia, un perfecto trazado en el que se pueden captar más fácilmente los motivos y preocupaciones que se reiteran y las características formales. La suma paradójica de vida y escritura conceden al yo poético una identidad definitiva. Vivir es un asunto personal da cuenta de un intenso mirar introspectivo. En él habita un tiempo de azar  que camina con paso firme, y sin posibilidad de extravíos, hasta el laberinto gris de la ceniza. Cada vez se descubre con más precisión la llegada a un tiempo de finitud cumplida en los distintos ámbitos de la experiencia, que vela su subjetividad con la ironía y el rechazo de cualquier impostura trascendente. La palabra sortea las arenas movedizas de lo transitorio para seguir en pie, deshaciendo las lindes de la muerte.
  
 

JOSÉ LUIS MORANTE



miércoles, 15 de septiembre de 2021

EL ESPECIALISTA

Espera
Archivo general
de 
Internet

 

EL ESPECIALISTA 

   Como esos adjetivos desdentados que no encuentran sitio en el párrafo, respiraba una terca soledad destemplada. Durante aquel paréntesis de tedio se especializó en la redacción de currículos laborales. Poco a poco aquel hábito adquirió solvencia y mejoró hasta la persuasión pedagógica. Asentó en su escritura una pericia inalcanzable. Nadie como él para dibujar el agua clara de una biografía laboral. Sus trabajos eran los más completos. Hoy incluyó en la fe de vida del atónito solicitante treinta y cinco piezas dentales y los dos extintores del pasillo. 

(De Cuentos diminutos)

 

 

martes, 14 de septiembre de 2021

JOAN DE LA VEGA. EN TORNO A ISSA Y OTROS DIFUNTOS

En torno a Issa y otros difuntos
Joan de la Vega
RIL Editores
Colección Aerea Carmenere
Los Leones, Santiago de Chile, 2021

  

EL ROSTRO DEL TIEMPO
 

 
   En la obra En torno a Issa y otros difuntos Joan de la Vega (Santa Coloma de Gramanet, Barcelona, 1975), poeta y responsable de la Garúa Editorial, se hace evidente el homenaje explícito a Kobayashi Issa (1763-1824), uno de los magisterios luminosos del haiku clásico. En la implantación literaria de la estrofa Issa personifica la humanización y la plena incorporación de la subjetividad. Frente a los que entienden el haiku como expresión concisa del instante, mientras desaparece la presencia del testigo para refrendar solo la sensación visual, Issa aloja en los versos los estados y sensaciones de la vida al paso, la experiencia que moldea la senda existencial como azarosa línea marcada por los signos de la contingencia. El legado de Issa refuerza la idea de que el trayecto personal es un recorrido brumoso, en manos del tiempo y sus alegaciones.
   El bagaje de Joan de la Vega integra una decena de títulos en castellano y tres entregas en catalán. Es, por tanto, un poeta de obra abundante y sin fracturas, con un pensamiento estético marcado por la experimentación lingüística, la reflexión semántica y la búsqueda de una propuesta singular. En su bibliografía, la estrofa japonesa ha sido una estrategia expresiva cercana, a la que ha dedicado libros al completo como  365 haikus y un jisey.
  Sirve como umbral de En torno a Issa y otros difuntos un haiku muy celebrado del japonés, hecho refrendo de la amanecida. Constata la importancia de la epifanía en el moldear de la identidad; el propósito de ser otro tras la demolición y la carencia: “Es primavera… / Atrás quedó Yataro / y nació Issa. “. La voluntad renace y su semántica marca una sensibilidad auroral, capaz de superar soledad y extrañeza. El tantear dubitativo transforma el cansancio en plenitud y conocimiento; proporciona la fuerza germinal de quien acepta la condición del ser como curso transitorio y búsqueda.
   Ese clima poético propicia una crónica fragmentaria en la que una voz omnisciente va reconstruyendo un relato vital: “Issa avistó la soledad de los gorriones. / De los jirones del hambre hizo un nido / de palabras, que aún hoy nos da cobijo”. La geografía argumental suma percepciones, elementos al paso y pensamiento. Se escucha el fluir de la conciencia en el revuelo de las estaciones reconstruyendo un horizonte de esperanza: “A mis cincuenta años de edad / abro y reabro las sílabas / de esta nueva primavera”. El periplo biográfico de Issa sirve de ruta expresiva al reencuentro con la memoria. La situación familiar, los viajes, la presencia cercana de la muerte que nunca diluye sus huellas, los indicios de permanencia y las grafías de lo exterior conforman un tiempo de incertidumbre que, poco a poco, se vuelve inaprensible.
   Joan de la Vega no se limita a emplear el habitual trébol versal en sus poemas  y la cadencia de pentasílabos y heptasílabo. Emplea con frecuencia variaciones que conforman una polifonía. El molde clásico suma sílabas “A vista de pájaro / las copas de los pinos / hablan entre sí”, o ensaya la inclusión de haikus encadenados en un poema breve, como si la libertad formal propiciara una ventana comunicativa a la contemplación, nunca exenta de simbología y estratos reflexivos.
   El lector sospecha que al amparo de la personalidad atemporal de Issa, se acoge también la misma identidad del autor dando aliento a un yo desgajado que camina hacia adentro en su afán de esclarecer el sentido de lo real: “Tres líneas al azar / son suficientes / para sostener mi mundo”. Así lo ratifica con pleno acierto la última composición del libro “Cuenta pendiente”: “Todo lo escribí para mí, / para acercarme a mí / y saber medir la distancia / entre la carne y sus noches”.
 
JOSÉ LUIS MORANTE


 
 
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 13 de septiembre de 2021

CUESTIONARIO CHAMFORT

Breverías al paso


 Cuestionario Chamfort: una idea literaria de JOSÉ LUIS TRULLO.


1. ¿Recuerda cuándo empezó a escribir aforismos de forma consciente, es decir, comprometido con el género en cuanto autor?

   No recuerdo una fecha exacta, pero los primeros aforismos de mi libro Mejores días (Mérida, 2009) nacerían hacia 2005, ya como textos autónomos para integrarse en un libro futuro. Antes  escuché con frecuencia que muchos de mis poemas tienen un cierre aforístico; así que no fue una decisión brusca en mi escritura.

2. ¿Cuál es su método de creación y composición de aforismos? ¿Loscorrige de forma concienzuda, o prefiere respetar la primera intuición?
 
   No existen fórmulas fijas. Por lo general suelen presentarse con un detonante concreto: una vivencia, una lectura, un asunto laboral… Así alcanzan una primera redacción que después modifico varias veces. La intuición  es una brújula poco fiable.

3. ¿Cuál son sus aforistas de cabecera? 

Mis estaciones de vuelta son tres: Friedrich Nietzsche, Elias Canetti y Juan Ramón Jiménez.  Pero no monopolizan mi mesilla, dejan sitio a los moralistas franceses o a clásicos y coetáneos que me dejaron el alborozo intacto de un descubrimiento.

4. Dígame su aforismo favorito, aquel que envidia no haber escrito usted.

Tengo un gusto amplio; por tanto, haría una elección múltiple ya que hay maneras muy diferentes de entender la estrategia expresiva; pero para respetar las reglas del juego, me quedo con una de las voces de Antonio Porchia: "Nadie es luz de sí mismo. Ni el sol".

5. ¿Recuerda el mejor aforismo sobre el aforismo que haya leído?

En general, el aforismo se lleva mal con lo metaliterario; no es muy dado al dogma; más bien prefiere sondear el adentro existencial. Así que no encuentro en mi memoria ninguna recomendación sobre cómo, cuándo o dónde escribir aforismos...

6. ¿Qué lugar ocupa el aforismo en su actividad creadora, respecto a otros géneros?

Es casco antiguo, esa zona del yo que se vista a diario por su aporte monumental; desde hace muchos años conviven en mi trabajo breverías tan dispares como el haiku, el microrrelato o los aforismos; así que mi actividad creadora es fronda. Un conjunto de ramas que nace de una misma raíz.

7. ¿Cree que se está produciendo en España cierta burbuja aforística?

El copioso cultivo actual del aforismo puede dar lugar a imposturas estrepitosas que solo asocian el aforismo a la brevedad; un buen ejemplo de esta ignorancia completa de la esencia aforística es un compendio de cien autores seleccionados, de los cuales la mayoría no ha escrito un aforismo nunca, como sucede con los antólogos. Pero el mercado admite estas aportaciones fuera de guión.

8. ¿Qué influencia cree que pueden haber ocasionado ciertos fenómenos sociales (como la publicidad o las redes sociales) en el actual boom del aforismo?

La invención literaria es siempre un fenómeno multicausal; sin duda, tienes razón al suponer que la fuerza digital ha impulsado el aforismo, pero es un género antiguo que se ha cultivado en todas las civilizaciones y en todas las épocas; en España por ejemplo alcanzó en el Barroco un gratísimo esplendor y es inolvidable la aportación al género en los inicios del siglo XX: Machado, Bergamín, Juan Ramón... fueron grandes aforistas.

9. ¿Qué virtud y qué peligro puede tener el aforismo respecto a otros géneros literarios?

Creo que corre los mismos peligros que los demás géneros: la obviedad, el epigonismo, la ocurrencia, la ignorancia ortográfica... Y aspira a las mismas virtudes, a recorrer el mismo mar distinto de la escritura, a unificar tradición y originalidad construyendo edificios perdurables. 

10. Para terminar, obséquieme con un aforismo inédito, nunca antes publicado en ningún otro sitio.

Cuando viajamos a la playa a primeros de julio, abrí un cuaderno de trabajo en el que fui anotando los aforismos que surgían a pie de mar. En sus páginas reposa el siguiente aforismo: Una vanidad incontestable, de las que exigen a la argamasa corporal tres ombligos.

Cuestionario de JOSÉ LUIS TRULLO para la revista digital ELAFORISTA.ES


domingo, 12 de septiembre de 2021

INCONFORMISMOS CON RESPALDO

Sedentarismos verbales
Archivo general
de
internet

 

INCONFORMISMOS

 
Un buen poema es un inconformismo con respaldo, que deja el ánimo en posición correcta.
 
Solo; cansado de parecerme a mí.
 
Nunca volvió a ver unicornios.
 
Aunque no esté, es uno de esos sueños que no se abandonan.
 
Entre los dos se hizo tarde muy pronto.
 
Los aforismos que prefiero transpiran un narrador que pisa el asfalto de lo real.
 
Somete su silencio a continuas revisiones.

Aforismos con respaldo


 

sábado, 11 de septiembre de 2021

PIEDRA CALIZA

Cortados de Rivas Vaciamadrid

 

 

PIEDRA CALIZA
     (Epitafios)
 
   
 
He soñado con la realidad. Con qué alivio me he despertado.

                                                                                              STANISLAW  J.  LEC
 
 
La muerte no  es nada,
cuando existimos ella no existe
y cuando aparece, nosotros desaparecemos.

                                                                                      EPICURO
 
 
                                   I
 
En su artesana construcción del silencio,
la muerte no reconoce
ninguna otra verdad.
 
                                   II
 
Otra noche.
Sobre mí  prosigue su labor
la luna quieta.
Carezco de otra luz.
 
                                   III
 
Queda mi nombre
y la serenidad de este paisaje
que no sabe quien fui.
 
                                   IV
 
Agudizo mi vocación fantasma.
Miro sin comprender
y reclamo razones para estar en la nada.
No hay respuestas;
la pureza del aire
habita el desamparo.
 
                        V
 
Un manto de raíces y una brizna de sol,
pero las formas se han desvanecido
en el escaso jugo de una tierra estéril.
Estoy con otras sombras y nos une
la mansa convivencia,
el aire de familia
de los que nada piden al futuro.
 
                        VI
 
Vuelven los ecos y dibujan mapas,
un recorrido de memoria y sueño
que convierte al que fui
en terco pasajero de otra ruta
que ya no identifico.
El pasado se puebla
de restos arqueológicos.
 
                      VII
 
Ahora vivo debajo de las cosas,
con vocación de sima.
A tientas me desplazo
sin que se marquen huellas
ni dejen una imagen
los lugares de paso.
Nada sucede aquí;
nada sucede.
 
                        VIII
 
Callé.
Después de todo,
cobijo la pereza.
En el silencio, nadie;
un estar sin contornos que tantea
 y mide con desgana
el transcurrir del tiempo.
 
 
               IX
 
Camino dentro
de un dédalo de calles
y paisajes extraños
tras un rastro invisible.
Prosigue la deriva;
es terca voluntad
que empuja hacia otra parte.
En un tiempo sin tiempo,
ensordecido,
busco un lugar
para empezar de nuevo.
 
 
                   X
 
Epitafios;
un triste empeño por seguir hablando
cuando  se consumió
mi turno de palabra.
 
 
                                   JOSÉ LUIS MORANTE
 

                                  

viernes, 10 de septiembre de 2021

ACEITE SOBRE EL AGUA

Rutina
Archivo general
de internet

 

ACEITE SOBRE EL AGUA
 
Nada se sabe, todo se imagina
 
FERNANDO PESSOA
 
   Este tiempo digital ha emplazado en sitio visible a la necesidad de valores que buscan un lugar propio. Hay que reivindicar cada vez más fuerte, sin quiebras ni estridencias, que hay una abrumadora crisis moral que afecta a todos los estamentos sociales. Se percibe a diario en la estridencia alborotada de los medios y en la disolución de los referentes políticos y sociales. Los ataques frecuentes a ciudadanos por su condición sexual no son fruto del fanatismo político, sino de un entorno familiar homófobo y violento. Una sociedad sin valores es un organismo al que le han extirpado su arteria principal; la crónica de una muerte anunciada.
 
   Íntima cartografía del sujeto verbal y sus desplegadas conexiones con el entorno. Se acumulan los libros en estantes provisionales, cajas, maletas, mesas de trabajo y se agrieta la discusión perpetua: hay que seleccionar libros y desprenderse de los que desbordan las habitaciones. Pero, ¿qué libros sobran? Poesía, no; ensayo, no; filosofía, no, aforismos, no; historia, no; novelas… Bueno, y presentan urgentes credenciales Saramago, Coetzee, Alice Munro, Onetti, P. Modiano… En cuántas novelas, la luz.
 
  Los etiquetados imprevistos en el muro, hechos casi siempre con la mejor voluntad, no pocas veces me crean un problema: si he pasado una sema haciendo una reseña y anuncio en el Facebook la nueva entrada del blog, no hay sitio para promocionar mis propios poemas, los éxitos literarios de desconocidos o los eventos digitales del día; así que borro la etiqueta y sé que borro también un poco de la amistad del otro. Pero la razón es meridiana y es bueno que el otro también perciba claridad y amanecida; el despertar en un libro leído por intensa dedicación.
 
  La caligrafía insomne de su mensaje me recordó: “no tengo aspiraciones trascendentes. Solo quiero ser feliz, si tú me dejas”.
 
(Apuntes del diario)