sábado, 10 de junio de 2023

UN TECHO A DOS AGUAS

Ciudadela, Mahón
Menorca, 2023

AFORISMOS  DE JUNIO


La fascinación de quien hace del laberinto un refugio.

Nosotros; un techo a dos aguas.
 
Cuando asciende, el humo se descubre sólido y permanente.
 
En los desguaces, letras sin voz hacen legible el tiempo.
 
Perturba la caricia una lisura fría, de cristal.
 
El buen aforismo necesita los atributos de la tradición: raíces, molde y autoridad.
 
Escribir cada aforismo a oscuras, con la morosidad del aprendiz.

(Dentro del Laberinto)


 
 

    

viernes, 9 de junio de 2023

HETERÓNOMOS. TRADUCCIÓN DE MIGUEL ÁNGEL REAL


HETERÓNOMOS
 
 
Dentro de mí conviven, abocados
a una inmensa rutina sedentaria,
el yo que pienso y otro, el que parezco.
Un pacto, que firmaran con los ojos,
les conmina
a respirarse en cierta tolerancia,
y ambos han sido absueltos
de mencionar, siquiera,
cuál fue la última causa
que les diera la vida.
 
Cada uno tiene ya su enclave exacto:
el yo que pienso
habita, día y noche,
la intimidad de estas cuatro paredes.
Es semejante a un niño que olvidara crecer,
y por lo mismo
nada en el mar de una sabia ignorancia.
(“Acaso sea el invierno…
es razón suficiente para explicar el cosmos “)
Y balbucea. Ríe.
Se pierde en los espejos. Gesticula.
Colecciona recuerdos como si fueran conchas
que ha enterrado el olvido.
 
A veces llora y viste el jersey gris
de la melancolía;
entonces toma un folio,
donde  inicia el galope un sentimiento
y se hace reo de pertinaz tristeza,
hasta que traspapela la mirada
y descubre, cansado,
que afuera cae la lluvia
y mojan su perfil
unas livianas gotas de mi nube.
 
El que parezco
está en la calle de continuo.
Todos le conocéis
pues con todos comparte ese pan y esta sal
que, bajo el brazo, trae la vida;
las cotidianas dosis
de angustia existencial, trabajo y ruido.
Con él tropiezo,
una tarde cualquiera,
al doblar una esquina,
y tras justificarme torpemente
(“hallé la puerta abierta
y me aburría…”)
me despido gozoso y luego marcho
-el paso lento, sepultadas las manos
en los amplios bolsillos del vaquero-
a ver, sin más, el mundo por mis ojos.
 
 
 
HÉTÉRONOMES
 
 
En moi cohabitent, voués
à une immense routine sédentaire,
le moi qui pense et l'autre, mon apparence.
Un pacte, qu'ils avaient signé des yeux,
les oblige
à se respirer l'un l'autre dans une certaine tolérance,
et tous les deux ont été exemptés
ne serait-ce que de mentionner
quelle fut la dernière cause
que leur a donnée la vie.
 
Chacun a déjà son enclave exacte :
le moi qui pense
habite, jour et nuit,
l'intimité de ces quatre murs.
Il ressemble à un enfant qui aurait oublié de grandir,
et pour cette raison
il nage dans la mer d'une sage ignorance.
(« C'est peut-être l'hiver...
c'est une raison suffisante pour expliquer le cosmos »)
Et il balbutie. Il rit.
Il se perd dans les miroirs. Il gesticule.
Il collectionne les souvenirs comme si c'étaient des coquillages
que l'oubli a enterrés.
 
Parfois il pleure et il porte le pull gris
de la mélancolie ;
il prend alors une feuille
oú un sentiment commence son galop
et il devient prisonnier d'une tristesse tenace,
jusqu'à ce que son regard se perde
et qu'il découvre, fatigué,
que dehors la pluie tombe
et que son profil est mouillé
par des gouttes légères de mon nuage.
 
Mon apparence
est sans cesse dans la rue.
Vous la connaissez tous
car elle partage avec vous tous ce pain et ce sel
que la vie apporte sous le bras ;
les doses quotidiennes
d'angoisse existentielle, de travail et de bruit.
Je trébuche avec elle
un après-midi quelconque,
au coin d'une rue,
et après m'être justifié, maladroit,
(« j'ai trouvé la porte ouverte
et je m'ennuyais... »)
j'en prends congé, joyeux, et je pars ensuite
-la démarche lente, les mains ensevelies
dans les larges poches de mon jean-
voir, tout simplement, le monde avec mes yeux.
  
         (De Rotonda con estatuas, 1990)



jueves, 8 de junio de 2023

APUNTES DEL DIARIO

Escaparate lector
Feria del Libro
Madrid, 2023

 APUNTES DEL DIARIO

   En los últimos meses apenas abandono el frágil armazón de la rutina: pocos viajes, muchos libros, continuos encargos literarios y vida familiar. Sin embargo, algunos amigos sospechan que estoy desaparecido. Su  empatía nada sabe del caminar continuo hacia el fondo de mí.

   El boscaje de lecturas pendientes suma entregas de Eloy Sánchez Rosillo, María Ángeles Pérez López, Ramón Eder, Santos Domínguez, Julio César Galán, Sihara Nuño, Paula Bozalongo, Juan Manuel Uría, Rodrigo Olay, Estefanía Cabello... Páginas obligatorias que sumergen en la nada la intención de reseñar los quehaceres de amanecida de autores nuevos o poco conocidos. Estas virutas de taller me llenan de tristeza. Cancelar intenciones y esperanzas siembra heridas y abre la puerta al resentimiento. Somos así; nadie se pone en el lugar del otro.

  La intensa lluvia de estos días baja hasta la profundidad de las raíces, deja en el paisaje un cromatismo renacido que apacigua la garganta seca de tantos meses.

   Sospecho que la voluntad es el más férreo anclaje de la coherencia, el tendón más en forma.  

(Diario, junio de 2023)

miércoles, 7 de junio de 2023

EMILIO LÓPEZ MEDINA. LA SOLEDAD

La soledad
(Las siete bestias, V)
Emilio López Medina
Coedición de Apeadero de Aforistas y Thémata Editorial
Colección Gnomon
Sevilla, 2023
 

PERTENENCIAS


   Sólo unos pocos meses separan la publicación de El mundo que se abre, breve compilación de una centena de aforismos sobre filosofía, de Emilio López Medina (Jódar, Jaén, 1949), de La soledad, quinta entrega del proyecto filosófico Las siete bestias, tratado en torno a los asuntos centrales de la existencia que emplea el laconismo y el decir breve como esteros reflexivos. De este modo, el texto conciso moldea argumentos donde el hablante verbal se focaliza a sí mismo como persistente núcleo temático. Así han ido apareciendo entregas escalonadas sobre la ignorancia, la ambición, la diversión y el sexo. Son espacios indagatorios de hondura que interpretan el mundo a través de la meditada arquitectura expresiva del aforismo y los destellos del pensamiento fragmentario.
  La dimensión de La soledad ubica en primer plano los efectos del desamor y la ruptura de la convivencia de pareja. Aislado en sí mismo y con una autoestima de baja estatura, el yo se confina en el silencio frío del espejo y hace de la lejanía de los otros su estado natural. La palabra ya no es centro de gravedad, ni se hace viaje hacia el intimismo del sujeto ajeno o cauta medida de emociones y pensamientos. Es un estado nuevo, una catástrofe doméstica donde corresponde superar la desorientación y buscar referencias que conecten la existencia personal y el entorno cotidiano. La cosmovisión subjetiva abre puerta a las dudas. El mismo cuerpo parece recubrir su dermis de extrañeza. Somos otros y cada gesto adquiere carácter introspectivo mientras cristaliza un marco de representación complejo y saturado por la decepción. La amanecida del solitario conecta con un poblado escenario de variantes, donde esperanzas y posibilidades caminan de espaldas. Se expande una continua sensación de naufragio: “Cada cual es un navegante solitario en una frágil barca en mitad de la noche…”. Y es preciso buscar coordenadas y destino, indicadores que hagan posible la llegada a otro andén habitable. Todo el apartado inicial “Del otro y su palabra” es una exploración de la convivencia como sinfonía de matices y de fragilidades. Estar juntos crea un espacio vertical que, cuando se hace ruinas, deja al hombre en otra dimensión de la realidad. Se hace fuerte la falta de sentido de la existencia y la necesidad de buscar un refugio interior, ajeno a los dictados del sentimiento.
  Desde Anaximandro, en el pensamiento filosófico clásico, la semántica de mundo designaba una multiplicidad ordenada y cambiante; equivalía a la noción de realidad como entorno que sirve de voluntad y escenario al discurrir existencial del yo colectivo. Emilio López Medida denomina el segundo conjunto textual “Del mundo” y en él se incorporan las reflexiones metaliterarias de la palabra rota, el silencio, como realidad sin palabras y la figura del solitario, ejemplo de contrastes, que hace del sí mismo una oscura presencia social. No hay un cambio de orientación en el lacónico discurrir del pensamiento; se muestra un mundo interior que zarandean los vientos emotivos y las coyunturas temporales que cobran la apariencia de hechos irreversibles. Son coordenadas azarosas que dejan tras de sí consecuencias directas como el odio, la soledad, el arrepentimiento, la culpa o la voluble empatía hacia los que conforman la periferia del yo.
   Para Emilio López Medina el mundo supone “No un conocimiento, sino una percepción: esto es la vida. No sólo el mundo no sería si no se viera, sino que además ni siquiera es lo que se ve: el mundo es el hecho de verlo. Lo veo, luego existe.”. Gran interés reflexivo para entender el apartado tiene otra tesela: “El mundo para el hombre contemplativo es un libro que está ahí para ser leído. Para el hombre de acción, un decorado para ser intervenido. Uno y otro suelen ignorar el plató en el que, a su vez, ambos se hallan”.
   Por tanto, el pensador mira hacia fuera, deja dormido su intimismo para que las palabras exploren la vida como proceso y como puente tendido hacia el futuro. En este tránsito desde el interior al exterior nacen así distintas perspectivas enmarcadas en un realidad concebida en un tiempo concreto: “¿Nuestra vida? Errático vuelo de un pájaro entre una bandada”.  
   El hecho de afrontar lo cotidiano, convierte al yo en un superviviente que retorna a casa. El tramo final “De sí” alumbra la noción del regreso. La fisonomía cambiante de lo exterior supone sumar pasos dubitativos y es necesario recuperar la cálida estancia del ser: “La vida empieza a gustarme cuando huyo de ella. Desde mi escondrijo, la contemplo y la amo”, “La mejor puerta a la intimidad propia es el anonimato”.
 Acorde con la vocación filosófica de Marco Aurelio, Séneca, Montaigne, La Rochefoucauld, Nietzsche, Hegel, Fichte, Wittgenstein o Cioran, (Esta enumeración de influencias requiere siempre una concentración necesaria), Emilio López Medina mantiene una tangible presencia central en el aforismo filosófico contemporáneo. Sus materiales reflexivos conceden una apertura máxima al pensamiento. Se apropian de los elementos de la realidad para mostrarnos sus estratos, esas capas donde conviven la máscara y la transparencia, el inconsistente horizonte, contradictorio y cambiante, que deja entre las manos el desquiciado empeño de vivir.
 
  
JOSÉ LUIS MORANTE
 
 

 

martes, 6 de junio de 2023

ALZHEIMER

con otra luz
Imagen
Alone in the dark

 

ALZHEIMER

 

   Ojos cerrados. La luz se ha dormido bajo los párpados. No quiere mirar el cuerpo descoyuntado de la muñeca. Se ausenta cualquier esfuerzo para que el juguete adquiera de nuevo apariencia de vida. Los recuerdos se han roto o están en otro lado. La mente ahora es un páramo en blanco, interminable, abocado al silencio, y el discurrir solo una suma de instantes aislados, un relato sin hilo, aleatorio, encerrado sobre sí mismo, entre tinieblas. En silencio ha crecido una habitación vacía. Quien vive en ella no sabe buscarse.

  

(De Cuentos diminutos)

 

 

 

lunes, 5 de junio de 2023

UN RECUERDO INFANTIL

Laguna de El Bohodón
Fotografía
del diario digital
Ávilared

 

UN RECUERDO INFANTIL

Antes de que la niebla
apagara su luz,
una vez fue mi casa.
Forjaron sus paredes
maleables arcillas
y barderas resecas;
y protegió sus techos
con rojizas pendientes
para dormir sin nieve su nostalgia
o la lluvia inducida
por el ceño gravoso del invierno.
Se emocionan mis manos
si abren puertas ahora
la cuadra y el lagar,
el palomar doméstico
y aquel entorno oscuro del doblado.
Allí - no sé por qué-
nunca prescribe
la terapia afectiva
del niño que cobija sus preguntas
en los frágiles bordes
de una página escrita.

    (De Nadar en seco, 2022)

domingo, 4 de junio de 2023

PLANOS CORTOS

Planos cortos
Aforismos y cine
José Luis Morante
Prólogo de Juan Varo Zafra
Ediciones Trea, Aforismo
Gijón, Asturias,2021


 PLANOS CORTOS

Ser un hombre común requiere interpretaciones de profesionalidad contrastada.

Imágenes perdidas en el tiempo, borradores que ahuyentan las cicatrices de su orfandad.

Son espectadores abonados al cine de catástrofes. Añoran lo que vale un final feliz.

La mirada es afán; talla en la retina el emblema secreto de una logia donde soy el único sectario.

La soledad venera el folletín, húmeda propaganda sentimental que alborota la vigilia gregaria.

Secuencias que dibujan lienzos vacíos, sin misterio. Simple confusión de formas.

Corregir con audacia al enemigo indeciso: dar la espalda.

(Fragmentos de Planos cortos)