sábado, 17 de mayo de 2025

A PUNTO DE VER

A punto de ver
José Luis Morante
Prólogo de Susana Benet
Editorial Polibea
Colección El Levitador
Madrid, 2019


                               Con Bashô

Cañas y juncos
cubiertos de verdín.
Faltan las ranas.



viernes, 16 de mayo de 2025

NILTON SANTIAGO. VOCACIÓN DE NÁUFRAGO

Vocación de náufrago
Nilton santiago
Premio Juan Gil-Albert
XLII Premios Ciutat de Valérncia
Editorial Visor
Colección Visor de Poesía
Madrid, 2025


 GESTOS PERECEDEROS
 

 
   La obra poética de Nilton Santiago (Lima, 1979), Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas y residente en Barcelona desde hace muchos años, ejemplifica un asentamiento sorprendente en el espacio poético contemporáneo. Desde su carta de presentación El libro de los espejos, editada en 2003, cada una de sus propuestas líricas conlleva el refrendo de un certamen literario de primera línea. Así sucede con La oscuridad de los gatos era nuestra oscuridad (Premio Internacional José Hierro de Poesía Joven 2012), El equipaje del ángel (Premio Tiflos 2014) y Las musas se han ido de copas, que consiguió en 2015 el Premio Casa de América de Poesía Hispanoamericana. El intervalo creador aglutina también las entregas Historia Universal del etcétera (Premio de Poesía Vicente Huidobro 2019), Miel para la boca del asno (Premio Emilio Alarcos, 2023) y, su último trabajo hasta la fecha, Vocación de náufrago que ha logrado el Juan Gil-Albert en el XLII Premios Ciutat de València.
  El sedimento común de estas entregas conforma una conciencia poética que entiende la escritura como una propuesta dialogal entre revelación y misterio. Las palabras se apropian de lo que sucede; superan distancias cognitivas para compartir el terreno movedizo de los significados. Este ideario fortalece el abandono de la subjetividad de los materiales confidenciales para centrarse en esos gestos vitales, perecederos y aparentemente fugaces, que nos humanizan.
   Dentro del quehacer de búsqueda de Vocación de náufrago encontramos cuatro apartados de diferente extensión, donde resalta de inmediato la abundante presencia de lo metaliterario. Los poemas aluden en sus versos a las zonas de riesgo de la escritura y desperezan su disposición para recoger indicios reflexivos. Las características del discurso lírico de Nilton Santiago hacen de la anotación estética un enunciado cercano, sin ninguna pretensión dogmática, y con una perspectiva de imágenes y símbolos que sirve de referente evocativo de sus magisterios: “Wislawa diría que también el poema / vive en ese vacío que ilumina, / en esa nada que lo contiene todo”. Lo paradójico sirve para conocer espacios de una conciencia en tránsito; mientras, el sujeto verbal acumula percepciones y sensaciones, frente al entorno. El poema acoge signos explícitos de lo cotidiano, mínimas contingencias que recrean las formas aparentes de un escenario próximo. Todo es quietud y reconocimiento de lo temporal, un inevitable sondeo en lo transitorio, donde leves signos marcan desapariciones y ocasos: “No cabe duda, / así como “escribir” es borrar palabras, / desaparecer / es la mejor forma de estar en todas partes”.
   El protagonista despliega el mapa de identidades dispersas, empeñadas en remontar la azarosa pendiente de lo gregario. Tras su insignificancia, la realidad se manifiesta con estridencia; descubre su intimismo; contempla e intenta entender los azarosos laberintos del destino, ese ánimo estacional que da vueltas y aclimata variables que traducen aceptación, soledad, percepción del paisaje o leves trazos sentimentales.
   La andadura es un viaje sin andén donde se rememora un itinerario que a cada instante reactualiza distancias. El cauce verbal aborda la manera de ser, un entrelazado de emociones y vivencias que hacen de las palabras su territorio natural. Ese clima poético propicia una crónica fragmentaria donde la voz reconstruye un relato vital, una aparente distorsión de lo real entrevista por alguien que duerme con el ojo abierto. La geografía argumental contradice el avance lineal, suma percepciones, elementos al paso y pensamiento al vuelo libre de la imaginación. Son los fragmentos del yo indefinido, donde se escucha el fluir de la conciencia y el revuelo del tiempo, reconstruyendo vivencias, acercando la memoria del pasado a un porvenir “que está ahí, a la espera de que le demos / al botón de lo que seremos”.
   Cada poema recuerda un remolino de ideas del que poco a poco emerge el sentido y sale a superficie. La situación familiar, los viajes, la presencia cercana de la muerte que nunca diluye sus huellas, los indicios de permanencia y las grafías de lo exterior conforman un tiempo de incertidumbre que, poco a poco, se vuelve inaprensible.  Desgajado de cualquier retórica, un aforismo da aliento al propósito central de la escritura, a ese caminar hacia dentro para esclarecer el sentido del hecho creador: “Los libros no hacen más que esparcir nuestras cenizas”.
 
JOSÉ LUIS MORANTE
 






 

 

jueves, 15 de mayo de 2025

TRAS LA NUBE MÁS ALTA


PLUMAS EN VUELO

 
 
Alguien
            cae
     en
         su
primera caída
 
ALEJANDRA PIZARNIK
 
 
Inadvertido nadie, el ángel acaba de llegar y ya regresa.
 
Durmió en la umbría de lo real un largo sueño y amaneció cubierto de musgo.
  
Andan cerca. Las voces del ramaje predicen la música del vuelo.
 
En la lisura del espejo las plumas son esquirlas.
 
Después de la inmersión aprendió a volar bajo el agua
 
Con dedos de aurora moldeó un sueño: se hizo hombre.
 
A la intemperie, el ángel solo practica el vuelo raso. 

He visto un nuevo poblador de azules. No es igual que yo. Sus alas son más sólidas. Se llama Ícaro. 
 
Desnudez; el excesivo equipaje ralentiza el vuelo.
 
Sentido de lo mágico: el pez volador quiere ser ángel. 


miércoles, 14 de mayo de 2025

POEMA DE LA ESPERANZA

Mientras el tiempo tose...
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia

 

 

                     
POEMA DE LA ESPERANZA

 
Tu presencia no es átomo
ni misteriosa química;
es hospitalidad con el vencido,
severa purga
contra el abandono
que nunca se permite
un mínimo pretexto,
un titubeo,
una claudicación.
Es la pupila
que descubre una puerta
donde hay muros,
si la sombra contagia laberintos
.
Tras el derrumbe anticipas la luz
si no amanece
y no percibirás ninguna recompensa,
salvo la mano humilde
de un hombre de cristal.

                                                      (Inédito)


 
 

martes, 13 de mayo de 2025

FÉLIX MARINA BUITRAGO. DESDE MIS OJOS

Desde mis ojos
La juventud que desafió al franquismo
Félix Marina Buitrago
Ediciones Carena
Barcelona, 2025

   

MEMORIA Y TIEMPO

 


   El premio nobel portugués José Saramago, cuyo legado es lumbre encendida, siempre atento a reflejar en su obra la problemática social y los laberintos de la historia, argumentaba que la buena literatura busca su verdad en el lenguaje. No trata de convencer a los demás porque tal propósito encubriría una falta de respeto, un intento de colonizar la inteligencia del otro. Por tanto, si aplicamos esta reflexión al libro Desde mis ojos, subtitulado La juventud que desafió al franquismo, de Félix Marina Buitrago, parece meridiano que no se trata de hacer proselitismo de las propias convicciones desde la memoria, sino de dibujar, con los mejores trazos de la evocación, un arco temporal que trasciende la existencia individual, la peculiar manera de andar por la vida, para conformar una crónica colectiva, que afecta en profundidad a varias generaciones del presente.
  Nacido en Andújar en la década de los años cincuenta, licenciado en Historia Contemporánea, ensayista y dinamizador cultural, Félix Marina Buitrago anticipa en la introducción la filosofía narrativa del volumen que centra sus contenidos en el último tramo del franquismo, la Transición y el retorno al sistema democrático. Recupera con un claro sentido cronológico una floración de acontecimientos vivida en la mirada del yo como testigo directo.
  La narración biográfica comienza explorando los orígenes familiares y el condicionamiento existencial que supuso la guerra cainita de 1936-1939, con su inacabable estela de purgas y persecuciones a los vencidos. El triunfo nacionalsindicalista abría la posguerra como un largo túnel totalitario, que condenó al exilio a miles de españoles, y cercenó las libertades individuales imponiendo un pensamiento único, ajeno a cualquier crítica del sistema, y bendecido por la plenipotenciaria iglesia católica.
  La infancia es un periodo vital mitificado en el que solo parece tener asiento lo ideal. Sin embargo, para los hijos de los vencidos se mostró como un surco abierto de carencias que condicionó su percepción sombría de lo cotidiano. Lo mismo sucede con los años colegiales, marcados por un sistema de enseñanza tradicional, basado en la autoridad del maestro y en el indeclinable culto a la memorización de contenidos. Igual sucede en el internado, gestionado por la orden religiosa de los jesuitas. Aquella institución promovía una disciplina extrema y un sistema de enseñanza muy competitivo, como estímulo del esfuerzo y la inteligencia. Pero poco a poco, ya casi superada la adolescencia comienzan a aflorar los primeros conatos de rebeldía en los años del bachillerato y en el inicio de la formación universitaria, cuando se amplía el entorno más próximo y se hacen evidentes las asimetrías y contornos de la vida social en su conjunto. Confluyen otros caminos y horizontes que coinciden en su búsqueda de razones de vida con los últimos días del general golpista. Todo comienza a cambiar, tras aquel 20 de noviembre de 1975 que cerraba un régimen dictatorial interminable. Poco a poco afloran los nombres de la oposición clandestina y sus mensajes serán un semillero intelectual que adquiere hondo calado entre los jóvenes universitarios que esperan con la máxima ilusión el advenimiento de la democracia. Se iniciaba la senda del compromiso social y la lucha por la igualdad, la justicia y la libertad que impulsó una afiliación numerosa al PCE y el retorno de líderes que serán esforzados impulsores de la consolidación democrática.
   El activismo provocaba la desconfianza de viejas instituciones ancladas en el pasado; comienzan las convocatorias reivindicativas, las huelgas y manifestaciones que supondrán también vejaciones y torturas a los detenidos. Poco a poco, los nostálgicos del régimen van perdiendo espacio político. Pero sus métodos represivos se mantienen inalterables, tanto en Andújar, la localidad del autor, como en otros espacios geográficos de Andalucía.
   Félix Marina Buitrago da un amplio tratamiento a los años universitarios, como impulsores de su activismo social, y como cultivo de muchas amistades que marcarán los años venideros y la propia educación sentimental. Si 1975 y 1976, en los años de gobierno de ajuste, son los del referéndum que obviaba la ruptura total con el régimen anterior, 1977 se dibuja como un intervalo temporal que cambia todo y que abre una nueva fase vita en la personalidad del escritor. Como dice Jim Morrison “la clase más importante de libertad es ser lo que realmente eres”. Vive un momento álgido en su memoria sentimental con una relación amorosa determinante. Este nuevo tiempo de cantautores, contracultura, pelo largo y trencas maneja la espita del cambio democrático. Se legaliza el PCE y en las elecciones generales del 15 de junio la UCD de Adolfo Suárez resultaba el partido más votado, por delante del PSOE. Comenzaba la Transición, presentada como un ejemplo modélico de diálogo y concordia. Pero no fue así; el proceso estuvo marcado por el miedo y la incertidumbre, por una transformación política que no cerraba las sangrantes heridas. Pasaba por alto la revisión del pasado y mantenía en sus puestos a muchos funcionarios implicados en los desmanes del régimen franquista. La Transición miraba hacia adelante con graves dificultades como la matanza de los abogados de Atocha, el atentado a la redacción de la revista satírica El Papus, La Operación Galaxia o el Golpe de estado del 23-F. El proceso democrático parecía imponer un pacto de silencio con el pasado.
   Félix Marina Buitrago en los últimos capítulos se centra en los cambios de domicilio, desde Andújar a Granada y Madrid, temporalmente. Son escenarios que le ponen en contacto con otros ámbitos culturales y la música de cantautores hispanos y latinos o la inmersión social en el abrumador cambio político que supuso el triunfo del PSOE en las elecciones generales. Destaca también la amistad inmarchitable con el poeta Juan Antonio Mora, cuyo itinerario poético es un ejemplo de claridad intelectual y compromiso, de hondura humanista y testigo implicado que lucha en su quehacer solidario con los más desfavorecidos. Juan Antonio Mora será para el escritor un necesario ancla de ideología, apoyo personal y ejemplo de coherencia que anima a seguir su papel cultural a compañeros de su generación y a escritores más jóvenes que hacen suya causas solidarias como el medio ambiente, la inmigración, la defensa de la naturaleza o las causas del feminismo y la igualdad.
   Desde la ecología al activismo político, desde el compromiso personal con el pensamiento de izquierdas al despliegue de artículos y proyectos, como Pablo Neruda, Félix Marina Buitrago confiesa que ha vivido. Lleva dentro el bagaje de esa juventud que sembró esperanza en los oscuros callejones del franquismo y que lanzó al aire la cometa azarosa de cambiar la vida para cambiar el mundo; para dejar constancia que memoria y tiempo respiran el aire limpio del futuro y nunca estarán en manos del olvido.


JOSÉ LUIS MORANTE



 
 

lunes, 12 de mayo de 2025

CAUSAS Y EFECTOS

Contraluces
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia

 

CAUSAS Y EFECTOS

 
El centro del silencio me ha enseñado
a aceptar como un juego que la vida
es una sucesión aleatoria de causas y efectos
sobre las dunas de la realidad.
Aparecen las causas simultáneas,
inflexibles, anónimas,
y los efectos manan disueltos en los días,
con cauce renovado y variable,
cuyo curso ninguna voluntad puede eludir.
 
Cada mañana tiene leyes propias.
Es el azar la fórmula cifrada
que descubre sus vínculos.
Un extraño rumor nos configura
encubre quiénes somos, quién seremos.
                                          
Causas y efectos pasan, se suceden.
Articulan el tiempo. Y eso es todo.


    (Del libro "Causas y efectos" Ayto de Sevilla,
Premio Internacional de Poesía Luis Cernuda, 1997)
                                            


 
 

domingo, 11 de mayo de 2025

CONTINGENCIAS CON LA TELE PUESTA

ya va siendo hora...

 CONTINGENCIAS CON LA TELE PUESTA


Insomne vigilante de lo cotidiano, el diario abre página a las contingencias. Justifica los giros del azar, como si fuera un personaje discreto, a punto de pasar inadvertido.

Aquella mesa acumulaba casi toda la presencia femenina del congreso literario. Me acerqué con alegría para conocer y saludar a sus integrantes. Hablamos, hicimos fotos y el tiempo diseñó después prioridades e itinerarios, hasta hoy. No he tenido ninguna noticia de aquel grupo. Solo se me ocurre pensar que había algunas causas pendientes (que yo ignoro por completo), o que alguien hizo un retrato en negro de mi persona: la maledicencia tiene un aguijón muy efectivo. En cualquier caso, qué compleja la travesía de las relaciones sociales.

Cada vez más convencido de que ningún reconocimiento literario justifica la pérdida de una amistad.

Tienen el ordenador encendido de continuo y son incapaces de escribir un mensaje de amistad durante meses, ni siquiera como un gesto residual de cortesía.  Cuánta orfandad afectiva.

Desconozco qué síntomas mentales sufren los actuales responsables de contenidos de la televisión pública, donde siempre trabajaron periodistas y profesionales de altura. Nunca en su existencia había acumulado tanta zafiedad, tanta revuelta de marujeos insondables y esperpentos visuales. Y mientras, el personal hablando del árbitro...

(Días sin voz)