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Biblioteca (Playa de les Amplàries, Oropesa del Mar) |
UN DESVARÍO MUNICIPAL
La biblioteca de Les Amplàries, ubicada en una construcción de madera que nada desentona en el entorno, es
la única instalación de este tipo con la que cuenta Oropesa del Mar
(Castellón). Ninguno de los enclaves litorales del municipio dispone de un
servicio similar para residentes y turistas. En sus dependencias se oferta el
préstamo de libros, el alquiler de películas, la lectura de la prensa diaria,
competiciones de ajedrez, hay zona wifi y se da cobertura al trabajo del Grupo
Asociativo Amplàries, que aglutina las reivindicaciones vecinales sobre
servicios, jardines y playas.
Para acallar esa voz crítica el
ayuntamiento quiere cerrar la biblioteca con la extraña excusa de “recuperar el
césped” para uso vecinal. Es una medida desatinada y caciquil de quien no
admite la crítica de la gestión pública y de aquellos que ven en la palabra impresa un peligro municipal.
Soy un usuario antiguo de esta biblioteca y en ella he pasado gratísimas horas de felicidad entre libros, hablando de iniciativas culturales posibles con los bibliotecarios, o
alimentando las entradas del blog que es siempre una manera de mantener en su tono muscular a la literatura. En esa zona de las urbanizaciones los vecinos disponen de un
litoral verde, complementado con la vegetación natural que llega hasta los campings de Torre de la Sal. Por tanto, no hay ninguna carencia
de ese tipo, ni siquiera para que el alcalde ponga en ella su verde sombrilla
de prepotencia y sus concejales practiquen la caza indiscriminada de pokemons,
esos bichitos digitales que tanto éxito cosechan en la temporada estival.
Es esencial en la gestión pública
la claridad, la transparencia y la eficacia, y es bueno que los vecinos
expresen sus opiniones y valoren esa gestión porque son el asiento económico de
la misma y los destinatarios directos de los servicios públicos. La práctica democrática detesta los monopolios en el poder. La biblioteca no molesta a nadie; es un disfrute que fomenta la
cultura y el espíritu libre; por lo que tengo la esperanza, como tantos residentes y veraneantes, de que el
ayuntamiento rectifique de inmediato, anule su desvarío y deje en su sitio a los libros. A pie de playa.