martes, 12 de diciembre de 2017

JOSE LUIS MORANTE. MEJORES DÍAS

Mejores días
José Luis Morante
Ediciones de la Luna Libros, Aforismos
Mérida, 2009


                                     UN MODO DE RESPIRAR


    En esta muestra aforística, Mejores días, he optado por el ordenamiento cronológico frente al temático para subrayar la autonomía textual. Es el hilo continuo de los días el que ha puesto su orden natural. A esa independencia alude también el título. El aforismo imita a un paseante; callejea, pero no se dirige a ninguna parte concreta; cambia de dirección como si su voluntad obedeciera a una brújula de ocurrencias.
  El desorden implica una pluralidad de motivos; apunta a la relación entre vida y escritura. Describe un contexto histórico que aporta referencias y establece climas emocionales. Las preocupaciones son diversas; queda patente cómo el interés fluctúa y cómo el entorno enriquece nuestra mirada. El aforismo particulariza sobre ética, sociedad, sentimientos o literatura porque “nada de lo humano le es ajeno”.
   El estilo conciso marca también huellas afectivas que deben sortear los obstáculos pasajeros con los que nuestras incursiones tropiezan. Viajamos hacia los rincones de la conciencia: Desde allí vislumbramos las posiciones que dan carácter al lenguaje: los pensamientos sugieren explicaciones, aunque sean humildes o parciales, aunque especulen con los significados.
  La cortedad en el decir exige la máxima tensión; la realización verbal parte del principio de economía y del rechazo de elementos aleatorios. Eso no anula una intensa carga poética.
  El suplicio de las moscas, un libro de Elias Canetti, es uno de los títulos que cuentan como impulso inicial hacia el género. Antes de su lectura, el aforismo tenía para mí un perfil de estatua: hierático y grave. Canetti fue un escritor prolífico, rellenó muchas páginas con aforismos, relatos mínimos y ensayos breves, que articulaban su pensamiento y expresaban el “modo de respirar” frente a la realidad cotidiana. Dos selecciones del Nobel búlgaro me han acompañado estos años, La provincia del hombre y El corazón secreto del reloj. He compartido su lectura con los aforismos de Lichtenberg, quien me proporcionó uno de esos principios vertebradores que nunca envejecen: “buscamos en la lejanía causas que suelen estar muy cerca, en nosotros mismos”. De Lichtenberg también es esa preferencia por una sensibilidad lingüística alejada del retoricismo y la preferencia por lo pequeño.
Esta búsqueda que nos concede un poco de luz es la que abre de manera directa las ventanas del conocimiento.
El aforismo es música, el último acorde que clausura una pieza.





                                                                         

5 comentarios:

  1. El texto se integra en el libro "Mejores días" como epílogo de los aforismos compilados. Reitero aquí mi gratitud al escritor Marino González Montero por integrar mi primera entrega aforística en el catálogo de De la Luna Libros. Muy feliz por iniciar senda en el aforismo, un género que propicia una manera de respirar en lo diario.

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  2. Ante todo enhorabuena por el libro y luego decirte que ha sido interesante la forma en que has explicado el planteamiento del libro.

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    1. La entrada corresponde a un evento cultural programado para hoy en el Centro Federico García Lorca de Rivas. Allí debo hablar del aforismo y sus orígenes y comentar mi relación con un género siempre conciso y breve. Así que he recurrido al epílogo de "Mejores días": Muy agradecido por tu lectura, Tracy, sin tu calor todo es invierno.

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  3. El evento contó con la calidez de muchos amigos que repasaron conmigo el buen estado de salud de un género mínimo pero no menor que acoge en su laconismo cualquier asunto. Así que, una vez más, muy contento por la respuesta afectiva de mis paisanos. Siempre están. Un fuerte abrazo, Tracy.

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