Algo más épico sin duda (Antología poética) Roger Wolfe Renacimiento, Sevilla, 2017 |
HUELLAS
El ciberespacio digital y toda su utillería de chismes tecnológicos y
procesos en red no ha reducido ni un solo gramo de desengaño y frustración en
el ahora, así que el carácter poético de Roger Wolfe y su empeño por asomarse
al abismo en cada poema permanece intacto. Desde su primera entrega en los años
ochenta, el poeta descree de las utopías; si alza los ojos no descubre ningún
horizonte azul intacto sino los arrabales de un cielo en derrumbe.
La antología Algo más épico sin
duda ofrece un selecto muestrario de composiciones editadas entre 1986 y
2014 y aporta al quehacer versal un amplio prólogo escrito expresamente para
esta selección. El poeta sondea la memoria para vislumbrar los trazos que
precedieron a Diecisiete poemas,
cuaderno de amanecida, aunque donde realmente encuentra su acento tonal es en Días perdidos en los transportes públicos;
allí nace una retórica directa, confesional y labrada con un lenguaje callejero
que madura y tiene continuidad en Hablando
de pintura con un ciego. Wolfe se convertía de este modo en uno de los
representantes más celebrados del realismo sucio, una etiqueta expansiva que
desplegó en los años noventa, con todos los matices vitales. De ahí emerge el
poema, ensimismado y enfermo de ironía, con una dura circunstancia vital que
emergía sin tapujos en el libro Arde Babilonia. Casi buscando una salida al callejón de lo autobiográfico, el
poeta ensaya en la nueva entrega, Mensajes
en botellas rotas una convivencia pactada entre el poema río y la
forma dialogal, próxima al realismo alucinado. Del estado anímico de escritura
en el cierre de siglo y de extenuación orgánica y emocional habla el
poemario Cinco años de cama, editado
en Zaragoza en 1998. Todavía en aquel tiempo, donde el inglés traducido y hablado
por razones personales con frecuencia, se convierte casi en lengua diaria nace
un nuevo libro, en edición bilingüe, Enredado
en el fango en el que prevalece un fuerte tono introspectivo.
La apertura de siglo afianzó la salida de una entrega híbrida, El arte en la era del consumo, formada
por poesía y relato; no tarda en volver a los estantes con Vela
en este entierro (32 poemas en forma de prosa), una edición semiartesanal
de Planeta Clandestino que aglutina en sus retazos en prosa reflexiones,
aforismos, esbozos de poemas y microcuentos. Tras un largo silencio regresa con
Afuera canta un mirlo en 2009, un
ejemplo de sosegado intimismo y melancolía pensativa.
Como un balance de escritura se organiza el poemario Gran esperanza un tiempo, un libro
significativo e iluminador del trayecto biográfico y de las circunvoluciones de
su ideario estético. En esos contraluces de lo existencial la poesía emerge
como fe de vida y como posibilidad de ser desde la perplejidad. La voz se
resiste a desgajarse de sus orígenes; ensaya de nuevo un verso transparente,
comprometido con los pormenores existenciales, rotundo y narrativo al afrontar
los rincones de lo real y el trascurrir de una memoria que encuentra en las
palabras cauce y liberación.
Como un apéndice entre los magníficos contenidos de La galla ciencia, la revista capitaneada por Noelia Illán Conesa,
apareció en 2014 El amor y media vuelta.
Muy bien editada con ilustraciones de María Simó, la obra es un poemario
amoroso protagonizado por un amante bilingüe cuyas composiciones recuerdan
estampas visuales, por su fuerza expresiva; en ellas el amor aparece como cima
existencial, como constatación de que es la única forma de vivir en la
intensidad sin caminar hacia el vacío o ser capturado por las telarañas de la
abulia y el sinsentido.
La propuesta poética de Roger Wolfe, desde esta selección de Algo más épico sin duda, se singulariza
por la permanencia de sus rasgos diferenciadores, más allá de denominaciones
coyunturales. Su voz nace de un mismo núcleo de obsesiones en torno a los
fundamentos íntimos de la existencia. Pujante y radical, mantiene una fuerte
relación crítica con una realidad compulsiva y disgregadora. Visibiliza un
proceso verbal con una densa unidad interna, hecho de contrastes y búsquedas,
que se empeña en dibujar sin concesiones una cartografía del ser y la angustia,
un mapa existencial que lucha contra el tiempo.
No sé donde está ahora Wolfe. Me lo aclararía esta antología, José Luis. Pregunto.
ResponderEliminarRoger Wolfe sigue trabajando mucho y es fiel a un ideario estético y a una forma de entender el poema con mínimos aderezos y con una notable introspección. Sigue buscando coordenadas situacionales y la antología hace un balance muy atinado. Un fuerte abrazo, querido poeta.
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