La casa de la infancia (El Bohodón, Años cincuenta) |
Apunte biográfico
Memoria de El Bohodón (Ávila)
Una vez, fue mi casa. Forjaron
sus paredes vulnerables adobes y barderas. Alineaba las tejas en pendiente para
dormir la nieve del invierno. Ya no tiemblan mis manos si recuerdo la cuadra y
el lagar, el corral, la escalera tronchada del palomar doméstico, y aquel
recinto oscuro del doblado. Allí - no sé por qué- siempre me veo como un niño
callado, solitario, sin nadie, que
resguarda sus ojos en los frágiles bordes de una página escrita.
Mi localidad natal, El Bohodón, es un pequeño pueblo de la Moraña de Ávila. En los años cincuenta solía usarse como material de construcción el adobe y las barderas, elementos frágiles que soportaban mal el paso del tiempo. Las casas rurales integraban abundantes dependencias para las labores agrícolas y los animales domésticos. Ahora todo es memoria; salí de mi casa a los nueve años para estudiar interno en un colegio de Ávila. Nunca regresé... Mi pueblo vive en mí desde el recuerdo de un niño lector.
ResponderEliminarLos recuerdos de la infancia son imborrables, perduran por mucho tiempo que pase. Es el hilo que mantiene el ser que ahora somos.
ResponderEliminarFelices fiestas.
Sin duda, José Antonio, a ves incluso adquieren más solidez y pujanza que las vivencias del ahora, así que soy de los que suelen buscar en la memoria las huellas de otro tiempo. Muchas gracias por tu comentario. Y un abrazo.
Eliminar¡Cómo te entiendo mi querido José Luis! Casi tuvimos vidas paralelas. Tú en Ávila y yo en Burgos y al leerte, he escrito esto que aquí te dejo y que quizás lo ponga en mi blog.
ResponderEliminarYo también tengo en el recuerdo de mi infancia, esas paredes de adobe, aunque abundaba más la piedra y en especial la bardera del corral hecha de sarmientos, junto con la cuadra y la lagareta, siendo mi lugar preferido, la cámara donde me pasaba las horas mirando por la tronera, los paisajes que se han quedado incrustado en mí.
Besos
Una mirada evocadora que suscribo por completo, Ele; tienes una sensibilidad muy próxima, como si nuestras vivencias hubiesen respirado el mismo aire. Un fuerte abrazo.
EliminarAl final me he llevado tu escrito a mi blog y lo voy a publicar junto con tus palabras que me lo han inspirado Espero que no te moleste . Si no quieres que lo publique, me lo puedes indicar.
ResponderEliminarUn abrazo
Tu texto es excelente y el mío contigo crece y siente la buena compañía. Gracias por tu afecto y tu amistad, es siempre un regalo.
EliminarQué preciosidad de apunto José Luis...tanto en tan poco. Precioso, no puedo decir más.
ResponderEliminarFeliz tarde de domingo!
Gracias querida poeta, te agradezco muchísimo tus palabras, pero no me negarás que esa fotografía del perrito asomado al mundo, como si fuesen los ojos del pasado contemplando el ahora, también es mágica. Feliz tarde.
EliminarMuy bonito mi amigo. Con pocas y precisas palabras compartimos tu infancia. A mí me gustaría escribir como tú. Cuál es el secreto ?. Un abrazo.
ResponderEliminarEn la escritura los secretos son puertas abiertas: para escribir bien hay que leer mucho, después leer y por último seguir leyendo; así que ánimo y fuerzas que la biblioteca es un sitio hospitalario donde cabemos todo. Gracias por el afecto J. Carlos y muy agradecido por tu ánimo. feliz jornada.
EliminarGracias a tí, José Luis, por la ayuda desinteresada a tus lectores como haría un buen profesor que desea la comprensión de sus clases. Por lo que a mí concierne, te lo agradezco profundamente.
EliminarEse hábito de tantos años en las aulas sigue vigente y pleno, a pesar de la recién estrenada jubilación; hacer de la escritura un espacio de diálogo es recordar que en aula el aprendizaje es común y compartido. Así que tus palabras me llenan de alegría. Un fuerte abrazo.
EliminarEse niño callado y solitario era el germen, sin saberlo, de un gran escritor.
ResponderEliminarBesos
Me temo que si, querida Tracy, en aquellas lecturas ya habitaba este miope canoso que no sabe vivir sin gente cerquita como tú, sin llenar cada amanecida con olores a tinta escrita... Un fuerte abrazo.
EliminarMemoria de El Bohodón (Ávila)_2.
ResponderEliminarPara cuándo, José Luis ?
Cuando me inviten allí estaré, siempre; el pueblo forma parte de mi historia sentimental y estoy dispuesto a recuperar esos días de infancia con la alegría del niño. Un fuerte abrazo.
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