La vida rescatada de Dionisio Ridruejo
Jordi Gracia
Anagrama, Biblioteca de la Memoria, Barcelona, 2008
Las persistentes exploraciones de Jordi Gracia sobre el itinerario vital de Dionisio Ridruejo han aportado una información determinante para comprender los cambios éticos e intelectuales de un personaje controvertido y, no pocas veces, escasamente comprendido.
Sus coordenadas de infancia arrancan en una educación religiosa y conservadora. En los jesuitas de El Escorial conoce a compañeros como Xavier de Echarri y Arturo Serrano Plaja que seguirán cerca en etapas posteriores. Cada vez más radicalizado y más afín al ideario falangista, su ascenso social le facilita un activo papel en la guerra civil donde ocupará los primeros planos de la cultura nacionalsindicalista. Pero la victoria final instaura una realidad conservadora y tradicionalista que se perpetúa; en el régimen, Falange es absorbida por fuerzas que anulan el espíritu joseantoniano. La aventura de Ridruejo en la División Azul es sólo un paréntesis idealista que aumenta su crédito personal aunque el repliegue mental es un hecho. Rebrota su desencanto ante ese reformismo progresivo y contrarrevolucionario que alienta una justicia social burguesa.
La década de la autarquía radiografía un sujeto moral que niega el absolutismo y el totalitarismo ideológico, aunque todavía vive inmerso en una amplia red de influencias personales y literarias. Su postura crítica es sancionada con un confinamiento en Ronda y, cada vez más, se plantea un destino diplomático que le permita ejercer como corresponsal en el extranjero. Son años de notable creatividad en los que consigue el premio nacional de literatura.
La España oficial continúa sumida en un discurso monocorde en el que el reaccionarismo católico es la única brújula del país, lo que origina un desplazamiento cada vez mayor de anteriores creencias. Sus posturas no siempre consiguen ser entendidas ni en el interior ni en la intelectualidad más notable del exilio exterior que poco a poco comienza a mirar con simpatía la conducta antifranquista de Ridruejo. Hay una transición pautada desde un falangismo radical hasta un modo de pensamiento socialdemócrata. Se percibe ya en el Congreso de Múnich que aglutina a tendencias opositoras del franquismo tanteando salidas para un advenimiento democrático, salvo el partido comunista. Para evitar represiones permanece exiliado en París y a su regreso se le abre un proceso judicial que acaba e prisión.
Entender, en el trasfondo histórico de estas décadas, el viraje ideológico de Dionisio Ridruejo no es asunto sencillo; todavía hoy provoca pereza o se mira con desconfianza un legado intelectual de quien fuera poeta del régimen. Pero en sus escritos y en su conducta deja indicios claros de una conciencia activa que lucha por desprenderse del pasado y que activa una actitud crítica muy severa con la España vencedora.
Dionisio Ridruejo personifica la rectificación, el empuje de una voluntad que luchó sin tregua para encontrarse a sí mismo en el regreso.
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