Firma en la caseta de Anaya, 2012 FERIA DEL LIBRO DE MADRID |
VOLVER A LA FERIA DEL LIBRO
Las personales circunstancias de un viaje familiar y un problema de salud desasosegante han desaconsejado mi participación en esta edición de la feria del Libro de Madrid, aunque hubiera sido muy hermoso dar un toque de atención a los amigos y lectores, recordando la salida hace unos meses de Viajeros sedentarios (La Garúa, 2025), mi segunda entrega de haikus. También hubiera sido un gesto necesario despertar otra vez en los escaparates de novedades la edición de Paso ligero. La tradición de la brevedad en castellano (Siglos XX y XXI), mi ensayo sobre el aforismo impulsado por ediciones de la Isla de Siltolá y la colección de microrrelatos Fuera de guion, editada en Lastura en 2024. Son trabajos que definen la voluntad creadora de los últimos años y a los que estoy muy agradecido.
En
el ambiente catastrofista de los últimos meses, el otro
gran enemigo de la feria, la inestabilidad climática, siempre genera una inquietud de paraguas abierto. De momento, la lluvia ha respetado el
normal desarrollo de las firmas previstas y solo un episodio de calor extremo ha provocado el cierre de casetas una tarde, cuando la previsible afluencia del público de fin de semana era realmente llamativa.
La tradición del evento recordará con nostalgia a los autores ausentes que marcaron época: Mario Vargas Llosa, Javier Marías, Almudena Grandes y un amplio abanico de escritores mediáticos y populares que durante años concitaron abrumadoras colas de espera.
Son tantos los días de firma en los últimos años, que no sabría cuál recordar con especial cariño: la antología Re-generación (Valparaíso, 2016), Aforismos e ideas líricas de Juan Ramón Jiménez (2019), las ediciones críticas sobre sobre Luis García Montero, Joan Margarit y Eloy Sánchez Rosillo, en la caseta de Anaya-Cátedra, o el pasado año en la caseta de Lastura con Lidia López Miguel presentando los microrrelatos de Fuera de guion a un buen número de paisanos, poetas amigos y compañeros de la vida cultural de nuestro municipio. Cada ambiente en la evocación, plasmando dedicatorias y explicando el anecdotario de cada libro, es único e irrepetible.
Cuando
la desconfianza de los libreros en la situación económica del momento y la
implantación del libro digital parecían amenazar el tradicional mercado de
novedades, las cifras de venta superan expectativas de autores y
editores y un año más El Paseo de Coches del Retiro es marco propicio
para una cita que cuenta con un amplio respaldo entre los madrileños. Volver a la feria vale la pena.
José Luis Morante
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