Los lugares intactos
Luis Artigue
Pre-Textos, Valencia, 2009
En cada recorrido surge el milagro de lo imprevisible, la secuencia que captura y se integra en la percepción del viajero para permanecer entre los pliegues de la memoria, dispuesta a la evocación. El viaje posibilita huir del aire frío y apagado de lo laborable, ensancha los caminos del conocimiento, abre una intimidad dialogal que deja sitio a pasado y presente, cultura y experiencia de vida.
Por los poemas pasa un cumplido inventario de transiciones espaciales. Luis Artigue ha reunido en Los lugares intactos una topografía cosmopolita que aglutina Oporto, Machu Pichu, Finisterre, Menorca, Stonehenge, Nueva York, Jerusalén, León, Amsterdam, Roma…
Esta cartografía desplegada absorbe los sentidos y se convierte en vivencia personal. El pensamiento se ajusta a la sensación inmediata de un paisaje simple que se enriquece con la subjetividad de quien lo mira. La imagen estática se torna entonces declaración amorosa en Oporto, reflexión sobre la fugacidad en Machu Pichu ante las ruinas de un imperio o contradictorio discurso de culturas en los laberintos de Jerusalem. Cada cruce de caminos se define a sí mismo, complejo y singular.
Frente a los lugares homologados por la sociedad global y el desarrollismo programático, paseamos por la palabra de Luis Artigue entre escenarios singulares que exigen autonomía. Son espacios estéticos que prestan su belleza a una conciencia capaz de traspasar su realidad superficial. Condensan una identificación: geografía y el tejido sentimental del nómada.
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