Las ventanas de invierno Francisco Onieva dibujos de Jacobo Pérez-Enciso La Oficina, Madrid, 2013 |
AUSENCIAS
El epígrafe “las ventanas de invierno” es un
préstamo literario del recordado Mario Benedetti que Francisco Onieva utiliza
para dar título a un poemario reconocido en 2008 con el premio de poesía
Ciudad de Cáceres. Ilustrado con dibujos de Jacobo Pérez Enciso, es la tercera
apuesta de un trayecto creativo formado hasta la fecha por las entregas Los lugares públicos y Perímetro de la tarde, que consiguió en
2012 el Premio Andalucía de la Crítica.
Desde el comienzo, Las ventanas de invierno nos propone una lírica reflexiva, centrada
en la contextualización de la existencia, como si fuera el acontecer un paisaje
estático, suspendido en un intenso ejercicio introspectivo. Ese viaje interior
define una identidad que se expande en lo percibido, que busca huellas
inasibles en un tiempo que parece discurrir con una cadencia muy lenta, hecha
de soledad y ensimismamiento, como si el tictac de los relojes fuera un sueño
pautado y silencioso para medir ausencias. Si los ojos miran tramos iniciales,
aparecen vacíos, despojados, imprecisos, como si nunca hubiesen tenido vida
propia y todo el pasado sólo tuviese la entidad del instante presente, único
sitio donde hallar el remanso de unos hilos de sol.
El entorno es un elemento visual relevante,
definido por la armonía de sus elementos y la pluralidad de sus formas. En su
textura condensa las cualidades que definen el estar; la vida es transitoria,
complaciente con los sentidos y exenta de transcendencia. Algunos nombres
propios permiten intuir tras el poema una geografía real y concreta, guardada
en la memoria. Es el caso del río Cuzna, un afluente del Guadalquivir, que
atraviesa el término del municipio cordobés de Alcaracejos.
Las ventanas de invierno se estructura con envidiable coherencia;
el diálogo interno de los poemas asume intensidad sensorial y una contemplación
que trasmite el sentimiento del tiempo y de la pérdida, sin estridencias, con
la palabra justa, con la voz dubitativa de quien “descumple días”.
Amigo José Luis. Describes los libros de una forma que se hacen apetitosos al paladar erudito, en cuanto a Neruda, lo estoy descubriendo de forma distinta a cuando lo leí por primera vez, me encanta,.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Querido Paco, hoy estuve torpe en el ordenador y me costó mucho dar con la solución para meter esta entrada.
ResponderEliminarEl libro de Francisco Onieva es poesía de primera; con poemas meditativos muy emotivos e intensos.
Abrazos.