miércoles, 30 de abril de 2025

CON VOZ DE DIARIO ÍNTIMO

Yacimiento vetón de las Cogotas
Fotografía
de
Rubén Sánchez Santana

 

CON VOZ DE DIARIO ÍNTIMO


Escritura y docencia; un vecindario avenido que multiplica las versiones de mí.

Una lástima. Cada vez hay más escritores que sustituyen la Literatura por la Sociología

Fugitiva, la poesía no cae del cielo sino de las estanterías.

Cada libro oculta un fracaso premeditado, una forma de bordear el silencio sin renunciar a las palabras.

Me llega la reclamación de un haiku descontento con sus límites formales.

 Aceras que congregan un contagio de prisas.

 Alguien habla en voz alta. Otro asiente a intervalos. Una multitud conectada con un oído atento en la distancia. Solo yo permanezco fuera de cobertura.

Elijo un ventanal que testifica el tránsito incesante. Saboreo la vida que no es. Frente a mí un asiento vacío y esa caligrafía de la ausencia que escribe en pasado.


(Tinta invisible)



martes, 29 de abril de 2025

PABELLÓN DE INTERNOS

Espera
Fotografía
del archivo general de internet

  

PABELLÓN DE INTERNOS 
 
   Regreso al Pabellón de internos. Sobresale de su alambrada hostil una fila de adelfas florecidas. Dentro no cambia nada. Algunos internos deambulan dubitativos, mirando mi presencia con desconfianza. Después se aproximan; me piden euros y tabaco y premian la generosidad con confidencias. Alguien, susurran, empujó al celador en la escalera central; hubo suerte, aunque sobrevivió se fracturó la cadera y estará lejos varios meses.
   En la tapia de entrada, siguen juntas las dos sillas de plástico que miran la avenida. 

(Del libro de microrrelatos Fuera de guion, Lastura, 2024)


 
 
 

sábado, 26 de abril de 2025

RICARDO DE LA FUENTE. EL TIEMPO TODO LO OSCURA

El tiempo todo lo oscura
Ricardo de la Fuente
Ediciones de la Isla de Siltolá
Colección Aforismos
Sevilla, 2025

 

AÑOS SIN POSOS


   Abundan los escritores que han elegido el tiempo de madurez para mostrar su vocación literaria en torno al género aforístico. Sin duda, dos de los que caminan con firme solvencia son Manuel Feria (La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, 1949) y Ricardo de la Fuente (Sacramenia, Segovia, 1956). Además muestran afinidades comunes al compartir un largo trayecto docente incardinado a una formación científica. El profesor Feria ha sido, durante décadas, catedrático de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Laguna; y Ricardo de la Fuente sigue como catedrático de Sanidad Animal en la Facultad de veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid.
   El periplo individual de Ricardo de la Fuente comienza con el libro de aforismos Andar en la niebla (Cuadernos del Vigía, 2017), reconocido con el IV Premio Internacional José Bergamín de Aforismos. Aquel despertar hizo posible una presencia más continua en revistas, ensayos y publicaciones digitales y ha impulsado también la nueva salida El tiempo todo lo oscura, cuyo título, contradiciendo al refranero popular tan arraigado en el pensamiento colectivo castellano, acierta de pleno al describir los sombríos efectos secundarios del atardecer vital.
 Un tema clásico del jazz, compuesto por Herman Hupfeld,  “As time goes by” (A medida que pasa el tiempo), de la inolvidable película Casablanca es el aserto que aglutina el primer tramo sentencioso. De inmediato se percibe el epitelio reflexivo de los mínimos enunciados y su alineación en torno al yo transitorio. La madurez perfila un yo moldeado por la finitud y la carencia, por esas claves de pequeñas miserias que vamos recolectando en nuestras arquitecturas de la memoria: “pasamos sin más de solar en construcción a amenaza de ruina”. Tomar conciencia de lo que significa madurar genera en el ánimo un vigoroso escepticismo, una nutrida defensa del yo individual como persistente refugio de unas cuantas certezas objetivas que hay que defender en la sosegada soledad del tiempo crepuscular. La desaceleración del vértigo alienta un cauce reflexivo proclive a la calma; a dispersar entre las cosas una mirada distante, como si su vecindad solo requiriese una cortesía distante, ajena al afecto de lo sentimental: “Muchas de las lecciones que da la vida están fuera del temario”, “El arte de hospedar los desengaños”, “El tiempo todo lo oscura”.
   Una contingencia en torno a un viaje de Albert Einstein, relatada por el autor, sirve para denominar la segunda compilación de enunciados mínimos “Glándulas de la relatividad”. El empeño de razonar en torno al hablante y su contexto sigue fuerte, como si fuese capaz de ignorar cualquier obsolescencia programada: “Conocer conforta, saber inquieta”. Advienen el desinterés y la indiferencia; las expectativas se cultivan con poca luz, como aspiraciones frágiles que pueden disolverse en cualquier momento.
   Con el descubrimiento verbal “Un mundo en el hueco”, acaso originado por un lapsus estudiantil, que Juan Mayorga aprovechó `para incluir en su discurso de ingreso en la RAE, aparece por primera vez en la entrega el vuelo metaliterario: “El aforismo apunta a la cabeza, pero acierta más cuando da en el corazón”. La idea engloba un ideario emotivo que hace de lo sentimental la víscera principal del aforismo, más allá del simple afán racional. Pero la temática apenas enraíza y todo el apartado destila variados intereses que miran dentro y fuera y que persisten en los rasgos distintivos ya señalados: formato clásico en los aforismos desde la brevedad, la precisión y la poda de cualquier divagación y un itinerario argumental asistemático, que conecta con el legado de contingencias que el presente se apresura a mostrar en sus escaparates: “La literatura sí da para vivir muchas vidas”.
   La coda final “Egometría II” parece argumentar que el sujeto concreto se convierte en un referente; propicia su proyección en los mapas del recuerdo y en el estar. Quien habla habita habita un presente con creencias cada vez menos firmes y con incoherencias cada vez más numerosas. Es la etapa que la escritura clarifica y dota de variedad narrativa: “Dicho queda lo dicho sin la menor sombra de certeza”.
   Cierra el libro una contracubierta de Miguel Ángel Arcas que clarifica el estilete verbal de Ricardo de la Fuente en sus aforismos: “En ellos se produce una crisis de lo aparente, una fisura por donde naufraga la realidad, donde todo es posible y se agita el descubrimiento felicitario de una verdad, algo que te atreves a hacer tuyo no sin antes ponerlo en cuestión”.
   El tiempo todo lo oscura se define como un cúmulo de verdades momentáneas entre la meditación y la búsqueda; muestra el vitalismo perceptivo de quien trata de llenar los vacíos biodegradables del discurrir. Da voz y silencio a la conciencia desvelada del protagonista secundario de una existencia al paso mientras trata de entender su movimiento pendular y capturar sus estratos sensitivos en la diáspora del tiempo.


José Luis Morante




viernes, 25 de abril de 2025

LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD (Entrevista)

Feria del Libro de Madrid
(Firma de la edición crítica sobre Joan Margarit,
Arquitecturas de la Memoria, 2019

 

Entrevista

LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD — GACETA

 

José Luis Morante

 

 ¿Qué  motiva a escribir? ¿Necesita algo en especial para hacerlo, taza de café, cigarrillo…?

Creo que el mejor umbral de la escritura es la lectura. Es el cauce que permite poner en marcha un proceso creador, siempre complejo y con muchos elementos aleatorios. No suele ser lo mismo abordar la poesía que el ensayo, el cuento que la narración autobiográfica. Cada género impulsa un tratamiento singular. Me acompañan en ese diálogo con las palabras algunos cuadernos blancos, abundantes lápices y libros abiertos sobre la mesa.

El proceso de la escritura ¿es disfrutable o agobiante?

Para mí la literatura resulta un quehacer sumamente grato. Contiene en su geografía una manera de ver el entorno y, por tanto, es una piel natural que cobija cada uno de los actos del proceso de escritura. Con frecuencia los resultados no están a la altura y entonces se produce una evidente frustración que requiere nuevos esfuerzos.

¿Qué escritores han influido más en usted?

Como poeta he sentido siempre como norte la generación del 50. En ese grupo literario suenan fuerte las voces de Jaime Gil de Biedma, Ángel González, José Manuel Caballero Bonald… Pero no son únicos referentes; mis poemas deben mucho a la mirada ética de Antonio Machado, al intimismo confesional de Luis Cernuda y a poetas figurativos que me han ido dictando los rasgos comunes del poema: esa aleación de sentimiento y avance reflexivo que marca el territorio del yo.

¿La inspiración es algo fundamental en un poeta?

Es un concepto prestigiado por la tradición que alcanzó un culto casi conventual en el romanticismo. Hay que ser cauto con esa voz ajena que parece tomar posesión de nuestra identidad y hacer que las palabras leviten. Si es bueno que un impulso desconocido deje el temblor del verso, mucho más efectivo resulta que el chaparrón nos pille bajo el techo de la biblioteca, en esa mesa sosegada donde las palabras caminan, buscan sitio, se empeñan en decir… 

 ¿Cuál debe ser la actitud del creador en relación con el lenguaje?

Como elemento natural, necesita un cuidado extremo en su empleo. El lenguaje es un caladero de amplia riqueza matérica. Pero la poesía es más que palabras. Transmite ideas, sensaciones y sentimientos, desvela incertidumbres, formula preguntas y clarifica conocimientos y extravíos. Es un lenguaje más allá del lenguaje.

¿Hasta qué punto es trascendental en su obra la niñez?

La infancia es un asunto literario de amplio tratamiento en la poesía contemporánea; pero no tiene una caracterización trascendente en mi trabajo. Convive con otros motivos de la experiencia existencial como la percepción del tiempo, el declive de los sueños, la firmeza del afán colectivo, el amor y la muerte… Son los temas de siempre, esos que una y otra vez afloran en cada escritor para que se vayan revitalizando con esquejes y brotes.

¿Para poder escribir poesía considera necesario enmarcarse dentro de un contexto literario? ¿Conocer a Rilke, Baudelaire, Neruda, Rimbaud, Horacio?

Sí, no existe el poeta adánico, nadie viene del vacío y echa a andar como un Lázaro etéreo sobre la superficie del lenguaje. La poesía es conocimiento y técnica, formación y experiencia. En ese largo proceso se van afirmando estaciones fuertes, como las que usted cita, y rincones más secundarios que también aportan miradores creativos llenos de interés.

¿Cuál es la función de la poesía?

Descubrir en su devenir que el poema no tiene objetivos pactados para ser poema; en su escritura se van sumando hilos argumentales que sirven para que el sujeto se conozca a sí mismo, sea un ciudadano comprometido con su tiempo y haga una lectura histórica de su papel y comunique a los demás aquellos silencios interiores que nos definen.

¿Necesita el escritor poseer conciencia social?

En la medida en que el hombre no es un náufrago solitario, perdido en el océano del tiempo, existe una conciencia social que define el ser colectivo. Y en esa conciencia social el sujeto focaliza su papel de ciudadano, aprende a compartir incertidumbres, arrima el hombro a la causa de todos.

¿Cuál le parece a usted que es la fuerza y cuál la fragilidad de la poesía?

Las palabras están ahí; definen al sujeto que las pronuncia, hacen de la poesía una voz en el tiempo capaz de transportar un mensaje que aspira a lo perdurable. Muchas veces ese mensaje se borra en el devenir, se convierte en una estela leve en la superficie del agua. Y así da fe de su fragilidad, de que cada paso que damos nos acerca un poco más a un horizonte de ceniza y polvo

 ¿Quién le interesa más de los jóvenes escritores, de las nuevas voces?

La vigencia de lo digital ha convertido el campo poético en un incontable vivero de nombres propios; así que cada enumeración sería siempre un ejemplo parcial de jóvenes que inician ruta. Hay que ser humildes y saber que solo dominamos pequeñas parcelas creativas. Queda mucho por descubrir. En cuanto a nombres propios concretos, hice mi apuesta como crítico publicando la antología Re-generación (Valparaíso Ediciones, Granada, 2016), una selección de jóvenes poetas españoles que empezaron a publicar a comienzos del 2000 hasta 2015.   

¿Qué hay que hacer para merecer el nombre de poeta?

Mirarse al espejo de lo diario con humildad para no confundir nunca la poesía con un mercadillo verbal. El poeta es, no se deja la piel por estar; no importa si no consigue visibilidad, si tiene poca repercusión lo que hace, si el mercado da la espalda… Hay que alentar palabras y conseguir, como soñaba Juan Ramón Jiménez, que las raíces vuelen y las alas arraiguen.

¿Cuál es para usted el mejor escritor?

El que se define a sí mismo como protagonista de un quehacer inacabado y complejo, que a menudo parece un callejón sin salida, el que cada amanecida echa a andar para encontrar a cada palabra el sitio justo. El que después de tanto esfuerzo sabe que el fruto es mínimo y da las gracias, duerme y vuelve a caminar al día siguiente por el surco abierto de la búsqueda.

Madrid, 15 de marzo de 2019

 

jueves, 24 de abril de 2025

DEFINICIONES SIN VUELO

Soplo de luz


 

EN EL DESORDEN
 
 
Inteligencia: farol que ilumina lo que la duda ensombrece.
 
Cruce: abrazo de itinerarios que no llevan a ningún sitio.
 
Equidad: acción de autonombrarse maquinista del último tren.
 
Adolescencia: torbellino hormonal de granos y móvil.

Sandez: veleta que culmina el edificio fallido de una idea.
 
Marx: callejón entre Groucho y Karl
 
Reseña: crítica urgente sobre un libro, cuya carencia provoca la ausencia cejijunta del autor.
 
Ásperos: receptores de trajes regalados cuya primera tarea es comprobar si los botones están bien cosidos.
 
 
 (CUADERNO DE CAMPO)
 


miércoles, 23 de abril de 2025

VOCES EN EL ESPEJO

Habitación de hotel
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

GENTE CONMIGO

 
   Viajo mucho a ciudades lejanas que desflecan sus encantos urbanos. Pero casi nunca abandono la habitación de hotel donde me alojo. Es una costumbre que espolea mi voluntad. Nació el día en que encontré en el espejo de mi cuarto de baño el rostro del huésped anterior. Fue él, con gesto tranquilo, quien me desveló su identidad. Tras una larga charla, cuajada de desvalimientos y olvidos, me facilitó el contacto con huéspedes encerrados en otros espejos. Todos resultan interlocutores amenos, que buscan la liberación inesperada de la confidencia. Sigo en ruta. También la soledad que absorben los espejos es una calle que espera transeúntes.

(Del libro de microrrelatos Fuera de guion, Editorial Lastura, 2024)




martes, 22 de abril de 2025

EL POEMA FELIZ

 

búsqueda
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia





EL POEMA FELIZ
 
Cardinal necesario,
me aplico en escribir un poema feliz,
que mire con los ojos
claros del mediodía y difunda su júbilo.
Que salga indemne,
y no contenga lastres,
o  invente los remedios
contra el galgo famélico
de cualquier decepción.
 
Que asordine la angustia
y no pierda sus pasos
en la tierra de nadie
del chantaje afectivo.
 
Que tenga la avidez
severa de  los dioses
y doblegue a su paso
toda asepsia expresiva.
 
Que soporte la ley gravitatoria
y se mantenga etéreo,
como un don disponible
que mira en el espejo
y se hace claro y bosque
y todo empieza.  
 
   
 
     (Variaciones del libro Nadar en seco, 2022)