miércoles, 15 de enero de 2025

LECTURA PERSONAL DE PULSACIONES

Pulsaciones
(Antología poética 1990 -2017)
José Luis Morante
Prólogo de Rosario Troncoso
Takara Editorial
Colección Wasabi
Sevilla, 2017 

CARTOGRAFÍA DE LA MADUREZ

  

Envejecí de golpe y cayeron las piedras

                    OSWALDO FLORES

 
   El poeta de Aguilar de la Frontera Vicente Núñez, tan aficionado al sofisma, escribió: “Cualquier lectura de un texto es válida. Excepto la de su autor”. Es una afirmación contundente que en mi caso invita al desconcierto. Defiendo exactamente la postura contraria: “El poeta es el primer lector de su poesía. Conoce la raíz de cada verso y las observaciones particulares de su contingencia”. Como admiro la obra del cordobés, mi disentimiento busca de inmediato entre ambas opiniones polares un ecuador conceptual, un eje de simetría en el centro: “Cada lectura es válida en sí misma; aporta una respuesta más, un reflejo, una certidumbre”
   Quien recorra los poemas de Pulsaciones percibirá que esta recopilación, respetuosa con la cronología editorial de mis libros, se apoya en unos pocos núcleos de fuerza. Recalca, con acierto, esta opción el prólogo de Rosario Troncoso, poeta y editora de la antología. La concepción existencial del sujeto poético muestra vínculos con el discurso de viva voz del tipo humano que protagoniza el andar biográfico. No hay despersonalización de la trayectoria vital; cultivo la dinámica continua de un aprendizaje que ha superado esa confrontación romántica entre escritura y vida. La identidad no es una aleación momentánea. Tampoco es un sendero lineal la expansión hacia el otro.
   Desde el título, las composiciones de Enemigo leal cobijan una ironía sutil que desaloja afirmaciones serias y literales; escribí ese libro en un momento de desencanto. En ese marco buscó sitio una relación social apelmazada que, poco a poco, fue encontrando su estación final. Quité sentimentalismo de aquella fractura afectiva y acepté que la amistad tiene una naturaleza efímera y tiende a diluirse en el tiempo.
   Me gusta pensar que el tipo humano que habita mis poemas se inserta en un paisaje cultural; forma parte de una tradición de valores que debe perdurar en la degradación. Abundan las composiciones que sondean la cualidad ética de la escritura. El poeta está inserto en un marco histórico y sus enunciados definen un paréntesis cronológico; adquieren, por ello, el carácter de una representación.
   Toda antología personal supone un deslizamiento de onda variable. En esta superficie de abarcable diversidad el motivo amoroso constituye un núcleo central. El amor es un cristal- transparente o con niebla- que deja a descubierto el lenguaje contradictorio de la realidad. Entre la plenitud y la ausencia han ido escribiéndose  los poemas de la noche en blanco y Ninguna parte.
   Los poemas finales acogen una poesía de madurez que tiene un carácter más intimista y simbólico. Ellos ponen materia a un ideario estético que no es sino un puñado de certezas con límites difusos. Mis poemas hablan de mí; son textos domésticos, si los dejo en la calle vuelven solos a casa. Buscan sitio en el lugar de siempre, ese rincón llamado yo.
 
(Palabras ante el espejo)



martes, 14 de enero de 2025

RAMÓN EDER. SOBRE CARRERA DE RELEVOS DE DEMETRIO FERNÁNDEZ MUÑOZ

Carrera de relevos
Demetrio Fernández Muñoz
Premio "Valencia Nova"
Editorial Hiperión
Madrid, 2024

 CARRERA DE RELEVOS

RAMÓN EDER

   Cada poeta es un mundo y Demetrio Fernández Muñoz es un mundo que hay que leer y releer despacio porque  Carrera de relevos ( Premio Valencia Nova ) es un puente lleno de signos entre un pasado que parecía sólido y el futuro líquido que está imponiendo el mundo digital. Este poeta nacido en 1987 en Vila Joiosa ( Alicante) es una  voz singular que recoge el testigo de la poesía de anteriores generaciones y trata de contar con las palabras de esta época tecnológica lo que es posible decir en este presente que le ha tocado vivir, un presente que es un paraíso artificial  que hay que interpretar, un mundo delirantemente moderno en el que todo está cambiando vertiginosamente, quizás para que todo siga igual, un presente asombroso, como todos, pero que, como todos, mientras se está cada viviendo parece excesivo. El escritor registra la realidad, tomando notas  y balbucea buscando la belleza de la verdad. Los títulos de sus breves poemas son contundentes: "Blanco frío", "La cicatriz de Edipo", Escaleras circunstanciales, "Eclipse sereno", Himnos de sal", "A Ítaca la abrupta".... Este poeta también es profesor de literatura, ensayista, aforista y director del excelente Portal  “Aforística española actual” de la  Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, un Portal muy bien concebido que merece la pena que sea conocido por los lectores que estén interesados en el género aforístico. En  Carrera de relevos Demetrio Fernández llega a decir cosas insondables como  “ En el jardín de ceniza le daré otra vez el mordisco a la manzana.” o “No existe épica fiel sin parásitos”. Poesía enigmática y brillante para “homo sapiens” con móvil y 100 años de esperanza de vida, que serán 100 años de barroca modernidad.

     
Ramón Eder nació en Lumbier, Navarra, en 1952. El escritor ha publicado poesía, relatos y aforismos, género al que se dedica de forma monográfica desde hace décadas. Libros como "Palmeras solitarias", Ironías", La vida ondulante" o "Las estrellas son los aforismos del cielo" le conceden un espacio central en el decir breve contemporáneo. 

lunes, 13 de enero de 2025

LA POESÍA DE ANA MARÍA BUSTAMANTE

Ana María Bustamante
(Medellín, Colombia, 1991)

 

LA VOZ DE ANA MARÍA BUSTAMANTE

 

   Siempre es complejo acumular patrimonio afectivo en el desempeño de la vida literaria; se perciben abundantes intereses en juego y son muy heterogéneas las sensibilidades que impulsan las distintas estrategias expresivas. Sin embargo, nada más grato que despertar en la voluntad los rincones de una memoria selectiva, cuyos criterios nunca resultan del todo claros. En cualquier caso, la conversación con el pasado suele estar llena de intensidad sentimental y ocupa por igual el estar del sujeto concreto y el trastero común de una cronología colectiva.
   La celebración del encuentro de poesía “Paralelo O”, organizado en Quito por el poeta y editor ecuatoriano Xavier Oquendo Troncoso, en 2023, nos proporcionó  un libro de teselas visuales sobre la poesía hispanoamericana actual, un mosaico incompleto, que va definiendo sus trazos con el mimo silencioso de la paciencia,. En sus contenidos perdura una tarde en un jardín de una galería de arte y la entrañable conversación con poetas como Rolando Kattan, de Honduras, Mónica Zepeda, de México, Juan Suárez Proaño, de Ecuador, y Ana María Bustamante, de Colombia. Aquel tiempo compartido da cimentación imprescindible para que el recordado encuentro se prolongue en Madrid con nuevos discursos y presencias que saben que lo que sostiene nuestro empeño literario para adquirir una duración sin relojes es la amistad.
  Ana María Bustamante (Medellín, Colombia, 1991). Es magíster en Sociología. Con la tesis “El dolor en la poesía escrita por jóvenes de Medellín” obtuvo la distinción Cum Laude por la Universidad de Antioquía. Es profesora e investigadora y se aplica como fotógrafa en vigilia permanente para captar los trazos inadvertidos de lugares, rostros y entornos. Colabora en prensa con artículos de creación y es editora de la revista Telúrica del colectivo “Nuevas Voces”.
   Su travesía creadora logró en 2020 el Premio Latinoamericano de poesía Ciro Mendía con su libro Nieve, editado en España dentro de la colección de poesía de Valparaíso (Granada, 2022). El reconocimiento se sumaba a otras celebraciones como el Premio Nacional de Poesía Tomás Vargas Osorio con su libro Antes de ser silencio (Sílaba Editores, 2019), el IX Concurso Nacional de Poesía Héctor Trejos Reyes (2016) y la beca en circulación internacional de la Alcaldía de Medellín (2018). Una parte representativa de sus composiciones se ha traducido al inglés, francés, italiano, árabe y bengalí, y se han publicado en diferentes medios físicos y virtuales. En su tercera entrega Después de las flores hay un brusco cambio de enfoque: la mirada introspectiva y confidencias del yo poético, dispuesta a escribir en clave autobiográfica, se aleja de lo individual para centrarse en vivencias de la violencia de género, presente en los estratos de una sociedad patriarcal, infectada de comportamientos machistas y violentos. Emergen las voces y las biografías rotas de algunas de las mujeres asesinadas por sus parejas, familiares o entorno doméstico. La conciencia crítica denuncia la insólita frecuencia de la barbarie, donde lo gregario convierte a las mujeres en víctimas de la violencia o del acoso.
    Queda en la memoria del aire el ideario inicial de Ana María Bustamante en el que se difundía un fuerte arraigo emocional y la tendencia expresiva hacia una dicción clara, ajena a la retórica, que aporta naturalidad y frescura, que vincula poesía y vida para que alcen vuelo las sombras interiores. Los versos  gestaban una indagación del yo vinculada a la experiencia existencial y a las palpitaciones del espíritu.
   En la nueva salida, Después de las flores, se traslada la línea de contemplación; el yo se hace testigo, otea el entorno para captar sensibilidades ajenas, conectadas con la condición femenina y sus continuas dificultades para el ejercicio de la libertad, en una sociedad que sigue corroborando un papel secundario a la mujer.
   El discurso poético de Ana María Bustamante prosigue senda para ser un cauce unitario significativo; advierte de su predisposición a integrar en los poemas las disonancias de lo contingente. Cada verso, cada destello verbal entrelaza la peculiar magdalena proustiana del “Me acuerdo” con el compromiso de las vivencias trenzadas en la vida colectiva y el juicio crítico frente a un tiempo de intemperie, donde ser mujer es recorrer un páramo complejo que contagia frío.

JOSÉ LUIS MORANTE



domingo, 12 de enero de 2025

EL SUEÑO DE LA SECUOYA


 

 EL SUEÑO DE LA SECUOYA


   Ya despierto, espera unos minutos para abrir los ojos. Esta noche, en la minuciosa paciencia de su sueño, ha crecido en el jardín una secuoya. Se despereza de inmediato;  sale alborozado a la terraza donde parpadea de sorpresa y emoción. La enorme arquitectura vegetal está allí. Su sombra recubre casi toda la casa. Da vueltas al imponente tronco, contempla la corteza y disfruta ensimismado de la perplejidad… Poco después escucha el ruido de un pensamiento práctico: tal vez sea mejor que llene de arbustos el próximo sueño.

(Del libro de microrrelatos Fuera de guion, Lastura, 2024)        


                

viernes, 10 de enero de 2025

AQUÍ

Lugar

AQUÍ
 
 
                Nada y todo ocurre en todas partes
 
                                          PHILIP LARKIN
 
Es aquí donde estoy,
entre grietas de un yo parapetado
en las profundidades
de sí mismo.
 
Habito un cuarto exiguo
donde nada hay detrás,
salvo el triste vacío
de paredes sin lustre.
Soy un plano que muestra,
maltrecho y solitario,
el retraso gastado de caminos
que ya se desvanecen.
 
Mi reclusión carece de secretos.
En las puertas del frío,
necesito encontrar
en cualquier prisa
el sol en casa;
un cuerpo que sostenga
el temblor de la luz.

       (De Nadar en seco, 2022)



  

jueves, 9 de enero de 2025

ARACELI FERNÁNDEZ LEÓN. CANTAR PARA NADIE

Cantar para nadie
Araceli Fernández León
X Premio internacional de poesía José Zorrilla
Ediciones Hiperión Poesía
Madrid, 2024
 

 EVOCACIONES Y HERIDAS


    Casi instalada en la madurez vital de los cuarenta, Araceli Fernández León (Villanueva de Córdoba, Córdoba, 1972) inicia andadura lírica en 2019, cuando aparece su primera obra Cartas a Lara en la editorial La Fuente vieja; en el mismo catálogo vería la luz dos años más tarde La hormiga roja. Ambos libros acogían una voz que adquiere notable resonancia en su tercer andén Cantar para nadie, al ganar la décima convocatoria del Premio internacional de poesía José Zorrilla.
   La aparente penumbra de pesimismo existencial que genera la expresión “Cantar para nadie” se refuerza con las dos acertadas citas que sirven de pórtico al poemario; una, de José Lezama Lima: ¿Oye alguien mi canción?” y otra  desgajada de la tradición popular del romancero, con los conocidos versos del Romance del Conde Arnaldos: “Yo no digo mi canción / sino a quien conmigo va?”.
   En primera persona emerge con fuerza el sentir explícito del protagonista verbal desde la composición “La cantora” con un texto cuajado de onirismo e imágenes elegíacas sorprendentes: “Yo era piedra y eché a volar. / Pero la gravedad sembró su fruto / en mi vientre. / Después de nueve meses / di a luz un desierto. / Caminé sobre él durante cuarenta días / y ni una sola llaga “.
   Pronto sobrevuela en las composiciones una sensación de reencuentro con el pasado. Los recuerdos transcienden los límites marcados por el presente para recuperar un entorno doméstico, poblado de imprescindibles presencias sentimentales, donde el itinerario vital remansa emociones sobre lo cotidiano. El poema se hace razón serena para mostrar su plenitud afectiva con la figura del padre o explora las hendiduras del  dolor cuando la madre se hace pérdida y ausencia.
  Ese diálogo con la naturaleza frágil y vulnerable de la existencia se reitera en otras composiciones como “Prótesis” o “La casa y yo”, donde la estela de la muerte llueve sobre la memoria una nube de frío, un dilatado paréntesis de silencio que se empeña en recordar las raíces y aquellas pequeñas posesiones que definían un territorio propio. La voz poética se siente fuerte para adentrase en el transitar de los relojes y abrir ventanas a un ayer que poco a poco se diluye en otras manos. Sin embargo, la poesía sigue fluyendo hasta componer una segunda biografía, un quehacer ilustrado con las contingencias del existir, al tiempo que recuerda algunos datos básicos. El poema “La enferma” deja en sus versos un muestrario de menudencias personales e íntimas creencias expuestas en poemas como “La tarara”, “Vidas de santos o “El Padre Pedro León”.
   El hilo constructivo de Cantar para nadie entrelaza una saludable sensación de unidad temática. El sentimiento elegíaco siembra enclaustramiento y desolación en lo cotidiano “Porque lo que hace a un poeta ser buen poeta / es matarse a sí mismo / hasta que quede de él un solo hombre”: Son rasgos que la palabra poética de Araceli Fernández León también asume para hacer de la escritura una continua búsqueda de verdad y belleza, un ejercicio de mirada interior, capaz de transformar lo conocido y lo aparente y descubrir humanidad entre sorprendentes caligrafías semánticas: “Esto que veis aquí son mis propias recetas. / Un robot de cocina compré. / Ahora estaba salvada, / podía hacer un poema exprés, / picarle hasta los huesos… “.
   En Cantar para nadie  Araceli Fernández León alcanza la senda firme de su esencia poética; deja traslucir la caligrafía ensimismada de una poesía evocativa, que transciende la vivencia personal para hacerse herida y cicatriz, esencia de lo humano en su perenne lucha contra el tiempo. 

JOSÉ LUIS MORANTE





miércoles, 8 de enero de 2025

LOUISE GLÜCK. QUEBRAR LO FRÁGIL

Louise Glück
22 de abril, 1943, Nueva York- 13 de octubre 2023, Cambridge
PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2020

ROMPER LO FRÁGIL


   La concesión del Premio Nobel de Literatura de la Academia Sueca genera en cada convocatoria una incontenible tormenta verbal que suele ser más riñas de gatos y preferencias personales no fundamentadas que opiniones y vislumbres inteligentes. En 2020 eran candidatos transeúntes Adonis, Margaret Atwood, António Lobo Antunes, Anne Carson, Haruki Murakami o Javier Marías. Pero la ganadora anunciada el día 8 de octubre fue Louise Glück, poeta y ensayista norteamericana de reconocido palmarés cuyos libros están en el catálogo de Pre-textos desde hace casi dos décadas. Gracias al traductor de Ararat, el poeta Abraham Gragera conocí la poesía de Louise Glück (Nueva York, 1943) a finales de 2008. En una grata tertulia madrileña, donde intercambiamos libros, Gragera recalcó el ideario figurativo y el aire frágil de aquellos poemas donde lo autobiográfico se convertía en vigoroso argumento.
   Así que para introducirse en el faro de Louise Glück, formado por una decena de poemarios entre los que sobresalen Praderas, AraratAverno y El iris salvaje, es recomendable sondear elementos biográficos que tienen una simbiosis misteriosa con el material poético. Nacida en la metrópolis, pasó una ensimismada primera infancia en Long Island de contornos sombríos, trazados por el fallecimiento de una hermana antes de que ella naciera, que disolvió la armonía familiar. Tejió silenciosamente una fuerte voluntad lectora, que creció en la adolescencia cuando se diagnosticó una anorexia incontrolada. La enfermedad exigiría un prolongado tratamiento de psicoanálisis y la interrupción de su formación académica en Columbia. En este tiempo es cuando aflora su poesía,. cuyo despertar poético supone una imitación de los modos poéticos de William Blake, T.S. Eliot y W. B. Yeats. La prolongada soledad y la terapia le permiten una indagación profunda en las secuencias vitales y un cuestionamiento del clima relacional. Esas dolorosa incisiones no se oculta tras nubes metafóricas, sino que la palabra se convierte en terapia objetiva, como escribe en la indagación crítica Educación del poeta o en el rescate evocativo de Ararat, cuya configuración explana las relaciones familiares, la extrañeza, la sensación de estar fuera de sitio, el proceso erosivo de lo cotidiano y el precipicio final. Son aspectos descritos, como subrayaba la comunicación de Anders Olsson, presidente del comité del premio Nobel, con austeridad minimalista, que enuncian enfoques de grisura desde una ética muy exigente que busca trascender el intimismo emocional.
   Por tanto, la clave argumental de Ararat es la familia, grupo de cohesión donde los vínculos afectivos exigen una intensa relación, como parte del crecimiento personal. Pero la perspectiva de Louise Glück en estos poemas es el desasosiego, una relevante vigilia que revisa grietas y necesidades nunca cubiertas. El yo poético muestra una potente capacidad observadora que asimila y rechaza secuencias vitales. Así amanece un método reflexivo que cuestiona la realidad interna del núcleo familiar. Cada miembro ha sido expulsado del paraíso para afrontar sufrimientos y absorber sentimientos contradictorios. Así se gesta una identidad separada, un esqueje no exento de frustración que busca clarificar su experiencia emocional.
   Ararat propicia una imagen autobiográfica en la que el hablante lírico intenta romper su fragilidad. Su voz revisa estereotipos sin estridencias, con un lenguaje lacónico, sin la tela cálida de los adjetivos. Como ha manifestado, al comentar su estética despojada, Louise Glück hace poesía en el páramo verbal: “Me atraen las elipsis, lo no dicho, la sugerencia, el silencio elocuente y deliberado. Lo que no se dice, para mí, ejerce un gran poder: a menudo desearía poder hacer un poema completo con este vocabulario. Es análogo a lo invisible, por ejemplo, al poder de las ruinas o las obras de arte dañadas o incompletas”.
  Poesía que hace de la humildad una aspiración mística y una cicatrización, para que las palabras encuentren su lugar y su afán de conocer. Latido humano y sangre tibia que surgen de la vida y la experiencia de un yo casi siempre ubicado en el caos, que se sabe fuera de lugar y se amarra al poema y la esperanza.
   El día 13 de octubre de 2023 fallecía lLouise Glück con ochenta años de edad y dejo en mi despedida particular la lectura de Marigold y Rose. Una ficción, un libro en prosa poética publicado por Visor este año en su colección de poesía  en edición bilingüe y con versión al castellano de Andrés Catalán.
  El planteamiento argumental del libro sorprenderá de inmediato, como sorprendió a su editor habitual en USA. Dos mellizas, todavía bebés, con un expansivo mundo interior desgranan pensamientos y acciones, como si hubiesen superado las tradicionales etapas del aprendizaje y ya estuvieran respirando en la vida adulta. Marigold, aunque no sabe leer, es una lectora brillante, y está escribiendo un libro en su pensamiento aunque no conozca todavía las palabras. Vendrán después. Mientras Rose es un ser social que disfruta participando en actividades sociales como el baño y que goza de una hermosa presencia física. Son dos identidades muy diferenciadas y, por tanto, complementarias al asomarse al mundo.
   Cada niña percibe un entorno insólito que acentúa su soledad y su asombro, que les hace mirar al mundo adulto con ese punto de recelo de quien apenas entiende lo que sucede alrededor y de lo que, antes o después, pasará a formar parte, cuando empiece la vida oficial. Mientas constatan a cada instante la dependencia de “Madre”, el continuo refugio para estar a salvo, mientras “padre” está lejos sumando o resolviendo enigmas cotidianos. A veces las dos añoran la vida adulta por su enorme cargamento de palabras.
   De las reflexiones interiores de las dos mellizas nace la casa familiar y sus pobladores con una sensibilidad irónica en ocasiones y en otras repleta de ternura al poner silueta propia a los comportamientos de Madre y Padre o al discurrir de un tiempo que camina hacia el primer año de vida.
   En algunas entrevistas de prensa Louise Glück ha definido el libro como una novela poética dividida en breves capítulos. También ha señalado que la ficción nació a partir de los vídeos de sus nietas, grabados por el padre de las mellizas en California, y a quienes no podía visitar en 2020 por la pandemia. De las visualizaciones nacieron observaciones en torno a las bebes y su capacidad de relacionarse entre sí o con los adultos.
   El mundo interior en formación concede a la escritura de Marigold y Rose una perspectiva inédita frente al misterio del tiempo, una forma de expresión sencilla y delicada que se anticipa a las palabras y ayuda a vivir. Por eso resulta paradójico que la ausencia de Louise Glück coincida con el retorno a la infancia de su escritura, con la vuelta a ese tiempo que abre puertas y teje amanecidas, como si confirmara la presencia continua de quien ya no está. Descansa en paz, querida poeta; tu poesía intacta, conmigo, rompiendo lo frágil.

JOSÉ LUIS MORANTE