lunes, 5 de diciembre de 2011
LA PUERTA DEL TIEMPO
LA PUERTA DEL TIEMPO
Con pulso firme el hombre
decide abrir la puerta de su tiempo.
Desde el umbral contempla,
con dolor y nostalgia, la niñez:
paredes transparentes
que un lamentable olvido acumulado
dejó casi vacías.
Hoy sostienen acaso un traje rojo,
sombra y polen de los bosques cercanos,
una esfera, tebeos...
Mira su adolescencia: dogmas rotos,
esperanzas estériles,
ventanas obturadas de verde y denso musgo.
Vislumbra las entrañas
de otras habitaciones que ilumina
una vela gastada en días grises.
Se da cuenta -lo atestigua su rostro
enarbolando una sonrisa triste-
que su tiempo le cabe
en el cuenco cerrado de la mano.
Y aceptando su sino,
declinó en los postigos la falleba,
basculó en el dintel la puerta carcomida,
encadenó la verja despintada
y penetró con gozo en el jardín umbrío,
a conversar sin tregua
entre la espesa fronda con la muerte.
(De Rotonda con estatuas, 1990 )
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Dulce y tristemente bello...
ResponderEliminaruno, otra palabra aprendida: "falleba", varilla de hierro acodillada en sus extremos, sujeta en varios anillos y que sirve para asegurar puertas o ventanas. Muchas Gracias.
ResponderEliminary dos, la tristeza impregna las palabras, y es fácil ser arrastrada por ella, pero el gozo de conversar con la muerte denota el interés por la última y gran aventura de vivir...
:)
Hermoso.
ResponderEliminarTrascendental. Buena bitácora, José Luis.
ResponderEliminarUn saludo desde el sur.