Secundarios
María Jesús Fuentes
Caleidoscopio, Jirones de Azul
Sevilla, 2011
Uno de los parámetros más precisos para calcular la crisis de la sociedad actual es la situación del sistema educativo y la consideración pública que merecen los docentes, como depositarios de valores a trasmitir y formadores de las generaciones más jóvenes. María Jesús Fuentes, Licenciada en Filología Hispánica, enseñante en ejercicio, poeta con cuatro entregas en el mercado y directora de la revista cultural Mester de Vandalía, aborda en su primera novela, Secundarios, el transcurrir diario en un centro de enseñanza. Es un lugar arquetípico; dibuja en la ficción, de forma directa, con abundancia de diálogos y con un lenguaje próximo a la oralidad, los pormenores del desempeño profesional de un grupo humano y sus relaciones interpersonales.
El arranque de este proyecto narrativo dibuja un poblado friso de personajes que integran la plantilla educativa y las líneas de fuerza que conexiona. Antiguos y nuevos encuentros crean cauces en los que se van dibujando los comportamientos humanos más frecuentes: la indiferencia, el comentario especulativo, los recelos, el amor, el deseo… son respuestas afectivas que hacen del instituto un microcosmos especular del entorno cívico donde se ubica.
El segundo apartado elige como protagonista al alumnado. En casi todas las clases habita el que fomenta la quema y el desaliento docente; en la mayor parte de la jornada escolar se producen hechos vandálicos. El horario formativo se subordina a un tiempo de vigilancia para mantener el orden; la disciplina se asienta como tarea prioritaria porque escasean la madurez intelectual y en cambio abundan los ejemplos de delincuencia precoz, con actitudes en las que nunca existe una corriente de afecto y confianza hacia los que se ocupan de su formación.
La tercera parte focaliza los acontecimientos más relevantes y los efectos que generan al dificultar el orden natural del aprendizaje. Son hechos que obligan a moverse de continuo en cualquier dirección y, al mismo tiempo, indagan en las respuestas individuales que van marcando el discurrir diario.
Pesimista en la interpretación moral del mapa educativo y didáctica en su recorrido meticuloso por un escenario de conflictos, la novela Secundarios aparece como una crítica sin matices de una realidad enferma en la que se ha perdido el respeto y se ha convertido la profesión docente en un oficio de riesgo. Si educar es invertir en el futuro conviene poner los medios y reconsiderar posturas. Hay que crear nuevos itinerarios para que los profesores vuelvan a las aulas con ilusión y optimismo y encuentren en el desempeño de su tarea una labor gratificante. Educar es esencial e imprescindible para que sigan vivos el humanismo y la cultura del esfuerzo y la superación. Una sociedad educada y culta es una sociedad más libre, más tolerante, más justa.
en general el lío de la educación me recuerda en gran manera a la Saga de la Fundación, de Asimov, donde la civilización se está colapsando y una lumbrera traza un plan 'a largo plazo' para que en lugar de desaparecer, la civilización sobreviva. Aquí pasa lo mismo pero al revés, nuestras lumbreras solo piensan en 'su' corto plazo, sin tener darse cuenta de que la educación es un sector tan estratégico en un país que el futuro (el suyo y el de todos los demás) depende en gran parte de él.
ResponderEliminarNo me extraña que los 'verdaderos' maestros y educadores se sientan frustrados, porque no se gestionan ni explotan los recursos de forma ordenada ni coherente, porque se prefiere llorar antes que trabajar y porque la sociedad ha cambiado tan rápidamente que se ha olvidado y dejado en el camino parte de los valores básicos que la deben estructurar y guiar...
"Pesimista en la interpretación moral del mapa
educativo...", me permito la licencia de indicar que muchas veces cuando estamos deprimidos, nos dicen que para levantarse primero hay que tocar fondo, espero que por nuestro bien ya hayamos tocado ese fondo y solo nos quede levantarnos.
También deseo que este baño de realidad les de a quienes corresponde el empuje necesario para empezar a hacer las cosas de tal forma que en un tiempo coherente, nos haga tocar ese techo tan necesario.
Pero ojo, también hay que acordarse de aquellos que pese a las inmensas dificultades que existen, a las zancadillas que se ponen y pese a la gran crisis de valor que hay, brillan por su esfuerzo y por su trabajo y sobresalen... a
estos también hay que reconocerles... no todo va a ser negrura y desolación.
Ale, Feliz Navidad a todos y muchas gracias por vuestro trabajo.
:)
Querido amigo, más que un comentario tu reflexión es casi una tesis doctoral, una de esas cuestiones que Hamlet planteaba entre el ser y el no ser.
ResponderEliminarHoy concluyen las clases y tendré tiempo para meditar tus ideas. Aprovecho para desearte unas navidades llenas de felicidad y poesía.
Sin lectores como tú, este blog no tendría sentido.