La musa a la deriva Pedro A. González Moreno Junta de Castilla y León Premio Fray Luis de León de Ensayo Consejería de Cultura y Turismo, León, 2016 |
El ahora poético es un mapa
desplegado a plena luz. Abarca abundantes propuestas distribuidas en etiquetas
críticas y algunos nombres propios insulares, que suelen pasar más o menos
inadvertidos ante la fuerza plural de los enunciados colectivos. Para
internarse en ese laberinto creador son necesarios trabajos exploratorios que
tracen cartografías comprensibles y faciliten a los no iniciados unas
condiciones de acercamiento con didactismos pragmáticos. Todavía es
reciente la salida editorial de Palabra heredada en el tiempo, prisma
crítico que contiene treinta y cuatro miradas sobre la poesía española
contemporánea. A ese libro blanco sobre la salud poética del castellano se suma
ahora La musa a la deriva, volumen ganador en 2016 del Premio Fray Luis de León de Ensayo, convocado por la Junta de Castilla
y León.
Su autor, Pedro A. González Moreno (Calzada de Calatrava, Ciudad Real,
1960) es Licenciado en Filología Hispánica y profesor de Lengua y Literatura;
tiene un sólido itinerario poético que arranca en 1985 con el libro Señales de ceniza y que hace de Calendario de sombras, reconocido con el Premio Tiflos, su estación más
reciente. Completa su perfil con un notable trabajo crítico que abarca
colaboraciones en periódicos y revistas y algunos trabajos de indagación sobre
la poesía manchega.
Abordar una panorámica completa como La
musa a la deriva requiere un buceo previo en lo conceptual. A ello se
aplica el escritor recordando las dos actitudes básicas del hecho creador:
continuidad y ruptura; es una dicotomía vigente en cualquier periodo, también
en el hoy que sacraliza la juventud y exalta con desvelo publicitario cualidades
multiplicadas por el auge de las nuevas tecnologías. En el análisis evolutivo
se recuerda, además, la precariedad de términos como generación, que siempre tiene
lindes provisionales. Desde esta vaguedad terminológica hay que asumir que
cualquier enfoque está lastrado por la urgencia; nace abocado a un insólito
envejecimiento, a una notoriedad de temporada.
La musa a la deriva escapa
de la capitalidad bifronte editorial de Madrid y Barcelona explorando teselas
autonómicas; en los últimos años se ha producido un inusual despliegue alentado por el nacimiento de pequeñas editoriales periféricas, ayudas
institucionales y por el fortalecimiento de publicaciones digitales que evitan
limitaciones como la distribución o la competencia directa con los sellos
editoriales tradicionales. Más que aclarar, las migas autonómicas han creado un
desbarajuste geográfico, gratinado de
localismo, que hace necesario editar una antología de antologías, como
concluye, con perspectiva irónica, el ensayista.
Otro asunto complejo en su
abordaje es la eclosión femenina de los años ochenta que abrió la puerta a la
reivindicación estadística en pro de una discriminación
positiva que trata de reparar la marginación histórica. No parece difícil
defender que la situación de normalidad se alcanzará cuando el único de
cualquier selección no sea otro que la calidad literaria.
Los trazados generacionales dejan fuera de vista –una vez establecida la
nómina nuclear- a poetas coetáneos que así sufren un estar invisible. El
escritor manchego cita abundantes presencias desgajadas que han protagonizado
itinerarios relevantes, lejos de la historiografía oficial.
El sumario abordado aglutina también la evolución formal de los géneros,
integrando en su estudio la práctica del poema en prosa y sus caracteres más
definitorios o el ensamblaje que en la libertad formal que refuerza el ahora
tiene la convivencia con estructuras tradicionales como el soneto. Es un
capítulo más técnico que mantiene un enfoque motivador. De ese enfoque
participa asimismo el último tramo ensayístico que el autor denomina “Luces y
sombras de la lírica”. Ahí se sitúan abordajes como la convivencia entre el
formato papel y el perfil digital, o cuestiones de absoluta vigencia como el
despegue de estrategias digitales como el blog, que permite una crítica
interactiva y una lectura inmediata. No han declinado cuestiones como
el ser y el estar, los aportes de la crítica y sus derivaciones o el floralismo
compulsivo de quienes hacen de los premios literarios una salida laboral a
jornada completa.
Toda visión de un tiempo creador es subjetiva y parcial. La que
propone Pedro Antonio González Moreno no
escapa a estos signos, pero el estudio La
musa a la deriva evidencia un amplio caudal de conocimientos poéticos sobre
las décadas finiseculares y el tiempo auroral del siglo XXI. Sondea con
relevancia individualidades, grupos y corrientes y deja descubierto las
principales vetas que abren líneas de fuerza en el futuro. El volumen
se convierte así en una estrategia expositiva amena y rigurosa para entender el
dislocado curso del ahora, ese estar del poema frente al tiempo.
Muchas gracias por la aportación, querido José Luis.
ResponderEliminarYa sabes, querida Isabel, que es un privilegio esa posibilidad de conocer los mejores itinerarios del ahora. El ensayo de Pedro A. González Moreno aporta sentido crítico a la caligrafía lírica del presente. Buena información y prosa amena y contrastada. Para disfrutar. Feliz día.
EliminarCuánto me alegro de tu lectura de La musa a la deriva. Un ensayo donde se mira la actualidad poética española desde múltiples ventanas, con tono respetuosamente irónico, donde se pone, a veces, en solfa, respetuosamente, los valores mutuamente promocionados, las modas, los remarke, los venid y vamos todas, la fatiga indomable del soneto, aparte de otras realidades que tú conoces como nadie. También me alegro de que menciones la extraordinaria prosa que lo anima, el ensayo, como la crítica tiene la obligación de estar bien escritos, sin que lo farragoso del vocabulario técnico ahogue la hierba. Un acierto que nos recuerdes la existencia de este texto de Pedro A. González Moreno. Y un abrazo.
ResponderEliminarpara ti.
Es una mirada muy completa, querido Paco, es verdad que a veces la ironía diluye las conclusiones o que el exceso de cuestiones puede declinar el interés lector, pero el poeta está muy bien informado y ha sido un placer adentrarse en el plano de ruta que propone Pedro A. González Moreno. Un fuerte abrazo, poeta.
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