domingo, 21 de mayo de 2023

LUIS RAMOS DE LA TORRE. MIENTRAS PUEDA DECIR

Mientras pueda decir
Luis Ramos de la Torre
Prólogo de Félix Maraña
Editorial Baile del Sol / Colección Poesía
Tegeste, Tenerife, 2022

 

CATORCE VERSOS DICEN…

 

 
   El trabajo creativo de Luis Ramos de la Torre (Zamora, 1956), Doctor en Filosofía, cantautor, profesor con amplio recorrido y persistente investigador de la obra de Claudio Rodríguez, se somete en los últimos años a un insólito ritmo de producción. Perfila con inusual contundencia un espacio interior que conexiona lenguaje y experiencia inmediata explorando distintas estrategias expresivas como la poesía, el relato y el ensayo.
   Todavía recientes las entregas El dilema del aire y Urgencia de lo minucioso retorna al discurrir poético con Mientras pueda decir, trabajo lírico con un meditado liminar de Félix Maraña titulado “De luz y claridad enciende el fuego”. El prólogo enmarca en el tiempo la cosecha lírica de ilustres zamoranos. Son voces que han hecho de la geografía del Duero un espacio conceptual habitable para emoción y pensamiento (Claudio Rodríguez, Agustín García Calvo, Jesús Hilario Tundidor, Pilar Antón, Tomás Sánchez Santiago…) y muestra, al mismo tiempo, las claves estéticas de Luis Ramos de la Torre, autor, señala el prologuista, de “una obra de madurez hecha de la reflexión, mirada del tiempo y recogimiento en la función, valor y determinación de la palabra en el discurso de la existencia “.
   Advierte también Félix Maraña que Mientras pueda decir supone en el taller poético del zamorano una disciplinada búsqueda expresiva, una inmersión profunda en el pretérito cultural que recupera el soneto para apropiarse de su rigor formal; de este modo, el celebrado esquema métrico de los catorce versos abre una nueva perspectiva al universo semántico y argumental del poeta. Luis Ramos de la Torre apuesta todo “por un juego inteligente y preciso en la parte conceptual de las palabras que me interesa mucho por ser certeramente serio, ajustado y necesario”. Súmese a ello el quehacer musical de tantos años que ha propiciado la cercanía familiar del ritmo, la cadencia, la armonía y el aliento, cualidades que acercan los poemas a las estructuras melódicas de la canción. Toda poesía es canto, celebración de la luz, vuelo alto en el tiempo.
   El hermoso recorrido reflexivo de Félix Maraña, que abre tantos itinerarios para comentar la buena salud de esta métrica clásica, deja a su término en primer plano citas de Chantal Maillard, Ángela Figuera Aymerich y Miguel Hernández, cuyas voces recuerdan la extrañeza de vivir, siempre ajeno al discurso lógico. Queda la inconsciencia del azar y la necesidad de adentrarse en el sentido de la realidad mediante la transparencia reflexiva y metafísica del pensamiento.
   La estructura cerrada de la estrofa concede a cada texto plena autonomía; así que es muy complejo engarzar los poemas en una trama argumental única. Los sonetos se definen desde la diversidad, proponen un tránsito por temas centrales: la identidad del yo, el sesgo del destino que justifica nuestros actos, la erosión del tiempo en la memoria de las cosas, el deambular entre pulso y razón de los sentimientos, los claroscuros sociales que definen nuestro tiempo, el entorno natural o la razón metaliteraria de la escritura. Son temas reiterados, variaciones y reincidencias que conforman los músculos y huesos del quehacer poético y que nunca se confinan en una sola identidad pues responden a los interrogantes más comunes del existir. El soneto se hace, por decirlo con la voz del poeta, “templo de la palabra”, “sed del decir que empapa y colma el alma”. El volumen acoge cien poemas; por tanto el hecho de escribir ratifica una madurez poética muy fértil, que emplea la estrofa en su sentido más clásico con fuerte diversidad de intereses argumentales. No hay vanguardismos experimentales en el molde formal, solo sonetos que se construyen con un nítido plano de alzada. Son frutos de un proceso poético  exigente, que conoce el legado de la tradición y las posibilidades del tejido poemático capaz de mostrar una preocupación moral y existencial. Con Mientras pueda decir Luis Ramos de la Torre clarifica de inmediato que el esquema métrico sigue pujante y cálido, al alcance de todos los que refrendan su carácter nuclear en nuestra literatura. Los catorce versos resguardan en su molde un espacio habitable, pleno de ritmo. Es acorde vivo que presta su dinamismo a la incertidumbre del tiempo. Una estrofa autónoma donde conviven legado y vanguardia, con las ventanas necesarias para airear ortodoxia y disciplina, melancolía y sueños, claridad e ironía, esos parámetros a los que Luis Ramos de la Torre pone un pentagrama fondo de música y de vuelo.
 
   
JOSÉ LUIS MORANTE


        

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