Leonora dentro Josefina Aguilar Recuenco XLII Premio Leonor de Poesía 2023 Ediciones de la Excma Diputación de Soria Soria, 2024 |
LA SED DESPUÉS DEL VASO
La voz poética de Leonora dentro destila un largo monólogo interior. Se hace un cauce enunciativo fragmentario que recorre sentimiento y razón ladera abajo, como si explorase el denso bosque de sombras de la conciencia. Busca claros en medio del frío. La imagen visionaria de los elementos cercanos de alrededor procede de la confrontación con el entorno familiar. La tiranía monolítica paterna hace del sanatorio un espacio aterido de introspección. Con bellísimas imágenes, procedentes de un pensamiento onírico y alejado del gregarismo cotidiano, Josefina Aguilar Recuenco indaga el pensamiento vivo de Leonora y abre las claves al moldeo de una identidad que habita fuera del tiempo, en la humedad silenciosa de su propia madriguera. Quien bucea en sí misma sólo encuentra sitio para la orfandad. Está a trasmano de la norma social del tiempo. Es periferia de esperanza que vislumbra un mañana sin andén.
El lugar del poema se define como cárcel mental. Alza un espacio de reclusión que condiciona y margina el paso de los días. Se convierte en un poblado nido de fantasmas dispuestos a confundir realidad y sueños. Un cosmos difuso que no duda en emplear la camisa de fuerza para diluir las hebras más pequeñas de libertad y mediodía y hacer de la cama un núcleo fetal de miedos y soledad.
También los recuerdos afloran, como si fueran adherencias cutáneas que muestran los síntomas de otro tiempo. En 1939, el régimen de Vichy declaró enemigo ideológico al artista Marx Ernst y la persecución aconsejó la separación de la pareja. Toca sobrevivir a solas, vadear las raíces del tiempo y abrazar la huida. Pero el pavoroso destino en el psiquiátrico rompe el epitelio de la rutina cotidiana; sobre la piel asoma la cicatriz abierta de la locura y la supuesta desestabilización psíquica. Las ventanas reflejan un pozo de extrañeza, una náusea infinita que discurre aferrada a las horas. La huida no encuentra puerta y el lugar alza muros a una hornacina de frío.
Leonora dentro es un extenso poema río; un monólogo dramático pleno de luz sobre el misterioso cataclismo de la locura. En el fluir verbal de Josefina Aguilar Recuenco Leonora vuelve a la habitación con vistas del presente para fundir lo místico y lo sagrado, un poblado imaginario de seres brumosos, que sorben la razón y se despliegan en el aire libre del surrealismo: “Dios pinta un huevo que se derrite. La cáscara es piel de paloma que se quiebra en la vulva del bosque”. Son versos que dejan a ras de suelo la belleza, que golpean de lleno con su materia viva, que se adhieren al cuerpo para que percibamos como emerge del lodo y la duda incesante la esperanza y se hace amanecida y libertad.
JOSÉ LUIS MORANTE
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