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martes, 19 de mayo de 2015

CARLOS RAFAEL RUTA. RAZÓN POÉTICA

Brizna perdida
Carlos Rafael Ruta
La Isla de Siltolá, Sevilla, 2014
RAZÓN POÉTICA

   La Isla de Siltolá incorpora al catálogo de la colección Tierra el poemario Brizna perdida de Carlos Rafael Ruta, una atinada iniciativa que permite explorar los trazos líricos de una firma esencial del acontecer cultural argentino. Nacido en la Plata, Buenos Aires, en 1956, completó estudios universitarios de filosofía en La Plata, Buenos Aires, Barcelona y Zúrich. Como ensayista ha centrado sus estudios críticos en la filosofía alemana medieval y sobre todo la mística renana y el pensamiento del maestro Eckhart, publicando numerosos estudios de su especialidad. Rector de la Universidad Nacional de San Martín y docente con muchos años de dedicación, ha publicado los libros de poesía Merecer la soledad, Grieta de penumbra, Llueve y distancia, Trasiego y el más reciente, que ahora se presenta en Madrid, que cuenta con un extenso umbral del filósofo y ensayista Jesús Moreno Sanz.
  A nadie sorprenderá, conociendo el sesgo intelectual del filósofo, historiador y  nuestro máximo especialista en la obra de María Zambrano, la profundidad de campo que contiene este prólogo de Jesús Moreno Sanz. La introducción devana el estar convivencial en la poesía de Carlos Rafael Ruta entre filosofía y lírica; no son itinerarios dispares sino espacios trabados en una misma unidad expresiva que despliega un colmado muestrario de interrogaciones: en el interior de cada identidad se refugia su percepción del entorno, los indicios transitorios que van jalonando el existir al paso y de esa experiencia cognitiva nace la inquietud de ser, como un ejercicio de búsqueda y anhelo. De ellos da cuenta la palabra poética, esa lucidez del verbo por ir percibiendo entre los pliegues de lo cotidiano, con la ilusión del náufrago que bracea para no perder nunca la esperanza de una cercana costa. Empeñada en resistir la noche, cada voz lírica avanza entre disoluciones y regresos y Carlos Rafael Ruta  en las sucesivas entregas escucha ese silencioso diálogo del yo consigo mismo para acercarse al centro del vacío. Como recuerda el prologuista, Brizna perdida alude a ese sentimiento de fragilidad que tiene la existencia, a esa forma precaria de estar entre las cosas que hacen de cada yo un espacio inestable.
  El hablante verbal plantea el tránsito en el tiempo como una singladura marina con un amplio contingente de inquietud. Sin mapas ni brújulas, abundan los términos que aluden a la noche y a los certeros signos de la tempestad. No hay calma ni un manso recorrido hacia el puerto sino una precisa percepción del peligro, como si ya se percibiera la acritud del naufragio, la aceptación de que la voluntad es una hoja al viento: “El coraje de vivir / se nutre de todas las derrotas “.
   En Brizna perdida el verbo poético de Carlos Ruta sondea en la expresividad del lenguaje para exponer matices nuevos, proclives a la sugerencia, con una dicción apoyada en imágenes que obligan al lector a un ritmo lento; la travesía por los significados es compleja, como es complejo aceptar la idea del hombre enquistado en su laberinto.