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Razón del inconsciente Javier Asiaín Chamán Ediciones Colección Chamán ante el fuego Albacete, 2025 |
OÍR EL MITO
En un arco temporal de apenas dos décadas, la identidad poética de Javier
Asiaín (Pamplona, 1970) se ha expandido con paso firme e incansable solidez. Con la poesía como herramienta expresiva
vertebradora, desde el comienzo de siglo han visto la luz las entregas
Efectos personales (2002),
Anatomía enferma (2004),
Votos perpetuos (2006),
Simulador de vuelo (2007),
Testamento de la espiga (2008),
Contraanálisis (2009),
Unidad de cuidados intensivos (2010,
El triunfo de Galatea (2011),
Liturgia de las horas (2012);
El instante lúcido (2019) y
La intimidad del trapecista (20122), un conjunto de publicaciones
refrendado por importantes premios. Esta prolífica madurez creadora convive
con una larga experiencia de gestión cultural, y la puesta en marcha de
proyectos escénicos que interrelacionan lenguajes como la música, la poesía y
el baile en un afán continuo de experimentación y el afán de abrir alas a
un ideario estético diverso.
En su
nuevo poemario
Razón del inconsciente se
apropia del remansado fluir de la mitología para presentar un amplio friso de
personajes de hondas raíces culturales. Conviene recordar que la propuesta
ficcional del mito aloja un saludable afán didáctico. Tanto como el interés que
causa la resolución argumental, en el seno del mito se resguarda la capacidad
de trascender el relato y sus figurantes y ofrecer una explicación simbólica
del existir. De este modo, el mito sobrevive al tiempo y a la condición volátil
de lo efímero para mantener su vuelo imprevisible en la memoria colectiva.
Los
poemas de
Razón del inconsciente componen
un libro de clara unidad temática con composiciones muy breves y amplio uso del
legado intelectual. Cada texto elige un personaje para dialogar con el fulgor
crepuscular que emana su presencia. De este modo, el poeta revive cada historia
y hace de su discurrir un trasfondo moral, un paisaje afectivo. Desde
el amplio patrimonio de la cultura occidental se reactualiza la conciencia
profunda de la identidad y la caligrafía esencial de cada nombre.
En la
primera parte del poemario, “Mito y origen”, desde el pasado retornan, como
teselas que buscan sitio en el presente: Psique, Adonis, Creso, Fausto, Edipo,
Aquiles, Antígona… y tantos otros con su inventario de actitudes y
contradicciones que aspiran a sobrevivir entre la incansable zozobra del
olvido. Quien mira esas sombras atemporales en el espejo descubre síndromes y
complejos, la indeclinable paradoja que hace del discurrir un
horizonte azaroso.
La titulación explícita del segundo apartado “Escucha activa” elige como
tiempo la semántica del presente y una clara conexión entre intimismo
biográfico y escritura. La estupenda cita de Viktor Emil
Frankl subraya la naturaleza del material poético: “Cada tiempo tiene su
neurosis. Cada tiempo tiene su terapia”. Los poemas tienden al aforismo y
condensan sus mensajes. Se busca el eco sentimental de un existir inestable y
repleto de nubes y claros, la meteorología cambiante del presente.
Menos uniforme en su desarrollo, el apartado muestra también reflexiones
del autor sobre el sentido de la escritura: “La poesía es una descarga / entre
la palabra / y su definición”. O sobre el campo azaroso de la relación entre
texto y autor, como se vislumbra en el poema “Terapia de pareja”. Muy hermosa
resulta la poética que contiene la escritura de “Terapia de pareja”: “Nunca una deuda / Nunca
un consuelo / Nunca penitencia / Un poema es un acto de redención / en la
penumbra”.
El
estar del sujeto da pie a la levedad del poema, en el que resulta muy
reconocible el amplio sustrato sentimental y el cambio de marcos escénicos. El
laconismo verbal sugiere una mayor densidad reflexiva. Cada poema se convierte
en un tanteo en las pulsaciones del ánimo en el que también se resguardan
sombras y temores, amistades interrumpidas, atardeceres vividos desde la piel
del yo poético.
Razón del inconsciente, como
recuerda Tomas Yerro en su hermosa síntesis de contracubierta “es un compendio
admirable de las aprobaciones más señeras de los clásicos occidentales
recreados con una mirada lúcida y actual”. Define con voz evocadora y
confidencial un regreso al mito para capturar sus imágenes y vivencias. Para
abrir páginas a un diario introspectivo, que siempre preserva incertidumbres y
el rumor de la sombra entre sus tímpanos.