jueves, 20 de febrero de 2025

OSCAR WILDE. PERFIL DEL GENIO

Oscar Wilde
(Dublín, 1854-París, 1900)

PERFIL DE UN GENIO 

 Siempre que escucho el sustantivo "genio" pienso de inmediato en Oscar Wilde, aunque recuerde su obra de modo difuso y fragmentario, con mucha menos nitidez que las sobrecogedoras incidencias biográficas que convirtieron al escritor en víctima de la intolerancia, la oscuridad mental, el desprecio social y la hipocresía.
   Oscar Wilde personifica una contundente paradoja: la derrota total y el espejo roto de la biografía como necesario umbral de la victoria contra el tiempo. El irlandés moldeó una inteligencia subversiva, inclinada de continuo a la confrontación con el poder establecido. Su personalidad delinea al esteta total que quiso convertir su vida en arquetipo de belleza, al margen de convenciones sociales, empeñado en vivir una existencia discorde, de placer y ludismo. Fue un temperamento transgresor que asumió para si la inevitable presencia del fatum, el aliento mortal de un destino crepuscular y decadente que implicó la ruptura total con el entorno y la soledad más absoluta en el útimo viaje hacia la nada.

(Anotaciones del diario))



miércoles, 19 de febrero de 2025

EQUIPAJE




EQUIPAJE

Estas palabras son el equipaje,
el reclamo de una falsa grandeza,
de un terco deambular que viaja solo
en el vientre de un tren equivocado.
Y recelan mirar por la ventana
porque guardan su ayer en la retina
y saben que si cruzan el cristal
verán muy diferente orografía.
Fueron la intrepidez que se desplaza
a dominios ignotos del planeta.
Dejó el regreso abiertas cicatrices,
hechas de laberintos y distancias,
que otros celebrarán desde el asombro.
Mi desamparo arrojará al silencio
que fue cada estación una renuncia,
un paso dado hacia ninguna parte.

    (Antología "Mapa de ruta", Granada, 2010)







martes, 18 de febrero de 2025

MARÍA PILAR CONN. LA SOMBRA QUE CARGAMOS

La sombra que cargamos
María Pilar Conn
Prólogo de Manuel Madrid García
Cuadranta Ediciones
Murcia, 2024

 

HACIA EL CREPÚSCULO


 
   Un recorrido por el quehacer creador de María Pilar Conn (Indianápolis, USA, 1968) muestra de inmediato la convivencia de facetas como la poesía, la narrativa –centrada casi siempre en la ficción gótica- y la ilustración. La autora, con domicilio desde hace décadas en Murcia, ciudad donde estudió Artes y Oficios, colabora habitualmente en cuadernos ilustrados y publicaciones digitales, mientras impulsa un camino poético que ya ha dejado en las estanterías las entregas La almendra y el maíz (2019) y Paseando con Schopenhauer (2020). En el taller de la escritora la poesía sigue marcando pasos firmes, como se hace palpable en la nueva salida La sombra que cargamos (2024), cuya cubierta, cargada de onirismo, es de la propia autora.
   María Pilar Conn sedimenta su poemario en el canon y deja sitio a citas de clásicos como Séneca, Miguel Hernández y Carmen Conde. Añade además un liminar, claro y sosegado, de Manuel Madrid García, cuyo título es “Ansias de profundidad en la poesía”. En él se indaga el ideario estético recordando que cualquier tema es poético si consigue transcender lo cotidiano y ajustar la exacta dimensión de verdad y belleza, esa capacidad silente de “buscar el misterio de la vida” detrás de las palabras. El fluir lírico se hace testigo para comprender los azarosos itinerarios de emociones y sentimientos mediante la elegancia de estilo, la riqueza imaginativa, y la lograda expresividad de un léxico intimista y reflexivo, con un denso sustrato de lecturas filosóficas.
  Tras el sondeo del texto introductorio, la poeta añade su mirada al espejo del verso con una interpretación reflexiva en torno al sentido del poemario. La escritura germina entre la incertidumbre y la confidencia compartida. Se interroga a sí misma sobre el milagro de existir en un universo “vasto y asombroso” en el que nuestro cuerpo percibe que la existencia es perecedera y vulnerable, un continuo proceso impulsado por el conflictivo convivir entre realidades y sueños.
  Desde el comienzo de La sombra que cargamos, junto a la riqueza de imágenes, emplea una expresión coloquial que lleva en su semántica un claro sustrato de resignación. Se escucha el empeño de la voz poética de habitar las composiciones con el recuerdo de presencias cercanas que abrieron el camino del tiempo hasta el presente. La evocación recobra la claridad azul de los que dejaron entre las manos las respuestas sobre el transitar de la temporalidad. La inexorable marcha de los días desprende una continua sensación de despojamiento. Va recortando sueños y creencias para perfilar la esencia del estar, la lumbre cálida de lo que de verdad importa porque da claridad a los enigmas de la travesía vital: “No hay droga que calme el clamor que hay en mi interior. / Contemplo el valle oscuro desplegado frente a mí. / Termino las noches de insomnio / observando la nebulosa que gira en el cielo. / Mi conciencia, una venganza / que no me deja libertad para huir.”.
   El avance del libro llena de mutaciones la existencia. El sujeto, como espectador de su cauce vital, advierte cómo el tiempo abre etapas sucesivas que nos llevan hacia la madurez y más tarde hasta la senectud. El envejecimiento es inevitable y solo deja entre las manos soledad y silencio, un entorno decrépito de erosiones que acercan hacia un territorio que solo deja sitio a las evocaciones y recuerdos. El amanecer cotidiano reescribe la caligrafía gris de una melancolía anunciada; llena las pupilas de ensimismamiento y soledad, mientras todo alrededor se desvanece. La vejez difunde la sensación de que todo está lejos. Se hace necesario ceder la palabra a los recuerdos para que recuperen vivencias e instantáneas que pudieron haber sido alguna vez. La luz crepuscular extiende sobre las cosas la piel envejecida de la resignación. Se deshilacha la mente, mientras las horas dejan su latido con la pereza de lo rutinario. El vacío va colonizando cada rincón de la casa y la conciencia hace suya la sensación de que cada existencia es un paréntesis cerrado de finitud, un cuarto oscuro y triste que pone a cada sensación una etiqueta de material perecedero que un día dejará de existir.
   En las composiciones finales perdura el enfoque crepuscular de quien se siente una difusa mota de polvo perdida en la profundidad del universo. La insignificancia no deshace lo evidente; el cuerpo es un caminar polvoriento hacia el vacío mientras la nostalgia copa casi por completo la conciencia de ser.
  Los poemas finales buscan líneas argumentales que subrayan la sombra: “La nada”, “El hombre mayor”, “La espera” y “El jubilado” muestran un existir zarandeado por el cansancio que siente cerca el aliento de nieve de la muerte. Cuando el viaje existencial parece acercarse al último andén, no queda nada por hacer salvo esperar y aceptar los parámetros de caducidad. Las palabras vislumbran el viaje hasta la sombra. Quien hace balance del tiempo personal cobija un patrimonio inevitable de equivocaciones y errores, de decisiones que alejaron el corto vuelo de los sueños cumplidos. Otra vez la tristeza parece ser un centro orbital en la poesía de Maria Pilar Conn. La escritora deja un recorrido poco complaciente con el transitar del yo profundo, como si la tristeza fuera el auténtico reflejo natural de lo cotidiano, como si el viaje interior por la conciencia nos mostrara un equilibrio aleatorio entre la sombra y el fulgor, entre el pesimismo y la creencia personal. Mantener un alba de esperanza requiere una verdad sólida y perenne, una chispa encendida para que, más allá de las sombras que cargamos, el párpado descubra una sonrisa, la sanación cercana de lo transcendente,  la claridad solar del universo.  



JOSÉ LUIS MORANTE




lunes, 17 de febrero de 2025

CASO CERRADO

Interrogatorio
Archivo
de
Depositphotos


CASO CERRADO
 

 
   Pregunta otra vez, con el chisporroteo del cansancio. Sin mover los labios:
-¿Edad?
-No sé ,desde qué año mi madre sospechó que esta minúscula existencia tendría algún futuro…
  Calla y suspira. Cierra otra vez los ojos. La nueva pregunta tarda en abrirse paso. Cuando llega, arrastra sílabas inaudibles…
-Tampoco hay datos de tu vida laboral.
-No los hay, claro, es inexistente aunque, de cuando en cuando, el pensamiento urgía a buscar la calle, al encuentro de un futuro oficio. No llegó nunca. Después me detenía en cualquier parque, esperando que la voluntad durmiese contraída.
   Agacha la cabeza y entreabre la boca humedecida. Se acerca un poco al empujar la voz:
-¿Sabes la fecha del suicidio?
Las palabras a oscuras responden por mí:
-Hace poco, todavía escucho los restos náufragos de una conversación al otro lado. Las dudas gotean sin enigmas ni claves. Soy un caso cerrado.

(Del libro Fuera de guion, Lastura, 2024)



domingo, 16 de febrero de 2025

LAS HORAS DE SILENCIO

Mulholland Drive (2001)
David Lynch

 LAS HORAS DE SILENCIO

Pertenezco al copioso batallón de los torpes visuales. No veo genialidad en la singular concepción estética de la película Mulholland Drive (2001). Sobra complejidada argumental y se disfrutan muchísimo algunos intervalos, cuajados de matices, como los bellísimos primeros planos de Naomi Watts y Laura Elena Harring, o la intacta rebeldía de algún personaje como el director de cine, sin duda un reflejo especular autobiográfico. La película obliga al continuo por qué, es extraña y hermética, como esas raíces nutricias del propio David Lynch.

Antes de que me convierta en un logrado epicentro de soledad voy a tener que ir completando un largo inventario de amistades diluidas, esos rastros líquidos que ya no apagan ninguna sed.

Zarandeada por la contingencia apenas lee. En uno de sus paréntesis lectores concluye la antología y cierra el libro con la mayor decepción: es una propuesta nefasta; ella no está.

La voz resentida necesita de continuo descargar la culpa en otros.

(Anotaciones del diario)






sábado, 15 de febrero de 2025

FAUSTINO LOBATO DELGADO. DONDE EL ALMA IGNORA

Donde el alma ignora
Faustino Lobato Delgado
Prólogos de  Fernando Jaén, Luis Oroz
y Sandra Martínez
Ilustraciones de Juan Manuel González
Editorial Olé Libros, Colección Poesía
Valencia, 2025

 

RESISTENCIA

   Con ilustraciones interiores y de cubierta de Juan Manuel González, Faustino Lobato Delgado (Almendralejo, Badajoz, 1952) extiende itinerario poético con Donde el alma ignora, otra vez de la mano de Olé Libros, el incansable proyecto de Toni Alcolea, donde apareció también su entrega anterior En el alfabeto del tiempo, prologada por el poeta, crítico y ensayista José Antonio Olmedo López-Amor.
   La edición de Donde el alma ignora se singulariza porque incorpora como apertura un código QR interactivo que permite, tras el escaneo, escuchar al poeta recitando sus textos, como un audiolibro. No es la única sorpresa del poemario; el título cuenta con tres prólogos, firmados por el poeta y médico Fernando Jaén, el escritor Luis Oroz y la correctora y compañera de tertulia Sandra Martínez. Los tres nombres tienen en común su relación con la experiencia temática del libro y con la emotiva dedicatoria de gratitud hacia el quehacer sanitario, siempre puente entre la fragilidad y la esperanza.
   Los prólogos también marcan, cada uno con su peculiar enfoque, el contenido de esta compilación poética y su estructura argumental.  La nueva entrega mantiene la habitual escritura figurativa del poeta extremeño, muy bien comentada en el texto introductorio de Fernando Jaén, quien analiza la vivencia del yo poético como experiencia de autoconocimiento y sanación, como apertura a un ser renacido que retorna su viaje hacia lo cotidiano sabiendo que cuerpo y mente se enlazan en la fragilidad de la existencia. Luis Oroz, desde un enfoque más íntimo y personal, se centra en el impresionismo íntimo de una voz lírica inteligente y sencilla, que trasmite sensibilidad y pensamiento filosófico ante la incertidumbre y lo efímero que marca la travesía vital. Por último, Sandra Martínez Martín explora la travesía creadora del poeta y su crónica hasta llegar al yo profundo desde el hospital como espacio del dolor, pero también como esperanza de sanación y retorno a lo diario, como apertura a lo paradójico y contradictorio. No pasa inadvertido en este tercer prólogo el sondeo en el metalenguaje y la incisiva descripción del epitelio emocional, capaz de verbalizar el dolor y la angustia de lo inesperado.
   La primera parte, “Exodo” amanece con citas de Ángela Álvarez y Karmelo C. Iribarren y convierte al hospital en espacio de representación existencial, como un lugar ajeno, en el que se cobija el naufragio y se hace tránsito para la inquietud y la conciencia de lo frágil. El paraíso se hace un lugar utópico y lejano mientras la vida adquiere la desvaída dimensión de una ofrenda, de un temblor frío, lleno de miedos e intemperie.  El poeta en este tiempo de reclusión hospitalaria escribe, junto a  las composiciones, notas clarificadoras de la experiencia vivida, como si necesitara precisar la vivencia en su justa dimensión. La soledad acoge cerca a los otros, como reflejos del singular árbol del cuerpo que solo aspira al regreso a casa, a la vuelta al hogar y a sus sonidos, a esos entrañables paisajes de la costumbre que convierten la vida en hábitos.
   Ese tramo de retorno que conforman los poemas de “Sonido” adquiere en la voz del poeta afinidad clásica con el inacabable viaje de Ulises en su vuelta a Ítaca. La identidad recupera su entorno de siempre, ese espacio concreto y personal que aglutina miradas y deseos, que encarna, con emoción y transparencia un sueño desvelado. Si hasta este apartado predominaba el poema enunciativo, el cauce abierto de la descripción directa, el poeta introduce ahora la cadencia del haiku. La estrofa japonesa se hace poesía de sensación e instante, pero también recuerdo y homenaje del quehacer literario de José Antonio Olmedo López-Amor, uno de los mejores estudiosos de la estrofa y de su implantación en la sensibilidad occidental.
   La mirada a la propia poética enaltece la sencillez y el tono natural de los versos; la voz humilde rechaza la ornamentación gratuita para esbozar una estética cercana al prosaísmo, una escritura sin relumbre pero dispuesta a cobijar el misterio de la vida diaria, esa fluencia de espacios y tiempos que busca el equilibrio entre expresión literaria y experiencia biográfica.
   La fuerte unidad interna del poemario tiene en “Temblor” su apartado de cierre. Esa sacudida interior que convulsiona pensamientos y sentimientos convierte a los otros en depositarios de autoconocimiento y extrañeza; ellos están ahí para conformar un tapiz de palabras que es, al mismo tiempo, olvido y memoria, signos que marcan los límites del propio ser, ese movimiento continuo entre el orden y el caos, el rescoldo que el tiempo poco a poco va convirtiendo en ceniza.
   Donde el alma ignora de Faustino Lobato Delgado hace de la mirada poética una crónica intimista y cercana de la fragilidad del paso existencial y de los paisajes interiores del sujeto. La poesía impregna cada uno de nuestros actos, cobija el sufrimiento y la esperanza. Enciende una luz dentro; es una senda que desvela la sensibilidad de quien alumbra miedos y certezas, asombro y voluntad para el retorno. Palabras que abren la conciencia para la sanación de un sueño en vuelo.   
 
 JOSÉ LUIS MORANTE




viernes, 14 de febrero de 2025

EL AFÁN DE PENÉLOPE


Celebración del regreso
(Londres)
Álbúm familiar

 PENÉLOPE


Antes de que la rosa de los vientos
desperdigara por la lejanía
treinta y dos direcciones,
respirabas el afán de Penélope,
ese tejer paciente que adivina
cuándo se cumple el tiempo de regreso,
la destreza de Ulises con el arco,
la roja espera de los pretendientes.


             ( Del libro La noche en blanco, 2005,
             Premio de Poesía Hermanos Argensola)