sábado, 24 de marzo de 2012

CANTAUTORES, POETAS, MAESTROS...

PROFESORES EN LUCHA

"Como escritor sé que el lenguaje sirve para dibujar el perfil de la realidad, pero sé también que ese perfil adquiere una determinada apariencia y que puede manipular o contaminar lo que el sujeto tiene delante de los ojos. La palabra crisis  se ha convertido en un término de inacabable semántica para justificar cualquier disparate. Estamos sufriendo un  estrepitoso saqueo de la dignidad docente y la sombría inteligencia del mercado sólo sabe medir en términos de rentabilidad monetaria, como si los servicios públicos fueran  actividades nocivas que fomentan el déficit. Los mismos funcionarios aparecemos como culpables de especulaciones financieras o como causantes de pérdidas de bolsa, cuando no como sujetos con un escaso sentido del trabajo e insolidarios con la situación económica global.Así que es el momento de decir basta, de sabernos hombres de la calle, de preservar el espíritu militante y volver a leer aquel poema que siempre se atribuye a Bertolt Brech aunque en realidad lo escribiera el teólogo alemán Martin Niemöller. Un poema que, en cualquiera de sus versiones, despierta la voluntad y la conciencia:

 Primero se llevaron a los comunistas
y yo no dije nada, porque yo no era comunista.

Luego se llevaron a los judíos
y a mí no me importó porque no era judío.

 Después detuvieron a los sindicalistas
yo no dije nada porque no era sindicalista.

 Luego apresaron a los curas,
pero no me importó porque no soy religioso.

 Ahora vienen a buscarme a mí.
Pero ya es tarde,
No queda nadie para protestar.


 El progreso de una sociedad se mide con exactitud mediante dos parámetros fundamentales: la sanidad y la educación. Y estos dos elementos del estado del bienestar condicionan la calidad de vida y toman el pulso al discurrir diario. Vivimos momentos de gran desconcierto por la situación del sistema educativo y por la consideración pública que merecen los docentes como depositarios de valores a transmitir y como formadores de las generaciones más jóvenes. No es una situación que únicamente afecte al profesorado. La educación es una experiencia compartida con las familias y con los alumnos y el camino de la enseñanza es un afán colectivo que requiere la siembra en el aula de un clima adecuado y de unas respuestas que despejen las situaciones problemáticas. Existe un pesimismo justificado en la interpretación del mapa educativo actual que se ha convertido en un escenario en conflicto. La escuela pública refleja  una realidad enferma. Si educar es invertir en futuro, conviene poner los medios para que todos los integrantes de la comunidad educativa reconsideren su postura y tracen nuevos itinerarios para que los profesores vuelvan a las aulas con ilusión y optimismo y encuentren en el desempeño de la labor docente una tarea gratificante. Educar es esencial e imprescindible para que sigan vivos el humanismo, la cultura del esfuerzo, el pacto solidario y la superación. Una sociedad educada es una sociedad más libre, más tolerante, más justa.  Las utopías no se cambian como si fuesen nubes de verano. Hay que seguir en pie, ser insumisos, sin ninguna parálisis  y hay que decir lo que pensamos reivindicando nuestro trabajo, nuestra forma de ser, nuestro modo de estar frente a lo cotidiano, alejados del ensimismamiento, despejando cualquier duda sobre nuestro compromiso cívico, aprendiendo a vivir los lunes ".

(Intervención en EDUCATÓN, el 23 de marzo en la Sala Covibar, en la convocatoria de la Plataforma de docentes en lucha por la escuela pública, con Pedro Guerra, Pablo Guerrero, Patxi Andión y una amplia nómina de amigos que reivindicaron la dignidad de la escuela pública) 

4 comentarios:

  1. Una excelente reflexión (muy bien diseñada en su prosa y estructura) y una imprescindible denuncia del territorio educativo que se está imponiendo a esta sociedad. Me alegró compartir espacio anoche (23 de marzo)contigo en esta defensa de la enseñanza pública, que debe ser considerada siempre una piedra angular de nuestro mundo.

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  2. Querido amigo, quiero darte las gracias por haber aceptado, como responsable de los escritores de Rivas, participar en una convocatoria solidaria y comprometida. Para mí fue también un acto entrañable y mi felicidad hubiese sido completa si hubiese estado con nosotros Ricardo Virtanen; creo que su faceta de músico no es suficientemente conocida y ha participado en casi cincuenta trabajos discográficos con músicos de primera categoría.
    Un abrazo y seguimos cerca.

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    1. Por supuesto, José Luis, me hubiera encantado ver a Ricardo entre los artistas de la música que anoche participaron en Educatón. Yo hice lo posible para que así fuera, pero, desde la organización, me contestaron que el espacio musical estaba cerrado. ¡Lo he lamentado!

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  3. Querido José Luis: Fue para mi un privilegio poder participar en la lectura que hicimos en EDUCATÓN. En lo personal porque creo que nunca había leido para tanta gente y más allá de lo personal, porque pocas veces lo había hecho por una causa tan justa. Claro que al decir de Quevedo: "Cuando hay poca justicia, es un peligro tener razón". Pero ¿qué sentido puede tener una idea que no entrañe algún peligro? Me sentí tan hermanado con el bullicio solidario de esas tres horas, como agradecido por vuestra acogida en esa manifestación. Acerca de tu reflexión sobre la palabra "crisis" me vino a la cabeza una viñeta de El Roto de hace bastante tiempo en la que un señor con todos los rasgos de ser un poderoso "señor del dinero" decía sonriente: "Hemos triunfado: hemos conseguido que al saqueo le llamen crisis". Un abrazo

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