ALZHEIMER
Ojos cerrados. La luz se ha dormido bajo los párpados. No quiere mirar
el cuerpo descoyuntado de la muñeca. Ausenta cualquier esfuerzo para que el
juguete adquiera de nuevo apariencia de vida. Los recuerdos se han roto o están
en otro lado. Ahora la mente es un páramo en blanco, interminable, abocado al
silencio. El discurrir solo suma instantes aislados; es un relato sin
hilo, aleatorio, encerrado sobre sí mismo, entre tinieblas. En silencio ha
crecido una habitación vacía. Quien vive en ella no sabe buscarse.
(De Cuentos diminutos)
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