miércoles, 17 de enero de 2024

JOAN GUASP (ENTREVISTA CON EL ESCRITOR)

Joan Guasp 


Entrevista con el escritor JOAN GUASP

    Nacido en Consell, Mallorca, el 11 de noviembre de 1943, Joan Guasp es escritor de vocación temprana y lector incansable desde su etapa juvenil. Realizó estudios de derecho y filosofía y letras, aunque sin concluir la licenciatura. Pronto se incorpora al mundo laboral como funcionario de correos. Con sostenida convivencia, el itinerario creador explora múltiples géneros literarios, poesía, narración, teatro, biografía, literatura infantil y  aforismo. Su pasión por el lenguaje conciso impulsó la creación del Museo del Aforismo, una iniciativa sorprendente y sin parangón en el entorno peninsular.

 JLM.-   En su literatura el pensamiento aforístico tiene fuerte arraigo. Desde su entrega inicial Aforismes. Fogueró de guaspires, Aforismos. Hoguera de guaspiras (2000), hasta su título más reciente Caminar d’assegut, Caminar de sentado (2020), ha publicado nueve libros. ¿Cuándo amanece el aforismo en su taller literario? 

  JOAN GUASP    _ Desde que tengo uso de razón lectora. Siempre he subrayado las frases que más me llaman la atención. Llegó un momento, siguiendo los consejos que mi buen amigo, el filósofo Miquel Ramis Alonso, ilustra en su exquisito primer libro “El llibre d’apunts de la formación intel·lectual”, El libro de apuntes de la formación intelectual, inicié a un cuaderno el trasvase de mis frases de lectura predilectas. Poco después me enteré de la existencia de los aforismos y que mis subrayados lo eran en su mayoría, y fue cuando decidí crearlos yo mismo. De seguida vi que aquel género literario se adaptaba perfectamente a mi estilo, acostumbrado como estaba al diálogo permanente de mis obras de teatro.

 JLM.-.Cada identidad literaria impulsa una forma singular de acercarse a la escritura. ¿Cuáles son los detonantes de sus textos breves?, ¿De dónde surgen?

 JG.- Bueno, yo también estuve muy influido por Cristóbal Serra, un genio de la brevedad y escritor raro donde los haya. Él escribía breverías y nótulas. Al enseñarle mis ocurrencias saltó de alegría comunicándome que lo que yo escribía eran aforismos, los textos más breves que existen, una especie de fusión entre la poesía y la filosofía. Yo estaba encantado que mis fulgurantes pensamientos le encantaran a Cristóbal, que incluso se prestó a escribirme un “prologuillo” para mi libro Fogueró de guaspires. Aquí se consolidó mi afición aforística.

 JLM.- En su largo recorrido por la concisión han nacido, junto a las entregas ya citadas, El plaer de tot plegat i altres plaers minúsculs, El placer de todo esto y otros placeres minúsculos (2001), Quinze querns, Quince quernos (2003), Humor meu i Déu meu, Humor mío y Dios mío (2005), Animus iocandi (2008), Barçaforismes, Barçaforismos (2010), Aviat deixaré de ser un adolescent, Pronto dejaré de ser un adolescente (2013), Els aforismes de les noces d’or, Los aforismos de la boda de oro (2018) y Caminar d’assegut, Caminar de sentado (2020). ¿Qué características comparten, tanto en los temas como en las características formales?

JG.- Me decido muy preferentemente por la forma. El estilo lo es todo. El fondo es imprescindible, pero lo que le da calidad y categoría es sin duda la sorpresa, la chispa, el chisporroteo, la electricidad que imprimía a sus textos ingrávidos José Bergamín. Y la espontaneidad, aunque luego deba ser pulida por la experiencia y la técnica. No mates nunca la espontaneidad, me repito muy a menudo.

JLM.- Siempre ha manifestado una clara admiración por Joan Fuster, cuyos trazos minimalistas, integrados en Consejos, proverbios e insolencias acaban de ser traducidos al castellano por Ángela Elena Palacios ¿Qué otras voces aforísticas en catalán le parecen magisterios recomendables?

JG.- Yo creo que la literatura catalana tiene un valor extraordinario en todos los géneros. En poesía, narrativa y teatro tenemos excelentes y destacados creadores, hombre y mujeres. De todo ello surge un caudal enorme de inspiración aforística. Es cierto que Joan Fuster, Josep Pla y Blai Bonet, por poner sólo estos tres ejemplos de escritores contemporáneos ya traspasados, han nutrido mi propia inspiración, pero de todos y de todas en general, incluso actuales, he sacado el jugo que me ha consolidado como un cocinero de platos aperitivos y de postres exquisitos, aunque siempre a pequeña escala y no demasiado populares. Da igual. Ya he dicho que los comensales aforísticos suelen repetir una y otra vez debido a su fidelidad y buen gusto.

 JLM.- Usted además ha creado el Museo del Aforismo, un espacio de encuentro para los incondicionales de esta estrategia expresiva ¿Qué objetivos se plantea con esta iniciativa?

JG.- De toda la vida he elegido el gaudi, el pasar-m’ho bé, tanto leyendo, escribiendo, comiendo o viviendo. Estoy convencido de que el aforismo es el género más lúdico que existe, el más simpático y el más mágico. El más seductor. Diría que el más evangélico. El aforista se nutre del mundo del circo, del teatro de calle, de los funambulistas, de los acróbatas y de los equilibristas. El aforismo es, también, el deporte verbal más vertical, siempre juega por la vía rápida y sin florituras morosas. Va directo a portería, sorteando a todos cuantos le salen al paso. El Museo del Aforismo es el resultado de todo ello. Hace tiempo que estamos proyectando un torneo de aforismos para los más dotados, pero todavía no hemos logrado definirlo del todo. Estamos en ello. Nos falta presupuesto y soporte social y político, pero todo se andará.

 JLM.- Más de dos décadas después, ¿Qué balance hace de tan hermosa iniciativa? ¿Vislumbra un porvenir de expansión y solidez, en un tiempo tan marcado por las redes sociales?

JG.- Lo acabo de apuntar. El porvenir depende de la afición. Debemos esperar a que las gradas del estadio rebosen de aficionados. La simiente es de calidad y disponemos de agua potable y de buenos operarios.

JLM.- En 2023 se le ha concedido el Reconocimiento Pau Casasnovas, de los Premios de Mayo de Inca de la Obra Cultural Balear, por su contribución al fomento y mantenimiento de la identidad de la lengua y la cultura catalanas. ¿está prevista la versión al castellano de su escritura lacónica?

 JG.- No está en mi mano esta aventura. Todo depende de editores y traductores. En Catalunya no lo tenemos nada sencillo. Tenemos que superar demasiados obstáculos para obtener algún pequeño éxito. Si no fuera porque uno vive esta magnífica ilusión con toda la pasión del mundo, como ocurre con tantas otras en nuestra lengua y cultura, sería más bien pesimista, pero a la larga la calidad y la diversión vencen siempre toda oposición.


José Luis Morante, enero de 2024

 

 

 

 

Vivimos un tiempo oscuro, que induce a la reflexión y a la sorpresa, qué empuja al empeño insobornable por cambiar las cosas. ¿La mirada crítica del aforismo tiene cada vez más razón de ser?

                   _ Aquí está su auténtico poder. Los razonamientos y la crítica en general deben ser lúdicos, ya lo he dicho antes, mejor si son brillantes como lo era y todavía lo es la creatividad de José Bergamín, de Blai Bonet o de Federico García Lorca. El mundo, la literatura y el arte no morirá nunca si persiste en su audacia y en su alegría. Este es el cambio que hay que buscar, el que conduce a las ganas de vivir, de reír, de pasárselo bien y de obtener la felicidad que todos nos merecemos. El camino del aforismo es éste: el de avanzar en este sentido, sin detenernos en vanas reflexiones ni análisis opacos que sólo conducen a guerras y conflictos interminables.

 

 

Su escritura da continuidad a un semillero fecundo, ¿Qué proyectos y qué géneros sigue trabajando?

                   _ Bueno, habrá que ver esta fecundidad. Ya digo que mi manera de ser en arte y literatura es optimista, pero hay que incrementar como sea el estilo sin caer en la banalidad ni la indiferencia, sino en el juego, en la creatividad, en la fantasía incluso. Nuestro cerebro es un almacén de grandes posibilidades y hay que cultivarlas a diario. Yo cultivo el aforismo, pero me encanta igual el cuento y, sobre todo, el teatro. Me lo paso bomba escribiendo diálogos rápidos en los que brilla el surrealismo, el absurdo y la estupefacción. Me gusta divertirme en esta vida, pero existen demasiados escollos que lo impiden. Hay que ignorarlos a base de estos trucos mentales que la vida literaria nos ofrece. A mi edad, mis principales proyectos son cada vez más personales. En eso trabajo y disfruto.

 

 

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