martes, 9 de enero de 2024

ESCAPARATES LITERARIOS

Calle abierta
Fotografía
de 
internet

 


ESCAPARATES LITERARIOS
 
Cuando la verdad se desnuda hay muy pocos que la reconocen
 
José Mateos
 
 
Algunos escritores no tienen reparo en escribir sonetos cortos, de nueve o diez versos, o haikus treboleros, de cuatro versos y trece sílabas. Suelen tener cerca un crítico que jalea el estropicio y que además comenta que los que siguen las normas literarias son conformistas, poco comprensivos y algo fundamentalistas en el rigor.
 
Durante más de una década fue gestor cultural, prodigó favores, invitaciones a eventos, jurados y publicaciones institucionales. Ya sin la ebriedad del poder, regala sus libros a quienes no invitó nunca. Confía mucho en su sentido solidario, en ese gesto menesteroso que engrandece lo pequeño.
 
Criticó ferozmente a su antecesor en el cargo. Con otros polemistas consiguió que lo despidieran. Ahora sigue al pie de la letra su plan de trabajo; no le gusta innovar, quiere perpetuar lo que funciona bien.
 
Nunca ha percibido la amistad como una senda de dos direcciones. Se siente río que no remonta, de dirección única.

Hubo un seleccionador de fútbol  que el criterio esencial para ser llamado al equipo nacional era que el futbolista fuese de su pueblo; también hubo un antólogo que no había joven de su tertulia que no mereciese el premio nobel. Lo subjetivo adquiere siempre la apariencia de una verdad inamovible.
 
Éxito literario total: siete libros en su palmarés. Y siete autoediciones. Caligrafía con el sudor de la frente.

La nada disputa su espacio consigo misma.

(Apuntes del diario)


 
Los nuevos amigos dejan la conspiración en las raíces de sus afectos; promueven la liquidación por derribo de quienes estuvieron siempre. 

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