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Amanecida (Londres, 2013) Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
AFORISMOS DE MADRUGADA
Soy tan raro que para reconocerme
mi conciencia me pide el DNI.
Hay relaciones personales que
tienen la duración de un aforismo y menos contenido.
En la madurez los sentimientos
exigen estructuras elaboradas, escenarios con luz natural y narradores
distanciados.
Se quedó solo. Ahora recupera
minerales en la galería de los desafectos.
El pudor convierte a la
confidencia en un movimiento de ajedrez.
Presencias como reglas ortográficas;
compañeros de viaje que son comas, puntos finales y puntos suspensivos.
Carpe diem. Quemó todas las
naves. Mientras duró el incendio percibió su calor.
Un presente incierto. Piensa en
la belleza, en zapatillas y sin afeitar; sólo mis gafas mantienen una pose
aceptable.
La voluntad del cínico prefiere
ideologías de alquiler.
Futuro; esa aspirina diluida en
el agua fresca del fracaso.
Para hablar de ti, empleo un
silencio en cursiva.
La semana no empieza bien; mañana
es lunes.
Andar extraviado tanto tiempo me
deja ante tu puerta. Llamo al timbre. Espero.
(Aforismos de madrugada)
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